miércoles, diciembre 27, 2006

Escribir el silencio

Rompo al silencio al escribir sobre él líneas sucesivas en Libro de notas...

martes, diciembre 19, 2006

Le hicieron al ventrílocuo

Recordé a Fidel Velázquez enfrentado a una grabación con sus declaraciones acabadas de negar por él: ¡le hicieron al ventrílocuo!

viernes, diciembre 15, 2006

El médico del temor

Su abogado Marco Rocchini dijo que demandará judicialmente a La Scala por dañar la reputación de Alagna y agregó tener un certificado del médico del temor que confirma la hipoglucemia sufrida el domingo por la noche. [completo]

* * *

Agradezcamos a Roberto Alagna el mal canto, de otro modo ¿cómo hubiésemos nunca reparado mientes en el médico del temor? Bravo, maestro...

martes, diciembre 12, 2006

Filosofía del tedio

Aparece por fin en español Filosofía del tedio, libro por demás atendible, editado por Tusquets. Leí la versión inglesa, publicaba en Londres, ¿Reaktion Books? Lars Svensen reflexiona sobre el tedio, ese lugar común donde se desarrolla el mundo actual, ¿esfera? Buscaré la edición en español para leerlo de otra manera.

Le respondo a Tomoo sobre Garro.

¿Alguien sabe por qué los hospitales son tan poco hospitalarios?

En algún lugar leí un comentario sobre el libro de Winchester El profesor y el loco donde afirmaba la inexistencia de versión en español. Nada más falso, Debate la publicó hace algunos abriles y, en México, la reseñó David Huerta en El universal.

Reinició, espero que con regularidad, mi colaboración en Libro de notas.

Y agradezco a Roger Colom el enlace.

domingo, diciembre 10, 2006

¡Mejoró el mundo!

No sé a ustedes, pero a mí me parece que el mundo mejoró un mucho: ¡murió Pinochet! Lo que nunca he terminado de comprender es ¿por qué casi todos los dictadores son longevos?

Es lástima que no exista el infierno...

sábado, diciembre 09, 2006

Dislates

No deja de ser preocupante recibir un correo que dice, más o menos: me llegó un correo de alter.com con una muestra de disparates y pensé inmediatamente en ti. Sea y agradezco a AHP (¿si tenemos siglas iguales somos tocayos o siglayos? Como el diptongo de consoantes de Les Luthiers: ¿diptongonante o consonantongo?). Transcribo:

América latina es fértil en mandatarios que hablan curiosamente.

Del Cono Sur bajo las dictaduras de los ’70 y ’80 se recuerdan todavía frases de militares en el poder que cosquillean en la mente: “El país vivía una situación desastrosa y le imprimimos un giro de 360”, dijo uno.

Y otro: “Estábamos frente al abismo y dimos un paso adelante”.

O la muy notable de Pinochet: “Antes de hablar, voy a decir algunas palabras”.

Los civiles no escapan a esta norma, que el ex presidente argentino Carlos Menem cumplió con brillantez: “Mi libro de cabecera son las obras completas de Sócrates”, afirmó. Un maligno comentó que así era porque Menem nunca leía.

viernes, diciembre 08, 2006

El cártel de la Yucca

Parece nacer el cártel de la Yucca. Será harto interesante. Me la he pasado entre ires, venires, dimes y diretes el día de hoy. Recibí envíos interesantes, llegaron dos libros nuevos, sólo menté tres veces a mi abuela (quien afirmaba, dubitativa, incluso, haber sido feliz una vez en toda su vida, y cuando niña), me decido a comisionar mi ex libris, después de mucho pensarlo, inicio un proyecto de ex libris para los libros nuestros y medito sobre el cártel de la Yucca. Me imagino en esos videos cuando entran a los penales de alta seguridad llamados de nueva manera siempre: ¿nombre? Alfredo. ¿Actividad? Editor. ¿Cuál era su participación en el cártel? Hacer engrudo. ¿Para que utilizaban el engrudo? Para hacer guardas. ¿Guardas de qué? De papel, para los libros. ¿A qué se dedicaban sus cómplices? A encuadernar. ¿Dónde se reunían? En el Jekemir. ¿Cuál era su alias? Alfonso...

jueves, diciembre 07, 2006

Cara de Alfonso

Por alguna razón, que imagino, desde luego, pues hubo Alfonso Herrera famoso y callejuelo ahora, me han nombrado y me mientan como Alfonso, pese a Alfredo. Lo primero que en mi vida publiqué, hace muchos abriles, en la Gaceta del Fondo de Cultura Económica, otrora casa muy otra de la edición exacta y parsimonioso, pusiéronme, como sino, Alfonso. Ricardo Ortega, el muy diestro según deja ver su blog A caballo artes del libro, me nombra Alfonso, pero en su caso ¿cuál cara sino la tipográfica? Sea, tengo cara y alma de Alfonso, nombrado Alfredo, consejero de los duendes desde siempre.

Conocer a alguien diestro e inteligente, incluso en estas virtualidades, siempre es un acontecimiento. Miles de gracias y sin número de parabienes don Ricardo.

martes, diciembre 05, 2006

¿Abundancia?

La idea de encontrar cualquier libro en cualquier momento tiene mucho de seductor, y es casi posible, siempre y cuando se tengan los conocimientos y los recursos económicos. ¿Podrá hacerse de manera gratuita en algún momento en las bibliotecas públicas? Quizá, en cuanto a los recursos económicos, no me queda tan claro en cuanto al conocimiento. Hace poco, por ejemplo, alguien puso a la venta una caja llena de timbres mexicanos. La foto mostraba con claridad meridiana la caja, pero no el contenido. Alguien que, de seguro, la encontró en el cuarto de los tiliches o en el armario de la abuela. La compré a un precio que podía ser irrisorio o altísimo, pues en la caja podría haber basura. Me sorprendió la gran cantidad de timbres valiosos. O, por el contrario, puede uno resultar tan conocedor como Homero Simpson en el mercado de pulgas y comprar lo único que no tiene valor. ¿Será en verdad que pasamos de la economía de la escasez a la eonomía de la abundancia? ¿O más bien habrá una parte del mundo, lo más probable, con economía de abundancia y la otra con economía de escasez? ¿Así con los libros?

domingo, diciembre 03, 2006

Basurero para reciclar sobrantes

En México somos reactivos. Más que eso, sólo somos reactivos. Todos las naciones lo son, desde luego, pero exageramos. Y monolíticos. El sector ilustrado, digamos, debe apoyar la ley del libro, traducida como debe estar a favor del precio único. Estoy a favor del precio único (aclaro, no me avayan a mal ver), pero no creo que sólo exista el precio único como salida. El apoyo para la creación de librerías tendría un efecto igual de benéfico, así como la creación de becas para estudio y de becas de profesionalización, digamos que alguna dependencia, por concurso sería mucho mejor, pague a un cierto número de personas para que elijan dedicarse a vender libros. Desde luego, becar a los libreros existentes para que mejores y se capaciten, pero esa parte es la obvia. Lo interesante es que egresados de maestrías y doctorados tengan, digamos, cinco años asegurados de un sueldo equivalente al que ganarían en otras partes para dedicarse sea a poner una librería sea a trabajar en una o varias y llevar el oficio al dignísimo nivel que tenía. Lo mismo para encuadernadores, para impresores, y tantos etcéteras. Pero se vuelve, con demasiada cotidianidad, asunto de todo o nada. No hay librerías en México, lo que significa que hay muy pocas y las pocas se están convirtiendo en ningunas. Apoyemos la creación de librerías y que los grandes grupos editoriales apoyen la creación de liberías con capacitación, buen servicio, crédito y consignaciones. Los grandes grupos consideran adecuado tardarse 15 días en entregar los pedidos, y no creen tener nada que ver con el problema de la falta de librerías, además de que no surten pedidos pequeños. Recuerdo hace años una llamada a Planeta sobre una colección de autores jóvenes españoles. Después de varios días de llamadas donde nadie sabía nada, logré hablar con un editor quien, como toda respuesta a mis preguntas terminó preguntándome: ¿cómo se enteró que existe esa colección?, pues él debió investigarlo: lo leí en el periódico, le respondí y supe que nunca vería ningún ejemplar de esos libros (y así fue, nunca los he visto). Nosotros mismos, en la editorial, luego somos guandajones, jenízaros, grávidos y poco gentiles, aunque intentamos no serlo. Mi pregunta es por demás sencilla: si el sector completo está de acuerdo, ¿para qué hace falta la ley?

La razón me llegó con esta feria tapatía de vanidades: quieren bajar precios para crear un mercado rentable de libros de bolsillo. ¿Les interesan las librerías? No. ¿Les interesa la diversidad? Mucho menos. ¿Les interesa la edición? Como medio.

Lo de siempre, los grupos editoriales españoles quieren un basurero para reciclar sus sobrantes. ¿Quienes resultaron fundamentales para el precio único? Random House Mondadori, Planeta y Alfaguara.

sábado, diciembre 02, 2006

Faraday

Lo dicho, el comercio cambia. Compré ya una edición, bastante interesante, de la Chemical History.

Nunca la había buscado pues tenía copia de una buena versión. Lo interesante es, insisto, el proceso mismo. Se la compré a un lector, no a una librería ni a un profesional del libro. Pronto habrá editores y libreros por doquier. Ya los hay en el mundo anglosajón, ya hay indicios en el medio francés. En español estamos en pañales. Pronto la profesión de librero, la tradicional, ganará prestigio, pues se volverán expertos, los únicos expertos, en esa monstruosidad de catálogo global. Algunos, pocos, lo entienden y están dispuestos a cambiar. Los más, nunca se enterarán, como los ferrocarrileros, quienes pensaron que su negocio era tener los rieles, no transportar, y prácticamente desaparecieron...

viernes, diciembre 01, 2006

El FCE salda deuda con Garro

Publican, por fin, las obras de Elena Garro. El FCE mucho se había tardado con varias escritoras. Subrayo, escritoras. Curioso, la deuda era con sus lectores, pues Garro, hasta donde sabemos, a no ser que aparezca de pronto algún documento en el CISEN, está muerta y, hasta donde sabemos, también, a no ser que la corrección política se imponga y los muertos sean ahora vivos en suspenso, al estar muerta no está viva, y ni le va ni le viene.

Excelente decisión. Como la de Vicens. Me parece un disparate editar ahora la obra de Poniatowska, no lo necesita ni ella ni el fondo. ¿Recordarán en el fondo que editaron a Luisa Josefina Hernández? ¿A Sara García? ¿A Angelina Muñiz Huberman?

Por no hablar de otros escritores, ¿recuerdan en el fondo a Sergio Galindo? Nunca lograron hacerle justicia a Garibay, o a Inés Arredondo o a Jesús Gardea.

Algunos de los mejores libros mexicanos del siglo XX los editó el FCE. Algunos. La gran mayoría, no. Y se les olvida tan rápido...

Los agentes literarios

Argumento a favor de los agentes, de un agente:

En entrevista con EL UNIVERSAL, Ray Güden-Mertin, de la Agencia Literaria del mismo nombre, señala que si no hiciera falta, el agente literario no existiría: "Muchos autores al hablar de contratos lo hacen con editores que son profesionales, en un ámbito muy complicado; se trata de contratos que tienen cuatro o cinco páginas con muchísimas cláusulas que si no conocen bien, no saben lo que están firmando.

"No estamos hablando sólo del anticipo, también de derechos secundarios, de cómo hay que cuidar el contrato, de cuáles son los derechos del autor y las obligaciones de éste y el editor. Hay muchos editores muy buenos, pero existen otros que se aprovechan de la ingenuidad del autor, y no porque sean malos, simplemente están defendiendo sus propios intereses". Para la agente alemana, es mejor que haya dos profesionales entendiéndose sobre la contratación, sin que necesariamente sean antagonistas: "La relación editor-escritor debería ser más neutra, menos emocional al hacer los contratos


Mala cosa cuando la única razón de la existencia de un intermediario es la ignorancia. Y si los escritores aprendieran un poco de leyes y contabilidad, ¿no existirían? Propongamos cursos...

Si no me quieres comprar, y yo no quiero vender... ¿o cómo?

Mucho hablamos sobre el cambio que significa, significó y significará (¿no es hermosa la obsesión de la lengua española, y por ellos de todos nosotros sus escribientes y malhablantes, por el tiempo? No conozco referencia alguna a ningún idioma, digo, porque decir que no conozco idioma ciñe todo a mi memez, donde la obsesión por la sucesión exacta de los sucesos: ¿sucedió antes de algo que ya había sucedido, o sucedió y dejó de suceder cuando algo antes también lo había dejado, o sucedió pero dejó de suceder después de que ese algo antes dejara también de hacerlo o, por el contrario, sucedió y sigue sucediendo aun cuando aquello antes de lo cual había iniciado dejó de suceder? sea tan sistemática y haya sido elevada a norma del lenguaje). Pues hablamos del cambio en el comercio de los libros propiciado por la red. Y es un cambio mayor. Pero hay otro, muchísimo más amplio, en sus efectos, pero muchísimo menos difundido: la filatelia. Relato los sucesos tal cual sucedieron, no añado ni elimino nada, al menos no lo hago por mor de exactitud ni embellecimiento. Ayer noche, mientras esperaba el cambio de poderes en México, se me ocurrió buscar los tesoros que señala Tusitala Philatelica, todos los timbres sobre don Roberto Stevenson. Algo tuvo que ver, de cierto, pero sólo los dioses lo saben, que el taxista de ayer mañana se llamara Rubén Agonizante, imagino. Había preguntado en las únicas dos tiendas filatélicas de la ciudad de México, las únicas dos con local, digamos, y ninguna de las dos tenía timbre alguno. Y pensé en la red y en uno otro de sus ensayos: ebay. Pues antes de que el nuevo presidente fuera presidente a secas y el anterior se volviera lo que ahora es, anterior, había conseguido el 80% de los timbres señalados por los amigos de la tusitala filatélica. A buen precio. Claro, no a precio de Catálogo, sea Scott o cualquier otro (el equivalente filatélico del precio único) dedicados, los catálogos, a reunir toda la información sucesiva sobre los timbres. La filatelia clásica, la dedicada a reunir todos los timbres de un país, o de un grupo de países o de un lapso determinados, se ha vuelto cada día menos interesante. ¿La razón? Que todo el siglo XX filatélico es punto menos que sencillo encontrarlo, más con internet. Pero nacen nuevas filatelias, las temáticas. Las aviares, las caninas, las filosóficas, las músicas, las núdicas y las erráticas. Claro, defiendo la temática pues es la que ensayo, y ensayo sobre ciertos pintores, por ejemplo, o sobre escritores, o sobre músicos. Y hay pocos catálogos que indiquen todos los timbres sobre Van Gogh, por ejemplo, aunque nacen ya de caninos, o flores y circula un album de Picasso. Y el cambio es radical. Primero, porque es prácticamente imposible no encontrar un timbre, caso contrario al de la distribución tradicional donde las probabilidades indican que es mucho más factible no encontrar algo que encontrarlo. Explicado por el segundo aspecto, donde la cantidad de ofertantes crece exponencialmente, desde luego, pero también la cantidad de ofertantes pertinentes, digamos, los que comparten los intereses de uno. Algo parecido sucederá con los libros. Hay cada día mayores ofertantes, aunque todavía no suficientes compradores. Es más fácil desear que me lean a desear leer al de junto. Pero ya sucede en cuanto a libros. Si no considero el precio, no hay libro que no haya encontrado. (Excepto uno, pero harto raro: la conferencia de Christiano Wolfio sobre Cunfucio, que le costó el puesto. Encontré la facsimilar de la traducción inglesa, pero agotada.) Hasta los originales de Mateo Ricci, por ejemplo, o faccimilares de sus traducciones al Chino o de su diccionario chino-portugués, por mencionar rarezas. Pero, digamos, conseguir la colección completa del anuario New Directions no es complicado ni tampoco caro. Claro, conseguir, por ejemplo, las ediciones de alguna universidad del norte del país me es posible, porque conozco a la directora de publicaciones, de otro modo sería imposible. Casi nadie, ni autores, ni editores, ni traductores, ni distribuidores ni libreros nos hemos enterado de la existencia de internet. Sólo, nosotros mismos todos, quizás, en tanto lectores. Pues encontrar un timbre de Samoa de los años treinta era difícil, ahora es sencillo. Lo complicado es el propio correo, al menos en México, asunto fundamental, desde luego, para esa oferta pertinente. Recibí, en la semana, pese al atropellamiento del cartero de la colonia, sin graves consecuencias pero de hospital, las obras completas de Swift en edición del XIX, una obrilla de Andrew Lang y las cartas de Stevenson hecha en su vida. Me pareció harto curioso que el último libro lo conocía bien, visualmente, valga decir, pues por medio de Gallica, de la Bibliboteca Nacional de Francia, había bajado ese libro, esa misma edición, en formato digital y era, de hecho, la que había leído y ahora quiero editar. Sea, pues. Busquemos refugio en internet ahora que la FIL es tan parecida a un festival con luminarias y alfombras rojas y donde los libros dejan de tener importancia alguna. Sencillo, busquemos ese nuevo espacio que nos permitirá crear no sólo nuevos caminos para comercializar, que no lo son, sino nuevas maneras y nuevas formas de hacerlo, muy distintas a las anteriores y, por ello, harto interesantes. Busco también, recuerdo ahora, la Historia química de una vela del grande Faraday. ¿Dónde buscarla?

jueves, noviembre 30, 2006

Esther Píscore

¿La musa de los escarabajos?

La escaramusa.

¿La de las arañas?

La musaraña.

Octavio Paz

Acaba de emitirse el timbre de Gansito. Así, sin más, Gansito de Marinela. ¿Por qué México no ha emitido ningún timbre de Octavio Paz? Digo, sólo tenemos tres premios Nobel, García Robles, Molina y Paz. El primero tiene varios timbres, merecidos, sin duda alguna. El segundo, por demás merecido, pero emitieron un timbre poco interesante, merecía un mejor timbre el doctor Molina. ¿Paz? No tiene nada.

¿Por qué México no emite un timbre de Octavio Paz?

La federación mexicana de futbol, tiene varios. Chabelo tiene, el Chavo tiene, hay varios dedicados al beisbol mexicano. Hasta Memín tiene uno. ¿Por qué Octavio Paz no tiene un tiembre en México? ¿Qué significa que Octavio Paz no tenga un timbre en México?

Será bueno preguntárnoslo.

Amparo

Obtuve ampara en contra del desechamiento del recurso presentado ante el IFAI sobre una resolución del Fondo de Cultura Económica. Cuento un poco más aquí. Prometo ahora sí pasar al otro blog el tema de la obscura, negra, transparencia.

lunes, noviembre 27, 2006

¿La obscurísima transparencia?

Me escribe Tommo Terada en un comentario:

Alfredo:

Lo siento pero el correo que tengo de ti me rebotó, y la página de Verdehalago está en reparación.
Soy miembro de la mesa de redacción de la revista Replicante, de la que es editor Rogelio Villarreal.
En el número actualmente en circulación, el 9, analizo los documentos que te entregó el Archivo General de la Nación, acerca de Elena Garro. Los bajé de tu sitio. La conclusión a la que llegué es que esos documentos no prueban que Elena Garro haya sido espía y que, al contrario, todo indica que se le puso una trampa.
Señalo que Alonso Lujambio, el comisionado ponente de tu petición y actual presidente del IFAI, debe presentar una disculpa pública por haber hecho ese señalamiento sin tener verdaderas pruebas. Por cierto, yo ya le escribí a Lujambio avisándole de mi texto, y tengo el debido acuse, por si a futuro tengo que demostrar que sabía de su existencia.
Te menciono expresamente en mi texto y, aunque no lo escribí, pienso que también tienes parte de responsabilidad en este desaguisado porque, por lo visto, no tenías claro para qué querías esos documentos y no los analizaste con cuidado.
Tal vez te envíe escaneado mi texto. Como Replicante no tiene los medios publicitarios de Letras Libres, me dirijo a ti directamente.
Saludos.

Tomoo Terada


* * * *

Tomoo, no tengo parte, tengo toda la responsabilidad de solicitar los documentos al AGN. La transparencia es incómoda para casi todos, porque permite que quienes, como yo, son preguntones, logren obtener documentos que no saben ni para qué los quieren. A todos a quienes molestan mis preguntas dicen lo mismo, en la UAM, en la UNAM, en Educal, en el FCE, en el Colmex, en el Instituto Mora, en el CIESAS, en el INBA, en CONACULTA, en Aeropuertos y servicios auxiliares, en El Colegio de la frontera norte, en El Colegio de Michoacán, en el AGN, en Gobernación. Lo importante es la existencia de esos documentos y que podamos leerlos sin demostrar interés jurídico. No son, hasta ahora, pruebas jurídicas de nada, pues nadie pretende, hasta ahora, probar jurídicamente nada. Creo, como tú, que el comisionado ponente se precipitó. Creo, como tú, que Elena Garro no espiaba a nadie. Lee el texto de Carlos Monsiváis en Confabulario sobre el tema para ver que, de pronto, informaba de más a quien no debía. Mi interés, lo he dicho, era contrastar la vigilancia hecha a Paz y a Garro. ¿Trampa? Lo dudo mucho. ¿Conoces los expedientes del FBI sobre Garro? Son igualmente interesantes.

Por cierto, te sigues de largo sobre el asunto de los documentos. Sin mostrar otros documentos, no sabemos si los de Garro son típico o atípicos. La falla en los nombres vienen, de seguro, de los agentes, que no tenían la más mínima idea. Ve el informe de la asamblea donde habla Garro en la UNAM y el Memo donde los campesinos la tildan de “palera” de Legorreta. Debemos investigar más esos archivos, pedir copias de esos documentos nos ayudará a entender esa época, esa manera de control y todas las torpezas. No tengo opinión hecha sobre Garro, pero hay muchas zonas por demás obscuras y opacas. No termino de entender la tesis de la trampa. Pero, ¿visto lo muy poco que hay de Paz? ¿No te sorprendió su denuncia de intento de soborno a sus subalternos? Y, desde luego, ¿no es por demás extraña la denuncia de Garro? Muchos tenían miedo, pocos, pero muy pocos, hicieron lo que hizo Garro.

Por último, a mí me pareció de clara labor de inteligencia mexicana el llevar un registro pormenorizado de las visitas a los presos políticos. Es uno de los hilos que hay que seguir. Lo que me sorprende, sobremanera, es ¿por qué no piden más y más documentos? Me asombra que se me cite, cuando soy lo menos importante. Lo importante es la apertura de esos archivos y, como sociedad, la estamos desperdiciando.

Saludos y parabienes (y un gusto generar diálogos)

sábado, noviembre 25, 2006

El premio FIL, antes llamado como se llamaba...

El premio FIL, antes llamado como se llamaba, nombra, de nuevo, a sus ganadores y tiene el prestigio de sus ganadores y la gente lo reconoce por sus ganadores. ¿De qué protestarán ahora? ¿De que nadie se acuerda de ellos? Porque de Rulfo, todos nos acordamos. Y del premio FIL, también. El nombre, contra lo que ellos pensaban, los familiares, no tenía, ni tiene, la menor importancia. Era un homenaje, que los herederos han envilecido y aniquilado. Enhorabuena por ellos que ahora regresa el nombre, sólo el nombre, como marca comercial, a su uso propio.

martes, noviembre 21, 2006

Y una errata hace justicia

El 4 de julio de 1947 llegué con mis padres, víctimas sobrevivientes del Holocausto, al puerto de Buenos Aires. Mi mamá bajó del barco cubierta por una mantilla, una de sus manos envueltas en un rosario y en la otra, el catecismo de nácar que había comprado en Europa, como si fuera una católica". Diana Wang tenía dos años cuando viajó con su familia en el barco Bialystok. Venían desde Gdynia, Polonia, y tuvieron que "disfrazar" su condición de judíos para entrar a la Argentina.
El 12 de julio de 1938 había entrado en vigencia la Circular 11, un documento secreto a través del cual, el entonces ministro de Relaciones Exteriores y Culto, José María Cantilo, ordenó a los cónsules argentinos que negaran el otorgamiento de visas a los judíos europeos que huían del régimen nazi. Por eso muchos ocultaban su identidad religiosa.
Hoy, 58 años después, una línea roja tacha la palabra "católica" en el casillero "Religión" del certificado de ingreso de Diana Wang. Y una errata hace justicia: "Léase judía".

[nota completa][Más]

El legado de los salvadores

Durante la Shoá -Holocausto-, en la Europa ocupada por los nazis, yo ayudé a que algunos judíos salvaran sus vidas. Lo hice en situación de riesgo personal y contraviniendo las leyes vigentes que culpaban a los judíos de todo el mal y alentaban su persecución, hostigamiento, detención y asesinato. Sabía que si me descubrían, correría el mismo destino que los perseguidos. Reaccioné casi sin pensar y como pude frente al sufrimiento, la humillación, la injusticia y el asesinato. No era gente acusada por algo que hubieran hecho sino por el hecho de haber nacido. Eran perseguidos por causas que no comprendían, sin poder defenderse ni proteger a sus hijos. Me fue imposible permanecer indiferente. Aunque no eran de mi familia, aunque no eran amigos, aunque a algunos ni siquiera los conocía, no podía seguir viviendo mi propia vida sin tender mi mano. Aunque tal vez pensaban distinto, creían distinto, hablaban distinto, tenían apariencias físicas distintas, esas diferencias no me ocultaban que eran personas como yo. Por el contrario, en esas diferencias me reconocí a mí mismo, porque sabía que, mirado desde su posición, el diferente era yo. Lo humano es diverso y las diferencias entre individuos y entre grupos, son parte de nuestra humanidad. Lo que le hacen a otras personas es como si me lo hicieran a mí. Lo que sucede alrededor mío es en parte mi propia responsabilidad. Vencí la tentación de resignarme a la idea de que no se puede hacer nada. Y no estuve solo. Aunque no fueron muchos, otros como yo lo probaron con su conducta: siempre se puede hacer algo.

Por supuesto que tuve miedo. Por supuesto que las cosas no fueron fáciles. Por supuesto que en muchos momentos vivía el terror de lo que podría pasarme y añoraba mi perdida comodidad. Pero no era momento de lamentos, ni añoranzas ni fragilidades. Había que responder con urgencia frente al horror que me rodeaba. Conseguir escondites posibles, buenos documentos falsos, suficiente comida, dinero, remedios, resolver las enfermedades y problemas que surgían a cada paso, convencer a otra gente para que ayudara, ocultar mi conducta ante vecinos, amigos, conocidos y parientes que podían denunciarme. Tuve que mentir, sobornar, y mantener, al mismo tiempo, el simulacro de una vida normal para no despertar sospechas. Sabía que me podían descubrir. Extremé los cuidados y tuve la suerte que otros no tuvieron, de tener éxito en la salvación de algunas personas y en no haber sido descubierto.

Lo que hice estaba expresamente prohibido. Cometí el delito de desobedecer las leyes con conciente y firme convicción. Frente a lo que la ley me imponía, elegí lo que consideré legítimo, lo que creía que estaba Bien. Una ley que aliente el Mal me resulta inaceptable. Aunque la propaganda insistía en que no se trataba de personas, que eran enemigos, que debían desaparecer por el bien de la sociedad, no podía dejar de ver en cada uno a una persona como yo, con el mismo derecho a vivir que tenía yo. Hay preceptos morales que son superiores a cualquier ley, son los que nos guían y que trataré de transmitir a mis hijos para que éstos a su vez se los transmitan a los suyos. El Bien es para mi una idea clara y sencilla, que puede resumirse en "ama a tu prójimo como a ti mismo". Y veo como prójimo a todo ser humano, piense como piense, crea en lo que crea, hable como hable, tenga el aspecto que tenga.

Este es mi legado. Es lo que me han enseñado. Es también lo que he aprendido. Lo que hice no tiene ningún mérito ni requiere un reconocimiento particular. Era lo que había que hacer.

Escrito en español. Leído y entregado en el Encuentro Internacional "De Cara al Futuro", en Buenos Aires, Argentina, noviembre 2004.

[Recibido de Diana Wang]

viernes, noviembre 17, 2006

Lee un libro o ¡te madreo!


Vía La imagen social del bibliotecario, una maravilla...

Querido Alfredo

Recibo carta de un autor a quien le envío ejemplares de su libro. A veces hay respuestas inesperadas, ciertamente. Apunto mi gozo...


Querido Alfredo,


El libro es muy hermoso y supera mis expectativas. El verde de la portada me encanta y el tratamiento tipográfico que lograste me deja muy contento. Sé que es posible esperar de ti respuestas inesperadas y, a veces, no muy agradables --como tú mismo te encargas de hacernos saber a todos los que tratamos contigo--, pero sé también que verdaderamente tienes un mundo propio, el rigor siempre raro de un editor y me alegra este nuevo vínculo. [...] Un abrazo,

[cierto autor]

Publicada en esta bitácora sólo con autorización de quien pulsa las teclas [:)].

jueves, noviembre 16, 2006

Nadie me va a enseñar...

De todas las soberbias, la docta ignorancia o, mejor, la orgullosa ignorancia, no es de las menos terribles. No es cuestión de creer que se sabe, digamos, sino de negarse a siquiera escuchar razones. Hemos, en este año, hecho proyecciones puntuales de la cantidad de libros que deben enviarse a cada una de las librerías donde distribuimos directamente desde la editorial y de la cantidad esperada de ejemplares por reponer, para tener un mayor control en los tirajes. Claro, siempre nos equivocamos, pero el márgen de ese error no es tan grande, económicamente hablando. Por desgracia, la mayoría de quienes distribuyen suponen que su trabajo es mandar, mecánicamente, los libros a las librerías, sin ropaje ni reflexión algunos, en cantidades arbitrarias e infladas. Ante la pregunta, sobre cierto título del cual no tenemos ya existencias en la editorial, y del cual ellos disponen de un centenar, de cuántos de esos que tienen consignados se venderán responden, primero, con un espero que todos, para pasar, ante la insistencia, a un no lo sé y, después, al enojo ante la exigencia de alguna razón o algún plan y la explosión: eso nadie lo hace, y por nuestra respuesta, nosotros sí, y hemos mejorado mucho el desempeño de la editorial en todos sentidos, el ensayo de ofensa: pues a mí ningún pendejo me va a venir a enseñar... Y más allá de su cólera, resalta algo simple, no reflexionan sobre lo que hacen y, al no hacerlo, terminan por irse hundiendo más y más. Como un amigo editor quien me decía, muy seguro, no es rentable imprimir menos de 1000 ejemplares. ¿Y más sí lo es?, le preguntaba con una sonrisa... Hacer los libros, cuesta. Almacenarlos, cuesta. Distribuirlos, cuesta. Y si no se venden, pueden costar mucho, de salidas y entradas de almacén, de envíos y recolecciones, de limpieza y catalogación, de retractilado y etiquetado. Si no se vende un libro, cuesta el doble su logística, y si no se vende por varios años, cuesta varias veces esa logística. Lo rentable, pues, no es vender más de cierta cantidad de ejemplares, sino vender cierto porcentaje, digamos el 80%, de los que apostamos vender, da igual si son 100 000 ejemplares o 20o, pues si logro vender el 80% de 200 ejemplares, es decir, 160 y hago mis cuentas sobre la venta de esos 160 ejemplares y, entonces, intengo obtener ganancia de esos 160 ejemplares, la situación puede ser buena. Ahora es muy fácil hacer menos de 200 ejemplares, antes no, y de esa imposibilidad técnica proviene el mito del millar de ejemplares.

viernes, noviembre 10, 2006

Doctor en gentiles

El arte filatélico mexicano cifra, y descifra, al país completo, con sus llanezas, sus obscuridades, sus retruécanos, sus frivolidades y sus malas entrañas. Que funciona sin saber bien a bien cómo, que lo han dirigido quienes no saben nada y, cuando aprenden, los despiden. Que lo refundan con cada nuevo director y que, los timbres mismos, son un desastre. La errata mayor, el colmo, la gloria misma, el timbre didicado al doctor en gentiles, fra Junípero Serra. Parece broma, pero no lo es. En el timbre emitido por el Servicio Postal Mexicano, dedicado a Serra, aparece en realidad fra Francisco Palau, cercano, en todo sentido, a Serra, tanto, que aparecen juntos en el mural de donde tomaron la imagen de uno creyéndola del otro. Desde luego, el timbre nunca fue retirado (ya los imagino, ¿quién se va a dar cuenta, papá?) y en desagravio emitieron una cinderella (un timbre fake, por seguir con la terminología castiza) con Serra en el lugar de Serra, o mejor, con Serra en su papel de Serra. Quizás, para filatelistas, fra Francisco Palau en el papel de fra Junípero Serra, raro, muy raro en verdad todo el asunto. Quien desee adentrarse en los retruécanos, los meandros de la filatelia mexicana, intente descubrir los años de edición de todos y cada uno de los timbres de la serie México exporta... Ni el Servicio Postal Mexicano lo sabe... Nadie está obligado a lo imposible dicen las leyes mexicanas, pero nadie está impedido tampoco, díganlo si no estos todos timbres...

domingo, noviembre 05, 2006

Muy filatélicamente


Comienzo un divertimento, otra bitácora. Digo:

Sin mayor pretensión que publicar, si se puede diariamente, un timbre, sello o estampa postal de escritores, filósofos y músicos, sin otra relación que mi gusto y haberlo recibido por mensaje, compra o intercambio. No soy, en sentido estricto, filatelista, aunque ahora pasan por mis manos algunos cientos de timbres con regularidad. No era coleccionista, tampoco, pero comienzo a serlo. Bueno, tengo libros pero no en el sentido del coleccionista, o al menos no hasta ahora.
Será genético, imagino, ese gusto por la acumulación sin sentido, algo quedó, pues, de la necesidad de acumular que ahora vemos en el arte y, también, en las timbres.

viernes, noviembre 03, 2006

Hábitos

De pronto habitualmente dejé de escribir en la bitácora, diaria casi para mí, pues, y menos circunstanciada acaso que el acaso mismo. ¿Cuándo nace un hábito?, me preguntaba y respondía. La vida, constato de nuevo, se parece mucho más a resolver un problema que a plantearlo. De cierto, a todos nos acostumbramos, a las presencias y a las ausencias, por algo somos animales de costumbres.

Pronto escribiré de fray Junípero Serra y su intimbre, ¿cómo decirlo?, mexicano. Vaya errata.

A cambio de los cambios, por mis manos pasan ahora muchos timbres postales, algunas antigüedades chinas y japonesas, algunos impresos antiguos, grabados y litografías y uno que otro ex libris. Abriré nueva bitácora para ir colgando (¿no es hermoso, ahora no se publica, se cuelga...?) imágenes de escritores varios, algunos músicos y uno que otro científico puestos a viajar en timbres postales de varias partes del mundo. No soy filatelista, y no lo soy por razón distinta que mi ignorancia, me encantaría saber muchas cosas variadas de los timbres, pero apenas barrunto algunas cosas. Lo que sí, me encanta encontrar Pasternaks y Wittgensteins y Willacartesrs y Elliots y Daríos...

Retomo la palabra, la cuelgo de nuevo...

miércoles, septiembre 27, 2006

Schwob

Curarse del susto

A la manera más clásica, estuve instalado en el susto, pero la normalidad vuelve y se instala, sin importarle susto alguno. Por entregar un texto, y me mandan inquisición, y me asusto.

Converso con garróloga experta, y me regala algunas hipótesis harto interesantes.

El susto de álguienes cercanísimos quienes, para evitar asalto, se lanzaron en andas por andando del coche en movimiento y todo iba a pedir de boca, hasta tocar tierra con la cabeza y fue asunto de ambulancia (donde acompañé a la susodicha), hospital, convulsiones, tomografías perdidas, cambios de horario y cosas más.

Pero regreso a donde estaba o a quien era, y santas pascuas, nada mejor para el susto.

Excelente texto de Marcelo Uribe en Proceso, mesurado y argumentado, como es él, como debiéramos ser todos, como debiera discutirse todo el asunto. Tengo ninguna esperanza...

Entrevistas y reportaje sobre el caso de Fernando Valdés, pleno de obscuridades el caso, por fin libre...

Solicito a la SRE el expediente de Efrén Rebolledo, y me piden que demuestre, aunque sea en ochavo, genes compartidos... ¿No sabrán que fue embajador y, por ello, funcionario público? Parece que no...

¿Me ampararán ante el notoriamente improcedente que me recetó el IFAI?

Me encuentro un retrato de Saito Mokichi y me alegro...

lunes, septiembre 18, 2006

La librería del vaticano



La foto es de la agencia efe. El texto que sigue la acompañaba en El Universal. Sabrán ellos dos si es de efe o del segundo:

El Codex Vaticano Urbinate 1270, también conocido como el tratado de Leonardo da Vinci sobre pintura, expuesto en una muestra sobre el pintor italiano en la Librería Nacional en Sofía, Bulgaria. El manuscrito, del siglo XVI, pertenece a la librería del Vaticano y es la primera vez que se presta desde 1657.


Digo, si la librería no ha podido vender el libro desde 1657, no será por el precio único. ¿Será una nueva estrategia comercial, prestarse libros entre librerías? Al menos que salgan a orearse, digo yo.

Que levanten la mano los que estén a favor del precio único.

El veto a una ley, contradictorio

Siempre que leo a Miguel Ángel Granados Chapa el mundo me parece menos confuso. Me ha pasado igual ahora al leerlo sobre el veto a la ley del libro, desde luego. Puede leerse en dos lugares.

El diferendo es sobre el precio único. Todos festinamos los ley si no atendemos ese artículo, la propia comisión alaba la ley y propone algunas mejoras, que al comentar con un vocal de la Cámara, me señaló que deben ir en el reglamento.

Los descuentos son puro cuento, decía hace poco Gabriel Zaid.
No termino de entender el asunto de que:
Arguye la Comisión que se opone al precio único porque su mandato legal es hacer cumplir el artículo 28 constitucional, en la parte que prohíbe “todo acuerdo, procedimiento o combinación de los productores, industriales, comerciantes o empresarios de servicios que de cualquier manera hagan, para evitar la libre concurrencia o la competencia entre sí y obligar a los consumidores a pagar precios exagerados”.

Dolosa o mala lectora, la Comisión aparenta no advertir que se ordena combatir conductas de particulares. Estaría muy bien que lo haga, si lo hiciera. Pero la ley vetada es una expresión de soberanía, un acto de autoridad y por tanto no se le puede aplicar esa referencia a los oferentes del mercado. El precio único no resulta de un acuerdo de productores, sino del ministerio de la ley.


No me queda clara la idea de que puede, mediante ministerio de ley, hacerse algo soberanamente aun y cuando sea contrario a lo señalado por la propia constitución. Precios exagerados es el asunto. Por ministerio de ley puede, ni duda cabe, controlarse la oferta, incluso en casos extremos la demanda, penalizándola, pero sólo bajo el supuesto del precio justo. Quizá la discusión sea la que asoma la cabeza en este punto: ¿puede ser el precio único el precio justo? Muchos pensamos que sólo así puede serlo para toda la cadena del libro, el legislador lo pensó, el ejecutivo, por medio de la comisión, pensó que no, que perjudica al lector. ¿Alguien podría demostrar estadísticamente, por medio de datos históricos, pues, la justeza de la creencia de los más de nosotros? Ojalá

domingo, septiembre 17, 2006

La medianía de los mundos posibles

No vivimos, de cierto, en el mejor de los mundo posibles en cuanto a la distribución de los libros. Pero tampoco en el peor. Cada día entiendo menos lo que debiera entender. Sólo tengo dudas.

¿Es tan terrible la guerra de descuentos? Estados Unidos y Japón son dos de los países con industrias editoriales fuertes y diversas y con economías sanas. Pero no tienen los mismos parámetros para la venta de libros. En uno, el más puro y salvaje libre mercado. En otro, el precio regulado al máximo. No sé cómo explicarlo.

Algo se escapa en el debate. Ambos sostienen las ventajas de los precios bajos. El precio único baja el precio, según todos quienes lo defienden. El libre mercado también y más salvajemente. Se supone que los libros baratos hacen que la gente lea. No conozco datos.

Mis hábitos de consumo, válganos el señor, en cuanto a libros han cambiado radicalmente. Visito pocas librerías con ánimo comprador, prefiero internet. Y en cuanto a internet, la lengua española está muy, pero muy a la retaguardia. Muchos de los libros en español termino comprándolos en alguna librería de Miami o Nueva York. Intenten encontrar La huaracha del Macho Camacho para que me entiendan. La compré a precio bastante accesible, junto con el envío, en Miami. El libro de Trapiello no he podido conseguirlo. Hace un par de años tuve que pedirle a una amiga viajera me comprara la poesía completa de Mariano Brull en la edición de Cátedra cuando viajara a España, en México, supongo, no ha llegado nunca ejemplar de ese libro.

De las bibliotecas mejor ni hablo.

Hasta donde comprendo, el precio único es la mejor apuesta para crear librerías en un país donde casi no existen, y sin librerías no hay manera de responder al interés de los lectores, de responder a la demanda.

Hay que seguir con los días nuestros, la política es el reino de lo práctico y de los equilibrios por contrapesos. La Comisión de competencia impugnará cualquier ley que incluya el precio único. No es sólo que la considere inconstitucional, digo, porque la venta de pilas o baterías en México es inconstitucional, pues la carta magna, como la mientan, reserva la generación de electricidad al estado, y no señala voltaje ni amperaje alguno, dice que toda. Y tan discrecional la ley, entonces, ya está cantado el camino. Y tan pronto llegue a la suprema corte la controversia constitucional, podemos esperar otros años.

Necesitamos imaginación, no quejas ni análisis sobre lo que hizo Fox o dejor de hacer o hará. Mucho menos quejarnos de la comisión. Podemos quejarnos de que Plutón ya no es un planeta, pero de poco sirve.

Hay comentarios. Tomás Granados Salinas habla de la Diferencia específica. Rolando Cordera Campos se une a las quejas con El libro en peligro y Ciro Murayama nos habla de la Economía y [el] precio del libro.

Señalan que La guerra de descuentos influyó en la debacle de la industria editorial, pero seamos honestos, más influyó la muerte de Franco y el fin de los Videlas y Pinochetes. Válganos, que las democracias no le han hecho nada bien al libro en México, pero nadie pide (¿o sí?) la reinstauración de dictaduras...

Para gozo, dos sellos postales [timbres, les dicen en mi pueblo]:







Por cierto, los timbres son los únicos impresos donde las erratas aumentan el valor, lo cual no deja de ser harto interesante...

sábado, septiembre 16, 2006

Los de lentes

An interesting history could be written of the murder or imprisonment during the twentieth century of people who wore glasses, merely because they wore glasses. Communists in particular were inclined to believe that people who wore glasses were their enemies, because – despite their own materialist conception of history, according to which the driving force of history is economic relations rather than ideas – shortsightedness is particularly prevalent among intellectuals, and intellectuals, at least outside the humanities of departments of western universities, have ideas that might cast doubt on the ultimate truth of communist ideology: a backhanded tribute to the fact that ideas ultimately rule the world. An interesting exception among eyeglass-phobic dictators was Macias Nguema, the first, democratically elected, president of Equatorial Guinea, subsequently overthrown by his nephew, the current president, who killed or drove into exile a third of the population, and who had a special animus against those who wore eyeglasses. His animus probably arose more from his uncertain personal claims to intellectual distinction than from the mixture of paranoia and gimcrack ideas about neo-colonialism that he picked up third-hand, which was the nearest he came to ideology.

Lean completo The Realities of Evil by Theodore Dalrymple

Los servicios de inteligencia nunca son inteligentes, viven del temor y la ideología, el prejuicio. La ideología ha matado a más personas que cualquier peste... Y todo terror, todo terror, precisa colaboradores entusiastas y entusiastas convencidos. Así, por desgracia.

Max Aub, judío austriaco
Luis Villoro, comunista
Porfila Reyna, agente de Castro


¿Qué lleva a alguien a delatar a otro por mor de sus prejuicios?

viernes, septiembre 15, 2006

El precio único, revisitado

Algunas dudas y varias imprecisiones. En efecto, era una pregunta retórica, pero señalaba hacia el acuerdo del descuento. Al estar el precio en portada y al existir un esquema claro de descuentos, se puede, digamos, aumentar el precio en algunos casos, cuando la revista o el periódico es de otra ciudad o de otro país, por ejemplo, y entonces se le suma el costo de oportunidad. Claro, las revistas y los periódicos caducan, no tanto en contenidos, pues algunos nunca están en estado comestible, sino en cuanto a exhibición. De ahí la razón de que algunas revistas bimestrales o trimestrales indiquen en su portada exhíbase hasta tal fecha.

Olvidamos todos que el primer acuerdo de precio único fue un pacto de caballeros, realizado, desde luego, por los ingleses. ¿Por qué no es posible un pacto de caballeros en México? Porque la mayoría no está de acuerdo.

Hasta donde pude informarme, y soy miembro de la cámara y estuve pendiente y converso cotidianamente con la gente de la Alianza, la posición por parte de los libreros era de apoyo. Pero ya saltó la liebre. Apoyaba la Asociación de Libreros de México, que no agrupa a todos. Pero lo más sorprendente es que la Caniem no respondiera las observaciones de la Comisión de competencia económica, como si no tuviera importancia su posición. Vimos bien que era fundamental, que el congreso sólo no basta, pues el ejecutivo puede observarla y pelear su no aplicación, como ya anunció la propia comisión.

Quizás soy demasiado realista, pero para mí el precio único está muerto. Se deben buscar alternativas, pues aun cuando la apruebe el senado, la Comisión la impugnará pues, en sus propias palabras, debe defender la constitución y su único propósito es que no existan monopolios ni acuerdos que perjudiquen al consumidor.

Acusar de ignorancia, fundamentalismo, opacidad u otros muchos varios y terribles prejuicios, no sirve de nada. La discusión debe ser legal, y nadie está dando argumentos legales. ¿Es constitucional el precio único? Se necesita una defensa jurídica. No soy experto constitucionalista, ni mucho menos, pero me parece que no lo es, pues el texto de la constitución plantea como característica básica de la justicia distributiva, léase económica, léase revolucionaria institucional, léase neoliberal que intenta rebasar por la siniestra, la competencia libre y desinteresada de los productores, empresarios y,o, editores.

Además, varias librerías no están de acuerdo, por las razones que sean, y nadie ha intentando convencerlos. En el desayuno para exponer la ley en la Caniem se propuso realizar un folleto que, parece, no se ha hecho.

Porrúa es un caso aparte. Los Sepan cuantos toda la vida han sido baratos y tienen el mismo precio, precio único, en todo el país. ¿Cómo lo logran? De nuevo, controlando los descuentos. Gandhi nunca pudo obtener descuento mayor al 30% de parte de Porrúa. Su argumentos principal, si no me das más descuento no te compro, no les importó. Hablamos de hace muchos años. Porrúa nunca cedió y Gandhi tuvo que aceptar las condiciones de Porrúa.

Podría entonces hacerse un acuerdo de caballeros entre los editores, pero entonces la comisión diría que existen prácticas desleales de comercio y los importadores, distribuidores, irían en contra.

Una duda enorme, ¿por qué el país con la mayor riqueza editorial y de mayores ventas en el mundo no tiene precio único? Claro, hablo de Estados Unidos. Es el país donde más se edita, donde más se venden libros, donde más editoriales existen y dónde más librerías hay.

Las críticas más inteligentes hacia el precio único dicen lo siguiente: el precio único es un camino tortuoso y difícil para lograr la rentabilidad de las librerías y la diversidad editorial. ¿No sería mejor crear esa rentabilidad y esa diversidad por métodos de subsidios directos?

Véase el artículo de Frederick van der Ploeg Beyond the Dogma of the Fixed Book Price Agreement

Podría ser una salida al problema, buscar el apoyo a la creación de librerías como primer paso para aliviar, en algo, el estado casi comatoso de nuestra industria editorial.

Al tiempo.

jueves, septiembre 14, 2006

Revistas y precio único

¿Por qué en México las revistas tienen precio único sin necesidad de ley alguna?

No hay plazo que no se cumpla

Recibí, después de amplia espera, los documentos de la DFS sobre Elena Garro. Puede verlos quien quiera en esta dirección. Hoy o mañana digitalizo los documentos de Octavio Paz. Comentaré en la obscura transparencia.

martes, septiembre 12, 2006

Democracia y descuento

¿Es democrático el descuento en los libros? Es decir, a mayor descuento mayor lectura, al menos, mayor compra. ¿No es mejor precio bajos? De nuevo, elasticidad o inelasticidad.

Los dogmas clásicos, pues se convirtieron en dogmas, al parecer, nos dicen lo siguiente:

1. La demanda es elástica al precio. Contra todas las opiniones de ahora, la teoría señala la existencia del monopolio, pues en la mayor parte de los casos para cada título distinto existe un solo editor, a cuyo partir prueba la elasticidad. Es decir, la demanda no varía con el precio. Por seguir con la metáfora de la liga, que podemos estirar mucho el precio sin que la demanda cambie.

2. La relación entre ventas y catálogo se establece por medio de la proporción de don Pareto, el famoso y nunca bien ponderado 80/20. Es decir, el 20% de los títulos del catálogo genera el 80% de las ventas. Algunos, harto inteligentes, buscaban eliminar el 80 restante y lo único que lograban era disminuir las ventas y desplazar a otros títulos la misma característica de 80/20.

3. El costo de producción debe ser el 20% del precio de venta al público.

4. A mayor producto per cápita en un país, mayores ventas de libros.

5. A mayor escolaridad en un país, mayores ventas de libros.

6. La industria editorial vive de los lectores de corazón, es decir, aquellos que compran más de 13 libros al año.

7. El segmento de la población que consume la mayor cantidad de libros son las mujeres entre 30 y 50 años.

8. El aumento en el tiraje disminuye el costo del libro. El punto de equilibro mínimo es de 1000 ejemplares (o 2000 en algunos casos).

9. Las devoluciones se saldan, los sobrantes, después de saldar, se destruyen.

10. El punto de equilibrio en los libros traducidos es 1.5 veces mayor que el de los no traducidos.

Este extraño decálogo parece haber llegado a su fin, entre otras muchas cosas, por los cambios en la distribución, por el avance tecnológico en la producción y por los cambios en los hábitos culturales.

A reflexionar sobre cada uno de estos puntos.

sábado, septiembre 09, 2006

Errata y laberinto

eErrata sonriente: Werner Jaeger (1881-1861), nació 20 años después de muerto...

Leo el Laberinto, el sumplemento de Milenio. Recomendable esta semana por la defensa de la ley del libro. Unos y otros, a favor y en contra, descalifican la descalificación y así nos vamos. La derecha, como si las simplificaciones sirvieran para algo, no quiere que leamos. Ni siquiera. Extraño, además, acusarlos de torpes, iltrados y dogmáticos, pero a la vez, altamente inteligentes... En fin.

La tinta, la tinta, la endiablada tinta

De las variantes de tortura, la tinta sobre el papel es de las más extraña y paradójicas, pues la existencia misma de la tinta ha permitido y permite la impresión de buenos y perdurables páginas, folios diría Almela. Pero en cuanto a subrayar algo, en fin, qué hacerle. La tinta es endiablada. Pero la tortura mayor es cuando el lector es lerdo, menso, obscuro, y subraya todo. ¿Para qué? Hace poco me sucedió con una primera edición. La nota del vendedor decía algunos subrayados. Debió decir, algunos no subrayados, o algo por el estilo. Es un libro prácticamente ilegible y cuya restauración sería obra de muchísimo tiempo. Recuerdo ahora a Les Luthiers. ¿Tiene muchos libros escritos? Y..., siempre los compro ya escritos...

Libros con carácter

Pero no ignoramos —lo sabemos bien— que hay cierto número de llamados biblióficos que practican esa actividad por puso snobismo, como la practican los snobs de la pintura. [...] Y todavía hallamos una diferencia entre esas dos clases de coleccionistas: el de pinturas gasta dinero en restaurar el cuadro valioso que adquirió; el de libros evita ese gasto "para no quitar carácter" al volumen; para él, un libro antiguo no tienen carácter si sus folios no están de color café o enrojecidos (por oxidación que los reducirá a polvo); si no tienen manchas de diferentes clases (casi todas producidas por colonias de hongos destructores); si no tienen rayas e inscripciones estúpidas hechas a pluma. Si al snob le decimos: "Cuando este libro salió de las prensas, hace cuatrocientos años, tenía el papel blanco, no lo ensuciaban manchas de ninguna clase. Era un ejemplar pulcramente acabado. Ése era su verdadero carácter original"; entonces nos replica: "Sí, pero el carácter de antigüedad es aora cuando lo tiene." Por nuestra parte, contrarreplicamos: "Eso que usted llama carácer de antigüedad acabará con ese ejemplar en x años, acaso tantos que ni yo ni usted lo veremos, pero acabará con él." Entonces nuestro interlocutor no añade una palabra más: hace un simple gesto que interpretamos exactamente y cuyo significado expresó un monarca francés en el siglo XVIII: "Après moi le déluge".

Juan Almela Meliá, Higiene y terapéutica del libro.

Regreso al libro de Almela con regularidad y constancia. Ahora está de moda la limpieza física de los libros, con goma blanda. Prefiero la química, mucho más rápida y eficiente. No sé de cierto, en verdad, si sea más o menos agresiva, quizá es cuestión de temperamento. Para algunos, es menos agresivo borrar gentilmente, aunque visto al microscopio no hay ninguna gentileza. Para otros, es menos grave la limpieza química, igual de agresiva.

El problema inicia con las cuestiones científicas elementales. ¿Por qué limpia más rápido el agua caliente? ¿Por qué el agua debe estar desmineralizada? ¿Es lo mismo desionizada que desmineralizada?

Prefiero los libros limpios, así de sencillo. Sean nuevo, viejos o de madiana edad.

viernes, septiembre 08, 2006

Veto al precio único

No creo que le hayan mentido a Vicente Fox. Es una explicación harto extraña. Simple y sencillamente no están de acuerdo con el precio único, es decir, tienen una posición por demás ortodoxa sobre el libre mercado. Ruy Sánchez le reclama en la entrega de un premio. Bien, pero los argumentos son malos. Decir que: el 20 por ciento de las librerías cierra cada año, es una falacia. De ser cierto, en el sexenio de Fox hubieran desaparecido el 75% de las librerías.
Apoyo el precio único y apoyo la ley del libro. Pero, creo, es letra muerta ya el precio único, pues hay demasiados problemas legales asociados. Debiera pensarse una mejor defensa...

Fernando Escalante Gonzlabo habla a favor, Alberto Barranco señala el dilema y señala las razones de la Comisión. En resumen, hay dos posiciones incompatibles. El senado tiene ahora la palabra...


[Jornada] [Crónica] [El Universal]

Ex libris



Encuentro estos ex libris, vía dadanoias, del artista Artemio Rodríguez.

martes, septiembre 05, 2006

Inconstitucionalidad del precio único

El precio único en México es letra muerta. No importa ya el optimismo de la Caniem o del congreso, no importa el cabildeo ni los argumentos, la Comisión de competencia económica le dio la puntilla sin posibilidad de que nunca, excepto cambiando la constitución, sea factible el precio único.
El asunto es harto simple, pero de alcances enormes. La comisión de competencia vela, según su ley expedida por el congreso, el libre mercado de este país, es decir, que no existan monopolios de ninguna especie e impere la libre competencia. Como el precio único penaliza el descuento, inhibe la libre competencia y, por ello mismo, genera monopolios, muchos y diversos, pero monopolio al fin.
Como hay muchos libreros y distribuidores bastante infelices con la posibilidad misma del precio único, aun y cuando la promulgaran, la Comisión abrió el camino libre a los amparos por inconstitucionalidad. La suprema corte los otorgará con toda facilidad y volverá inviable el precio único. Con un amparo ganado, adiós ley de libro en ese rubro.
Práctico, creo que debemos dirigir las baterías a otros menesteres. La comisión mostró el camino para aniquilar la ley y, pese a la buena disposición de todos, ese artículo nace muerto.
Me sorprende mucho ver que las cámaras lo pensaron como un mero trámite y la Caniem consideró que no entendían el asunto. Todo lo contrario, lo entienden bien. La eliminación de la libre competencia beneficia al consumidor en el mediano y largo plazo, pero puede crear distorsiones.
Todos ven a la ley como proteccionista de mala manera, como un beneficio para los editores. Pocos ven beneficios para las librerías. Nadie, al final de cuentas, para los lectores.
Nunca he podido explicarme, en México, porque la mayor cadena, Sanborns, no da descuentos y, sin embargo, domina el mercado de novedades. Gandhi estuvo de acuerdo con el precio único, pero Sótano está francamente en desacuerdo.
Debemos comenzar a realizar estudios serios de qué se vende y cómo en México para poder crear alternativas. ¿No sería bienvenido un plan de apoyos para creación de librerías por medio de la Caniem, Educal y el FCE? Podría crear la diferencia en el país. Hacen falta librerías, todos estamos de acuerdo. Entre todos debiéramos buscar alternativas y no esperar, ahora, la aprobación de la ley, que comienza a parecerse peligrosamente a la anterior, aprobada al final con el riesgo de nunca ponerla en práctica.
Lo aterrados, como empresarios, es que casi ninguna librería ni editorial creó planes alternos, en caso de que se aprobara y en caso de que se rechazara. Vivimos en la inercia y, hasta donde parece, en la inercia seguiremos...
Los lamentos y las sorpresas salen sobrando.

Aplauden veto a ley del precio único del libro

Curiosas, extrañas, extremas posturas. Bien dice René, consumidores, no lectores, pero en esa tensión radica todo el problema. Bien económico y bien cultural. Muchos más de quienes imaginamos no están de acuerdo, muchos menos de quienes debieran, la defienden. Si no hay acuerdo, es suicida. Transcribo el artículo:

Heriberto Cortés Vélez/Cambio de Michoacán

Martes 5 de Septiembre de 2006

«Por única vez Fox le atinó, aunque fue por ignorante y por estar en contra de la ley», expresó el escritor moreliano José Ramón Méndez Estrada, respecto al veto que dio el presidente de la República a la iniciativa de ley del precio único del libro.
En esto coincidieron algunos encargados de las librerías morelianas, aunque no todos, ya que para Omar Jasso Esparza, responsable de la librería de Conaculta-Morelia, «la propuesta de ley era muy buena, con un precio único todos tendríamos ventas, a nosotros no nos conviene cuando abaratan los precios».
Además señaló que en su librería no realizan descuentos, sino que tienen un precio fijo oficial, por lo que dijo «abaratar precios no nos conviene».
El director general de las librerías Hidalgo, Gerardo Díaz Figueroa, apuntó que «la ley del precio único busca que resulte beneficiado el consumidor, yo tengo quince años en este negocio, antes a muchos libros se les hacía un sobreprecio, por el transporte, pero ahora ya no es necesario, nosotros tenemos los mismos precios que las librerías del Distrito Federal, en zonas de Yucatán o Tijuana sí hay un incremento del 20 o 25 por ciento».
Gerardo Díaz explicó que cada editor le pone precio a sus libros incluyendo el salario del autor, el costo de la publicidad, el transporte y la producción.
Sin embargo, reconoció que «estamos en un país en el que el poder adquisitivo es muy bajo, y el gusto por la lectura no es muy alto, para nosotros ha sido mejor que no se aprobara esta ley.
«La realidad es que, en el caso de las librerías, vivimos de las personas que tienen que comprar el libro por obligación, porque es una lectura obligada, porque realmente lo tienen que comprar y no les queda de otra, nosotros ofertamos descuentos, o damos tarjetas de descuentos con los que la gente ya sabe que siempre tendrán el quince por ciento menos, a los lectores eso les conviene», señaló Gerardo Díaz.
Rafael Romero Martínez, dueño de las librerías Luz más Luz, que comercian libros usados, señaló: «No estamos preparados para el precio único del libro, yo que vendo libros usados y saldos, cómo podría manejar eso, tendrían que hacer un apartado especial para mí, hay un gran mercado de libros de segunda, los saldos que maneja Ghandi, por ejemplo».
«Quienes intentan hacer estas leyes están soñando, son inaplicables, si no vigilan que se cumpla el precio de los alimentos básicos, tendrían que crear una instancia que se encargara de vigilar esto, pero la realidad es otra, ya no podríamos hacer descuentos, es como querer aplicar el comunismo en México, suena muy bien, pero la realidad es que aquí todos queremos ganar lana», agregó Rafael Romero.
El escritor José Ramón Méndez, autor de libros como Tzitzilini y otras lecciones del lado moridor o el Segundo curso de tesoros y aparecidos, que actualmente escribe como becario del Programa de Estímulos a la Creación y Desarrollo Artístico, dijo respecto al veto del presidente de la República que «por única vez, Fox le atinó, aunque fue por ignorante y no porque sepa lo que hizo, por estar en contra de la ley.
«Fox le atinó por ignorancia, pero con esto beneficia a los lectores, porque muchas librerías dan descuentos, además de que los libros tienen precios muy altos».
En contraste, el también escritor moreliano Humberto Luis Valdivia Calvillo, expresó: «Estoy muy enojado, él (Vicente Fox) como tiene tanto dinero no le importa, los libros son una fuente de la inteligencia, son el vínculo más preciso que hay entre la ignorancia y la inteligencia, se le está poniendo un precio alto a la inteligencia.
«En los países socialistas los libros son muy baratos, ediciones económicas, pero en los países ricos hacen ediciones de lujo, la idea sería que todo el mundo debería poder comprarlos, al gobierno sólo le interesa satisfacer sus ambiciones».

lunes, septiembre 04, 2006

¡No te sabes estar quieto!

Como bien decía la progenitora mía, no me sé estar quieto. Muchas otras cosas decía de mí, pero no están para saberlo. Inicio una nueva bitácora sobre transparencia y acceso a la información, La obscura transparencia. Como siempre termino por preguntar algo que no me quieren responder, me dedico, ya en parte, al pastoreo de mis solicitudes y mis recursos de revisión y, desde luego, a leer toda la información que me dan. ¡Cómo escriben cosas inútiles las burocracias! Porque seamos claros, todo lo escriben, el problema es investigar dónde lo archivan. Hay que buscar, sobre Octavio Paz, en la O de Octavio, en la P de Paz y, de pasada, en la E de esposo de Marie José y en la N de Nobel. Luego así son de elementales...

Un ejemplo simple. En su biografía Ricardo Garibay confiesa haber recibido una beca mensual de parte de presidencia, del todo discresional e ilegal, desde luego, aunque muy merecida, también, como muchas cosas en este país. ¿Dónde buscar esa partida presupuestal, de dónde salió ese dinero? Uno de los muchos apuntes.

Sin ironía alguna dijo sin ironía alguna

¿Cómo llegamos, o cuándo, al punto de aclarar demasiadas veces que alguien dijo algo sin ironía alguna?

Y el premio antes llamado Juan Rulfo™ es para...

Vivimos instalados en un vodevil, casi una farsa. El H. abogado de la familia Juan Rulfo™ amenaza, con todo respeto, imagino, al posible ganador: "tendría que rechazarlo o aceptarlo poniendo como condición que se retire el nombre de Juan Rulfo o atenerse a las consecuencias legales".

Sergio Pitol, ganador del premio anterior, partícipe en el jurado del actual, por pura casualidad amigo del hoy ganador Carlos Monsiváis.

¿Gritarán voto por voto los familiares de Juan Rulfo™? ¿Harán plantón en los pasillos de la feria del libro de Guadalajara?

De unos y otros, puras torpezas. Vivimos en un vodevil, bastante malo por cierto.

Bienvenida la nueva cleptocracia...

domingo, septiembre 03, 2006

Ratifica CFC su oposición al precio único en libros

La Comisión Federal de Competencia (CFC) reiteró la opinión enviada al Senado de la República el 6 de octubre de 2005, en la que manifiesta su oposición a un régimen de precio único para los libros, debido a que este esquema impide la libre competencia en ese mercado, en detrimento del consumidor.
La experiencia internacional demuestra que la imposición de un precio único obliga a los consumidores a pagar costos más elevados por libros, hasta 30 por ciento. Por ello, resulta contraproducente incluir esta medida en una ley orientada a fomentar la lectura.
La CFC tiene la obligación legal de proteger el proceso de competencia, para garantizar que los consumidores tengan acceso a los bienes y servicios que demandan en las mejores condiciones de precio, calidad y disponibilidad.
Por esta razón, la Comisión emite opiniones sobre iniciativas de ley que puedan afectar las condiciones de competencia en mercados.
Así lo hizo, por ejemplo, en el caso de las recientes reformas a la Ley Federal de Radio y Televisión, donde advirtió que éstas no impedirían la concentración excesiva en este mercado.
La decisión sobre el precio único del libro debe darse sobre la base de la evidencia empírica y con el objetivo de beneficiar a los consumidores, más allá de proteger el interés de cualquier industria.
Sólo con este enfoque se logrará el objetivo de fomentar la lectura en México.
El presidente de la CFC, Eduardo Pérez Motta, concluyó que “el esquema del precio único impediría a todos los participantes en el mercado de los libros ofrecer a los consumidores precios más bajos, aunque estuvieran en condiciones de hacerlo por operar de manera eficiente, debido a que esta práctica quedaría fuera de la ley”.

La espía a la que le mataban los gatos

Los documentos fueron solicitados por Alfredo Herrera Patiño, editor del sello independiente Verdehalago, quien, al no recibir respuesta positiva de las autoridades, solicitó la intervención del IFAI. Los papeles fueron, finalmente, liberados, y el escándalo comenzó: Garro, la escritora de los vestidos Dior, las perlas y el cabello platinado, la ex esposa de Octavio Paz y ex amante –o al menos amorosa corresponsal– de Adolfo Bioy Casares, había delatado ante el gobierno a buena parte de la clase intelectual de los años sesenta y llegado incluso a codearse con Lee Harvey Oswald, luego supuesto asesino de John F. Kennedy, quien hizo un viaje a México poco antes de dizque cometer el magnicidio.

No parece haber segundas intenciones aviesas en los trámites realizados por Herrera, cuyo propósito expreso es que su petición siente jurisprudencia y permita que se abran los archivos de la “Guerra sucia” que libró el gobierno mexicano contra organizaciones de extrema izquierda en los años sesenta y setenta. “El fantasma de Elena Garro ronda todavía e impidió, nos impidió a todos, ver esa parte sustantiva de entrada”, afirma el editor en su blog.

Su declaración no ha impedido, desde luego, que algunos opinen –viene mucho esta temporada– que en el fondo del asunto yace, viscoso y palpitante, un complot...


Antonio Ortuño en Letras libres.

Los documentos no han sido liberados. El IFAI ordenó al AGN realizar una versión pública de acuerdo a lineamientos señalados por el propio IFAI, versión ya en poder del comisionado ponente del recurso de revisión quien, según dicho de la titular de la unidad de enlace del AGN, con quien hablé el miércoles, no les ha dado cita para su cotejo. Es decir, excepto el AGN y el IFAI nadie, claro sin contar al propio CISEN, ha visto los tales documentos. Como casi todas las polémicas e intercambio de ideas en México, todos hablamos sobre algo que no hemos leído. ¡Es tan fácil estar bien informado en este país!

Una precisión, tengo intenciones aviesas, me interesa el acceso a la información... En cuanto a segundas intenciones...

Desde luego el comentario de Ortuño es el mejor que he leído. Pero, como todos, peca de esa metahermenéutica nacional, las segundas intenciones. ¿Por qué nos preocupan las segundas intenciones? Por una razón simple, que he llevado a la práctica en la editorial en cuanto empresa, la mejor forma de sorprender a alguien, en este país, es decirle la verdad. Creo que anida ahí la poca difusión del IFAI y de la propia ley, su poco uso. Es un arma ciudadana tan poderosa que no lo creemos.

Lo curioso es que, pese a mi declaración expresa, nadie repara en Octavio Paz. Solicité los expedientes de Octavio Paz y de Elena Garro, y solicité ambos para comparación, dada su obvia cercanía y sus comportamientos, digamos, contrastantes. Además de mi recurso, hubo ya otro con relación a un desaparecido, con los mismos resultados.

sábado, septiembre 02, 2006

El veto a la ley del libro

José María Espinasa, presidente de la Alianza de Editoriales Mexicanas Independientes y cabeza de Ediciones sin nombre publicó el siguiente texto en La Jornada:


El gobierno del presidente Vicente Fox se despide vetando -se dice observándola, pero en la práctica es un veto- la Ley para el Fomento a la Lectura y el Libro, ante la campaña de la Comisión Federal de Competencia y la Secretaría de Hacienda, escandalizadas por el terrorista ataque al sagrado dogma del neoliberalismo que -dicen- representa el precio único. No sólo desautoriza a las autoridades del sector educativo y cultural -la SEP y el CNCA apoyaron dicha ley-, no sólo ignora la decisión de las cámaras -en el Senado por unanimidad, en la de Diputados por amplia mayoría- y el acuerdo de los organismos gremiales y profesionales de la cadena productiva del libro, sino que deja al desnudo lo que antes disimulaba, su desprecio por el lector y por la lectura como elemento vital del desarrollo cultural.
De nada sirvió la argumentación conceptual, los ejemplos, la disección del funcionamiento económico y social del mercado del libro, las voces autorizadas y en buena cantidad que hablaron en favor, nada, prevaleció el dogma. Se le quiso objetar como anticonstitucional y no hallaron por dónde, y terminaron vetándola porque contradecía las bondades del capitalismo salvaje. No importó que se les demostrara que incluso bajo esa óptica el precio fijo resultaba benéfico. Y, desde luego, no tomaron en cuenta nunca el valor del libro como bien social.
Sería conmovedor, si no fuera patético, que todo se instrumentara como película de Hitchcock en su peor época, con la creación de un suspenso pueril que deja para último minuto el anuncio de lo que ya sabían desde muchos días antes. La tecnocracia resuelve así las cosas, de último minuto y de la peor manera. Presidencia tuvo la ley aprobada por las cámaras durmiendo en su escritorio tres meses y sólo cuando se vencía el plazo de su promulgación decidió hacer el veto. ¿Qué cara tendrá Reyes Tamez en este momento, cuando realizó una brillante defensa de esta iniciativa? La cara de todos los que hicimos algo por esa ley es de desconsuelo, pero Fox no es nuestro patrón y fue nuestro enemigo -en este caso no nuestro adversario- a lo largo de todo su sexenio. Nosotros seguiremos haciendo libros y él espero que cumpla su promesa de retirarse al rancho.
Los diputados y senadores de la nueva legislatura tendrán de nuevo como asunto pendiente algo de lo poco que sus antecesores ya habían resuelto. Habrá que insistir, más allá de la decepción, en la pertinencia de la ley y en especial del precio único. Se tendrá que volver a explicar a las cámaras el asunto, convencer a nuevos funcionarios y esperar que algún día -y que no sea demasiado tarde para la industria y la cultura- entre en funcionamiento. Los enemigos declarados de la ley celebrarán el asunto, los que -por cobardía más que por falta de convencimiento- no la defendieron tendrán que asumir su falta de compromiso y la responsabilidad en el desastre.
Mientras tanto, se tendrá que redoblar la apuesta por un lector activo, por el que lee por placer, en bibliotecas, en libros prestados, en aquel que hace el esfuerzo de apartar algo del gasto y compra un libro para sus hijos, aquel que se siente orgulloso de tener aunque sea una mínima biblioteca familiar, aquel al que se le despertará la vocación lectora más por necesidad que por azar, por aquel que sabe que la página es un territorio de libertad que no pueden robarse. En fin, después de tantas afrentas contra la democracia y la cultura ya no debería sorprendernos una más. Y sin embargo nos sorprende.

LOM polemizó con la Cámara Chilena del Libro por exclusión de evento

La casa editorial atribuyó a un acto de censura su marginación de Feria del Libro de Ñuñoa, situación que fue desmentida por el organismo que encabeza Eduardo Castillo.

A dos días del fin de la Feria del Libro de Ñuñoa estalló una polémica pública entre LOM Ediciones y la Cámara Chilena del Libro, debido a la marginación de la casa editorial del evento.
Según la versión de LOM, el organismo que encabeza Eduardo Castillo tomó esta determinación por declaraciones del director de la editorial, Paulo Slachevsky, sobre los reales efectos de la piratería en la industria.
LOM teme que la medida se repita a futuro, en cuyo caso -aseguró- no dudará en acudir a la Fiscalía Nacional Económica.
Frente a esta versión, la Cámara Chilena del Libro sostuvo que la marginación de la editorial -en cuyo catalogo figuran autores como los Premios Nacionales 2006 José Miguel Varas (Literatura) y Gabriel Salazar (Historia)- se debió "a una reingeniería total que se hizo con la Feria del Libro de Ñuñoa después de siete años".
Como hubo "un menor cupo de stands que otros años", explicó el organismo, "se privilegió la participación de empresas socias de la Cámara".
A través de un comunicado, la Cámara del Libro aseguró que "no ha tenido ni tendrá jamás una disposición negativa ni de censura en contra de ninguna empresa del libro y por ello sistemáticamente ha acogido en sus eventos a creadores, intelectuales y productores sin distingo alguno".
La misma nota recalca que en el caso concreto de LOM, la firma ha participado sin problema alguno en muchas actividades y ferias de la Cámara, al punto que ya tienen contratados tres locales para participar normalmente, como en años anteriores, en la Feria Internacional del Libro de Santiago, que se realizará en octubre próximo.
"Lamentamos que en el contexto señalado y que está avalado por una conducta pública intachable e indesmentible de la Cámara, más allá de sus autoridades en el tiempo, y que es conocida por todos, se confundan planos absolutamente distintos que lleven a aventurar juicios totalmente alejados de la realidad", indicó.
La declaración agrega: "Que nadie se confunda y dude que la Cámara, como ha actuado en sus 56 años de vida, será la primera en levantar banderas contra cualquier asomo de censura venga de donde venga".


Un acto que atenta contra la libertad de expresión


Desde LOM, Paulo Slachevsky reiteró sus polémicos dichos e indicó que se trata "el tema de la piratería como si fuera el único y gran tema del libro".
"Se limita el gran tema de la lectura y el libro a uno de sus aspectos, que es un aspecto importante, que hay que enfrentar, pero para nada el aspecto central", aseveró.
Para el ejecutivo, "la piratería es un problema, pero que afecta a los best sellers, a los 30, 40 títulos más vendidos, y es un problema grave pero tampoco puede terminar siendo el principal tema del ámbito de la propiedad intelectual y el derecho de autor", sostuvo.
Slachevsky también recalcó que la ausencia de LOM en la Feria del Libro de Ñuñoa se trata de un acto que atenta contra la libertad de expresión.
En tanto, José Miguel Varas, quien sí figuró entre los expositores de la citada muestra, que finaliza este domingo, expresó sus reparos a la presunta actitud de los directivos de la Cámara Chilena del Libro.
"A las librerías, como se sabe, no entra mucha gente. Las ferias tienen la ventaja de que llevan el libro hacia la gente", dijo el autor.
"Entonces, que por diferencias de opinión respecto de cuestiones que son el fondo de interés público y que debieran debatirse, personalmente me parece absurdo que se aplique una sanción para resolver una discrepancia", sentenció. (Cooperativa.cl)

Adiós al precio único

El presidente Fox, el día límite para hacer observaciones de acuerdo a los días legislativos, días en los cuales el congreso está en periodo de sesiones, hizo la obervación, más o menos anunciada por la Comisión de Competencia Económica, de que el precio único en los libros significa, según su docta economía, un monopolio. Todos los demás artículos de la ley le gustaron que da pavor, según se desprende de la observación, pero ya en el estribo, prefiere no promulgarla y la regresa a la discusión legislativa, con nueva cámara más preocupada por sobrevivirse a sí misma y tener presidente electo y de posesión tomado que otra cosa.

En fin, demos vuelta a la página con buenos editores y comencemos de nuevo. Con todo y que el secretario de educación pública apoyó la ley, de facto no hizo efectiva la anterior. Seguimos, pues, con una ley que no se aplica y una nueva a la cual le comenzarán a dar su hojalateada y restirada. Quedará presentable, pero harto menos atractiva. Deja Fox la bibliotecota y las bibliotecas escolares y de aula. No es poco. Tampoco mucho...

En cuanto a la Ley de Fomento a la Lectura y el Libro, el presidente sólo expresa reservas respecto del esquema del precio único de los libros, por considerar que al suprimirse la libre competencia y los incentivos a la reducción de costos de distribución, los consumidores podrían verse impedidos de tener acceso a menores precios. [Nota completa]

viernes, septiembre 01, 2006

Premiado espurio

Dice uno de los herederos de Rulfo, sin ironía alguna, que el próximo premiado del Rulfo será un premiado espurio:

La persona que acepte el reconocimiento que se entrega cada año en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, y que hasta el año pasado llevó el nombre de Juan Rulfo, "sería un premiado espurio, estará aceptando un premio con un nombre ilegal. Un premio que no existe", advirtió Juan Francisco Rulfo, hijo del escritor jalisciense.

¿Cómo se puede aceptar un premio que no existe y, además, indignarse por la entrega de ese premio que no existe?

Los enredos del quesillo de Oaxaca se vuelven la norma de pensamiento. Habrá que otorgar el premio El queso del mes pese a lo competido.

Mejor, habrá que otorgar el premio que no existe a la inteligencia inexistente. Llámemosle el premio que no se llama Juan Rulfo. Mejor, el premio este premio no se llama Juan Rulfo... y quien lo reciba deberá entregar al honorable jurado, en este caso su servidor, la cantidad que el jurado decida...

¿Se imaginan pidiéndole a los ayuntamientos retiren el nombre de Juan Rulfo a las calles así nombradas? ¿Calles inexistentes...? Desde hoy mi refrigerador, que sufrió un infarto la semana pasada y está comatoso, pero en franca recuperación, según el técnico altamente especializado que contraté, en este caso mismo su mismo servidor, llevará el nombre de Juan Rulfo. Guarda las cocas en el Rulfo, le diré a mi conciencia... Voy a que Juan Rulfo me dé una cerveza... Algo huele mal en Juan Rulfo... Lo impensable, se calentó Juan Rulfo... Cómo salió malo este pinche Juan Rulfo, de GE tenía que ser...

Larga vida a Juan Rulfo...

Cóbraselos caro

Rectifico, no lo cobrarán caro, ya lo cobraron. Basta ver el mínimo y pésimo nivel educativo para saber, de cierto, que ha salido muy caro. De la primeria los niños salen sin saber las operaciones elementales, sin tener clara la relación entre suma y multiplicación y resta y división, sin saber utilizar un mapa de su ciudad, sin saber consultar un diccionario y sin haber tenido nunca noción alguna de un directorio telefónico. Internet, para algunos, ha significado una educación alterna y benéfica, como siempre, para quien más tienen.

Por eso queman libros, porque no falta demasiado para la quema de computadoras...

jueves, agosto 31, 2006

Quema de libros

¿Qué hacer ante la quema de libros? Desamparo describe el sentimiento ante ese ritual límite. Porque dejamos el terreno del espectáculo y la representación para llegar, de lleno, al ritual, por cierto, nada culto. La quema, en sí, es preocupante, pero mucho más que la realicen maestros de secundaria. Sólo es una quema simbólica, nos dicen, sin darse cuenta de la dimensión horrenda de sus palabras. Claro, y desde luego, es simbólica y destruye un símbolo poderoso. Hace poco menos de cuarenta años el país decidió, con mucha ayuda externa, desde luego (¿recuerdan el club de Roma, por ejemplo?) dejar de crecer y multipicarse tanto, sin pensar en alternativa alguna a la formación de los profesores. Vemos los resultados, los maestros en México sobran y estorban y son, ni duda cabe, quienes comienzan a encabezar muchas protestas. El abandono en que nos tuvo cóbraselo caro, dice la novela Pedro Páramo. El abandono que como país hemos tenido hacia los maestros lo cobraran caro. Y no será, a ojos vistas, nada ilustrado ni culterano. Con sueldos mínimos y sin retribuciones dignas, sin alternativas de crecimiento y sin apoyo ni prestigio, los maestros se forman en la protesta y la lucha, pues desde hace años se les ataca y divide. Oaxaca y Guerrero, cuna de protestas y cuna, desde luego, de muchas de las guerrillas de los últimos, también, cuarenta años es donde inician las protestas y las quemas. Ahora sí, por desgracia para todos, ya hay balas y muertos. Si queremos, la de Chiapas no se dio como ritual sino como representación, más cercana a la unniversidad que a las primarias y secundarias.

Los maestros no quieren modernizarse, no quieren cambios de planes, no quieren libros distintos, no quieren métodos diversos, no quieren, al final, formar a sus alumnos de la manera pedida por la Secretaría de Educación Pública. Bajo esa lógica, tienen razón, modernizarse, para ellos, es morir, desaparecer, evaporarse. Queman los libros pues representan un conocimiento que no desean impartir, pues los excluye. Se formaron con métodos y contenidos de principios del siglo veinte, y no quieren moverse.

Cuán dolorosa la quema de los libros. Libros, además, pagados por el estado, gratuitos para los estudiantes. Es, de cierto, un delito señalado en la ley destruir o comercializar los libros de texto gratuito, pero la ley dejó hace mucho de aplicarse en el país.

Integrantes del Movimiento Reivindicativo por los Principios de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero quemaron los libros frente al congreso local.

¿Qué hacer ante la quema de libros?...

lunes, agosto 28, 2006

Nombres, nombres...

Datos, nombres, hechos, me piden y procedo en consecuencia...

Borges dedicó a María Esther Vázquez El poema de los dones, María Kodama suprimió la tal dedicatoria.

El poema Al olvidar un sueño fue dedicado por el autor a Viviana Aguilar. María Kodama lo eliminó por completo. Borgianamente podría añadir: decir de ella que fue rival de amores sería añadir una línea a la propia historia de esa infamia.

Es mejor no especular sobre los motivos, pues sería buscar justificación a lo que no la tiene.

Reeditar Inquisiciones, El tamaño de mi esperanza y El idioma de los argentinos no entra en la misma categoría, pero hubiera sido preferible, habida cuenta de la negativa de Borges por publicarlos de nuevo pues no le parecían dignos pese a ser debatible e, incluso, pensable su falta de razón o en su interés histórico, preferible, pues, hubiera sido hacer una edición en la cual de manera clara se señalase cuál es el interés por publicar de nuevo lo que el autor no quería.

No todo lo escrito es publicable, aunque todo debiera ser accesible a los investigadores, pasado, cuando más, cierto tiempo para proteger a la intimidad.

No es el caso, por desgracia. María Kodama quiere, ella, hacer la edición crítica, y será bienvenida si es buena. La de Gallimard ya lo es, no tiene sentido prohibirla.

Cumplo, con harturas de alegría, la encomienda...

domingo, agosto 27, 2006

El caso Perelman

Grigori, Grisha, Perelman probó la conjetura de Poincaré. Se ha vuelto sospechoso por no aceptar la medallla Fields ni reclamar el millón de dólares que un instituto privado estadounidense, como él lo llama, ofreció a quien resolviera ese problema. Nada más sospechoso para nuestra época resulta quien desprecia el dinero, el reconocimiento y la fama. Mucho dice de quienes somos esa sorpresa.A diferencia de Andrew Wiles, quien probó el último teorema de Fermat, Perelman no quiera mayor recompensa que haberla probado. Resulta escandolosa su actitud: sólo le interesan las matemáticas...

Furia kodamiana

Furia kodamiana llama Bernès a la insistencia de María Kodama en ser ella, y solo ella, quien decida todo los asuntos sobre la obra de Borges. Que reciba todo el dinero que produzca la explotación comercial de la obra, todo, sin un céntimo para nadie más, es voluntad de Borges. No lo es, por ejemplo, eliminar la dedicatoria en El poema de los dones o el poema Al olvidar un sueño. De cierto en 70 años nadie recordará a María Kodama...

jueves, agosto 17, 2006

Libros gratis con anuncios

Los precios de los libros de texto están subiendo a varios cientos de dólares pero en algunos cursos del próximo semestre los alumnos no van a pagar nada. ¿Cómo es posible? Porque los libros de texto van a tener anuncios de compañías como FedEx, Kinko's y el café Pura Vida.

Vender espacios de anuncios en los periódicos, revistas, sitios web y televisión, los mantiene baratos o gratuitos. Pero, hasta ahora, el modelo no se había extendido a los libros de texto universitarios, en parte por temor a que la facultad considere los anuncios como poco dignos. El problema es que algunos libros de texto les están costando a los estudiantes, según diversos estudios, unos $900 al año.

Ahora, una pequeña compañía de Minnesota está tratando de cambiar el estado de la industria de libros de texto universitarios de $6,000 millones. Freeload Press ofrecerá más de 100 títulos este otoño --en su mayoría cursos de negocios-- completamente gratis. Los estudiantes, o cualquier otra persona que llene una encuesta de cinco minutos, puede bajar un archivo PDF del libro, que luego puede almacenar en su disco duro e imprimir.


[completo]

Un falso Borges

“[…] y también me trajo Bioy Casares una revista con unos versos de la joven poeta mexicana Robertha Mayer. Esos versos me recordaban algunos de mis desatinos de la juventud y sin embargo tenían una fuerza extraña y numinosa.

Decidí contactar a la poeta para comunicarle lo que me había hecho sentir sus versos. Escribí a la redacción de la revista, pero no supieron darme ningún dato. Busqué vanamente en todos los catálogos y diccionarios de escritores el nombre de Robertha Mayer. Cuando estaba a punto de darme por vencido, se presentó nuevamente Bioy Casares en mi casa. Una de sus tías, que vivía en el Distrito Federal, había conseguido el teléfono de la familia Mayer.

[…]

Tras una larga discusión con la operadora, lograron comunicarme. El teléfono sonó una, dos, tres veces, antes de que alguien descolgara el auricular del otro lado. Pedí hablar con Robertha Mayer.
‘Ella habla’, contestó. La voz tardaba mucho en llegar, como si tuviera que abrirse paso en una larga noche estrellada.
‘Le habla Jorge Luis Borges, desde Buenos Aires’, dije. A los pocos segundos, escuché el eco de mi voz en la bocina.
‘¿Es una broma?’
‘De ninguna forma. ¿Por qué cree usted que es una broma?'
‘Jorge Luis Borges está muerto’.
En ese momento, me di cuenta de que estaba soñando. Inmediatamente le pregunté la fecha. Cuando ella me respondió que era el año 2006 comprendí lo que pasaba.
‘Se equivoca en todo’, contesté. ‘Éste es el año de 1943 y usted todavía no ha nacido’.”


Gran idea, en verdad. Eliminé un anacoluto, por vicioso, yo, desde luego, no el anacoluto ni el autor, válganos el señor anacoluto. Y Ciudad de México, sería mejor. No me imagino a Borges diciendo Distrito Federal. Tiene fuerza, la tiene. Espero que René López y su Teoría del caos logre ver que ha empezado una novela, y buena.

miércoles, agosto 16, 2006

El escándalo Borges o de viudas y huérfanos

Le Nouvel Observateur llama, precisamente, el escándalo Borges a la negativa de su heredera universal, María Kodama, de permitir la reimpresión de las obras completas del autor en la biblioteca de la pléyade. La voracidad, a veces, parece no tener límites y el deseo de brillar por medio del otro. Borges es un grandísimo autor, Kodama, al menos hasta ahora, no. ¿Cuál es el límite de un heredero?

Lo mismo pasa con Joyce, lo mismo pasa con Rulfo. No dudaría que, pronto, Borges sea una marca registrada y, entonces, los herederos se convierten en los mayores enemigos de la difusión de la obra.

Es lástima.

lunes, agosto 14, 2006

Filípica

Si el compromiso estético está supeditado al político, el autor escribe propaganda.
Si el compromiso estético está supeditado al ético, escribe filípicas.
Si el compromiso estético está supeditado al comercial, divertimentos.
Sólo cuando todo está supeditado a lo estético puede nacer el arte.

Aunque debe escribirse una filípica.

sábado, agosto 12, 2006

Himno al libro

¿Quién entonces —mejor que el libro— es, a la vez, médico y nómada, bizantino e hindú, persa y griego, eterno y engendrado, mortal e inmortal? ¿Quién podría, como él, ser alfa y omega, lo demasiado y lo nunca suficiente, lo oculto y lo aparente, el testigo y el ausente, lo eminente y lo humilde, lo consistente y lo inconsistente, la forma y su contrario, el género y su opuesto?
Vayamos más lejos, cuándo has visto un jardín transportado por un gesto, un vergel dispuesto sobre un pedazo de piedra, un ser que le habla a los muertos e interpreta a los vivos, un familiar que sólo se dispone a dormir después de que tú has sucumbido al sueño, un ser que no habla más que de tus deseos, mudo más que una tumba, guarda los mejores secretos con discreción mayor que los secretarios, un viejo al resguardo de quienes son considerados maestros en la materia, dotado de una memoria más prodigiosa que la de los árabes auténticos, así como de esos niños que las preocupaciones no llegan a asaltar sus mentes, de los recién nacidos que —con los ojos aún cerrados— no disfrutan de la facultad de distinguir las siluetas y tienen, por un momento, su atención en total disposición, cuyas mentes son libres y nada llega a distraerlos, cuya voluntad es plena y completa, de arcilla blanda y maleable (...)
Tú has reprobado mi libro. Sin embargo, yo no conozco vecino más amable, de intimidad más confortable, compañero más accesible, maestro más astuto, émulo más brillante, ni menos capaz de falta grave, ni menos propio para originar aburrimiento o lasitud, ni de las actitudes más sociables, ni menos dispuesto a la hostilidad o a las desatenciones, ni más alejado de toda calumnia o impostura; persona no más rica en hechos extraordinarios, en fantasías de cualquier tipo, menos vanidosas o artificiales, menos proclive a la discusión estéril y a las argucias, menos indiferente a la disputa o a la polémica, menos guerrero que el libro.
A mi parecer, no hay compañero más fiel a sus compromisos, más pronto a honrar los favores recibidos, más dispuesto a ofrecer sus servicios. No hay nada que se desgaste menos que un libro. No conozco un árbol que tenga un fruto más suculento, más precoz, más fácil de tomar, más disponible en todo momento, como el libro. No sé de objeto que, a pesar de su poca edad o reciente nacimiento, sea tan sencillo de cuidar, modesto en su costo, acumulador de eventos extraordinarios, de ciencias extranjeras, de vestigios de mentes fuera de lo común, de obras admirables [producidas por] espíritus sutiles y refinados, de máximas elevadas, de doctrinas estimables, de sabias experiencias, de información sobre antepasados, de países lejanos, de proverbios comunes, de naciones desaparecidas, lejanas del libro.
Dios —que sea glorificado y magnificado— ha dicho a su profeta —a él bendición y salud—: “Lee, entonces, tú señor es muy generoso. Él ha enseñado por el cálamo”. Él es descrito —¡qué sea exaltado!— en estos términos: “Él ha enseñado por el cálamo”, lo mismo es considerado generoso devolviendo ventajas por sus favores insignes y sus inmensos beneficios. Se ha dicho: “El cálamo es una de las dos lenguas”. Se ha dicho igualmente: “Quienquiera que (re)conozca las virtudes de la comunicación oral, (re) conocerá, a fortiori, la superioridad de la comunicación escrita”. Así Dios hizo de este mandato un elemento constitutivo del Corán: el primer signo de Descenso divino creando el ciclo de la Revelación (...).
El libro es un comensal que no te adula falsamente, un amigo que no te soborna, un compañero que no te aburre, un solicitador que no te reprocha continuamente tus tardanzas, un vecino que no te encuentra poco dispuesto a rendirle un servicio, un hombre que no prueba, por servilismo, arrancar tus pensamientos más íntimos, que no se comporta contigo de manera pérfida y desleal, que no te traiciona hipócritamente, que no actúa de forma mendaz.
Mientras más te acerques a un libro, más aumentará tu placer, tu naturaleza más se afinará, tu lenguaje más extenso será, tu habilidad se perfeccionará, tu vocabulario más se enriquecerá, tu alma más ganará en entusiasmo y arrobamiento, tu corazón más colmado será, así asegurarás la consideración del pueblo cultivado y la amistad de príncipes. Gracias a un libro aprenderás en un mes lo que no aprenderás por boca de sabios en una “eternidad”, y esto será sin contraer deuda con ellos, sin imposición de cuotas penosas por la búsqueda de conocimiento, sin apremiarte a esperar de pie frente a la puerta del maestro público, obligado a enseñar para ganarse la vida, sin apremiarte a sentar en tu mesa personas moralmente inferiores, de menos noble extracción que la tuya. El libro te despeja, te libera del trato con gente odiosa y de relatos de hombres estúpidos, incapaces de comprender. El libro te obedece tanto de día como de noche; él te sigue durante tus viajes o en épocas en las que prefieres ser sedentario. Él nunca tiene sueño; las fatigas de la vigilia no lo indisponen.
El libro es el preceptor que —como lo hayas llamado— no te abandona. Y si tú mismo le “cortas” la vida, él no lo hace con sus servicios. Si caes en desgracia, el libro no renuncia jamás a servirte; si soplan hacia ti vientos contrarios, el libro no se torna contra ti. Si lo atas con un delgado hilo sostenido por un vínculo imperceptible, puedes superar cualquier porvenir.





Extracto del libro de Jâhiz (Basra, 777-869): Le Cadi et la Mouche, Anthologie du Livre des Animaux, textos escogidos, traducidos del árabe y presentados por Lakhdar Souami, Actes Sud. Traducción del francés por Claudia Pacheco.

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