Sobre el arte de editar e incurrir dichoso en las erratas, entre otros menesteres de los libros, su gozo, su hechura y algunos ensayos sobre variopintos temas.
sábado, septiembre 09, 2006
La tinta, la tinta, la endiablada tinta
De las variantes de tortura, la tinta sobre el papel es de las más extraña y paradójicas, pues la existencia misma de la tinta ha permitido y permite la impresión de buenos y perdurables páginas, folios diría Almela. Pero en cuanto a subrayar algo, en fin, qué hacerle. La tinta es endiablada. Pero la tortura mayor es cuando el lector es lerdo, menso, obscuro, y subraya todo. ¿Para qué? Hace poco me sucedió con una primera edición. La nota del vendedor decía algunos subrayados. Debió decir, algunos no subrayados, o algo por el estilo. Es un libro prácticamente ilegible y cuya restauración sería obra de muchísimo tiempo. Recuerdo ahora a Les Luthiers. ¿Tiene muchos libros escritos? Y..., siempre los compro ya escritos...
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