jueves, septiembre 20, 2012

8. ¿El acceso absoluto elimina el valor?


¡Filtros, filtros, filtros, necesitamos filtros!, nos dicen una y otra vez quienes defienden la superioridad moral del papel negando su dignidad. ¡Qué alguien nos diga si lo que se publica es bueno! Pues sí, quieren una guía y la guía no existe y, por desgracia, no existirá. 

En burlas veras decía sobre el simposio malhadado, segundo él, que necesitan saber de antemano si un libro es bueno o malo porque temen que les vaya a gustar mucho algún libro malo. Claro, se habló de Joseph Philip Roth y Wikipedia. ¿No es el autor, decían, la mayor autoridad sobre su obra? Concedamos que sí, el problema, como bien señalada Cory Doctorow, es que la autoridad central en Wikipedia no existe, es una autoridad sin centro, cambiante. Necesita una fuente externa, en primer lugar, y secundaria, en este caso alguien distinto al autor. ¿Por qué?, porque es un proyecto comunitario. El resultado no es nada malo, debemos decir, aun cuando tenga sus asegunes.

¿Y los libros? Hay muchas confusiones. No creo que la proporción de libros malos haya aumentado en los últimos cien años. Sólo si no han ido a librerías podrán asegurar que la mayor proporción de lo que se edita es bueno. Seguimos con una actitud reverencial a lo impreso, como si fuera palabra sagrada. No lo es. Si está impreso sólo significa que está impreso. Ni es un texto condenado a perdurar por todas las generaciones futuras ni es tampoco un texto merecedor de conservación o análisis. Hay libros sobre cómo realizar viajes astrales, cómo prepararse para su siguiente reencarnación (nunca hay, al parecer, una primera), cómo elegir marido o marida, cómo deshacerse de su marido o marida y un largo y enorme etcétera.

Sabemos ha mucho que si un libro se vende en grandes cantidades no significa que sea malo, como también sabemos que si un libro no se vende nada no significa que sea bueno. Que a David Markson le hayan rechazado más de 54 veces su novela no significa que todas las novelas rechazadas sean obra de un genio.

Filtros. La educación y la salud se han encarecido, precisamente, para establecer un filtro. La publicación académica también (en lengua inglesa). 

Cuando iniciaron los podcast se decía que era el fin de la radio. No lo he escuchado, ese fin parece muy lejano. El problema, como en todo, no radica en la facilidad de publicar o no, el problema es que escribir, editar y publicar implican constancia y esfuerzo, que pierden muchos rápidamente. Muchos quieren dinero y buscan manera de vender su libro, como autores o como editores. 

Los lectores de Quevedo no son legión y nunca lo serán. Pero es muy bueno que cualquiera pueda leerlo y cualquier pueda editarlo. Descubrir autores interesantes por medio de Twitter o Facebook o la publicación directa es una maravilla que muchos prefieren ignorar.

La mayoría de las personas en el mundo no lee ningún libro al año, así de sencillo. Quienes leen son una minoría que, por primera vez, tienen acceso a muchos libros y a publicar muchos libros. 

Había y hay candado para que no se pueda leer (revisas académicas, libros digitalizados, libros electrónicos) y candados para que no se pueda publicar. Desaparecen, pues es imposible mantenerlos con los libros electrónicos. 

Hacer público no significa hacer público lo bueno o lo apreciado, significa hacer público lo que sea, bueno, malo o regular. La tentación de la censura es enorme y es peor cuando toma la forma de límites comerciales, defensa de derechos o salvaguardas ideológicas, religiosas, etc. El acceso absoluto no disminuye ni elimina el valor, lo restituye a su dimensión comunitaria, precisamente la preocupación de muchos.

domingo, septiembre 16, 2012

40 trinos sobre el libro electrónico


1. Hagan libro electrónico. Háganlo en Word si no conocen otro medio y conviértanlo. 

2. Repitan como mantra: la tipografía es una tecnología, las tecnologías se vuelven con el tiempo obsoletas. Superadas o poco pertinentes.

3. La extensión del libro tenía que ver con el papel y la encuadernación. El libro electrónico no es de papel, la extensión es libre, 1 o 10 000 páginas.

4. Si les preocupa el lado artístico del diseño, hagan arte y en sus ratos libres libro electrónico, aunque sea en Word. Luego aprendan a codificar y compilar y logren libros electrónicos realmente artísticos.

5. ¿Dónde pongo una ventana en una ventana? es una pregunta o muy profunda o muy tonta. El libro electrónico es una ventana…

6. Si a la pregunta de si leen en pantalla responden negativamente pero usan Twitter son un caso perdido...

7. ¿Por qué las bibliotecas [librerías, orfanatos, hospitales, paleterías,  congales, escuelas, aerolíneas] no editan libro electrónico? 

8. Las lápidas son para la posteridad y tampoco duran. 

9. /títutlo/El proceso/título/
Sí, así de "complejo" es el HTML5.

10. Entienda el HTML5 a la manera en que entiende el offset. Sabe qué hace, sabe incluso cómo lo hace, pero no podría operar una máquina. 

11. Tipografía digital es una forma de la nostalgia. El lector puede cambiar todo, acostúmbrese. 

12. Si no le gusta compartir, ¿qué hace en twitter?

13. Todo libro en papel es único, todo libro electrónico es el mismo libro. Esa es la diferencia.

14. Si le preocupa la rentabilidad vaya al banco o a las cámaras empresariales, como cualquier otra empresa. 

15. La mayoría de los escritores, como la mayoría de los actores, ganan poco dinero con su trabajo. Que algunos ganen mucho no invalida lo anterior.

17. Vean Don’t Fear the Internet para empaparse de HTML y CSS 

18. Vean PressBooks para hacer su primer libro electrónico. Hasta 5 es gratis. Ya pueden hacer los primeros 5.

19. Vean Scrivener  para hacer también su primer libro electrónico.

20. Al terminar este trino [me dio por lo cursi] comience su primer libro electrónico. En serio.

21. Si crees que la solución son becas y apoyo necesita terapia, consiga ayuda pronto.

22. Ya no queremos Simposio, queremos libro electrónico.

23. La mayoría de las editoriales desaparecen. Algunas en pocos años, otras en mucho años. 

24. Desde hace al menos 400 años hay editoriales, ninguna de las actuales tiene esa edad. 

25. En 1990 se pronosticó que en el año 2000 nadie haría negativos para libros mediante fotolito en México. Pocos lo creyeron.

26. En el 2000 se pronosticó que para el 2010 nadie haría negativos, todo sería directo a placa. 

27. En el 2005 se pronosticó que para 2015 toda la impresión de libros será digital. Hay quien lo duda. 

28. La mayoría de los libros serán #Libroelectrónico para el 2020. Mayoría significa: los leídos, los vendido, los comprados, los prestados, los comentados…

29. Cuando una tecnología se vuelve obsoleta y desaparece como oficio renace una generación después como actividad e clases medias con preocupaciones espirituales.

30. Vean Kindle Previewer 

31. Vean Calibre, no es lo mejor, pero sirve.

32. Vean Jutoh.

33. Si les proponen "formar" libro electrónico y les quieren cobrar por página un poco menos de lo que les cobran en papel, aléjense.

34. Los costos de traducir, corregir, cotejar, marcar, leer, son exactamente los mismos. 

35. Si lee ahorre y compre un Kindle  o un Papyre (unos 2000 pesos en México). Le saldrá más barato.

36. Su primer libro electrónico será probablemente horrible. Bórrelo e inicie con el segundo.

37. Si quiere vender libro electrónico debe ser una empresa, persona física o moral. 

38. Si quiere vender libro electrónico necesita ISBN y el ISBN cuesta. 

39. Amazon es una opción real. Investíguela. No necesita ISBN, no necesita ser empresa. 

40. Hay que ayudarnos. [Aquí ponía mis datos, que están en la cabecera o en el costado].

*  *  *

La solución es colaborar, la única forma de poder competir con los gigantes es colaborar, por eso están tan tranquilos.

miércoles, septiembre 12, 2012

7. ¿La rentabilidad es fundamental para los libros?


Si el libro tiene dignidad, decía, no tiene precio. Quienes defienden la superioridad moral del papel defienden, en muchos casos, el carácter absoluto del significado otorgado por el libro. La rentabilidad se torna esencial por el hecho de que editar es un proyecto. No hay editores de un solo libro. Y un proyecto necesita recursos. La tensión se torna extrema cuando asignan al libro electrónico el carácter de cosa material, simple estofa de comercio. 

El problema es doble. Por una parte el libro mismo como ventana al sentido, por decirlo así. Por otra parte la dignidad expresada en esa materialidad que, para sostener el proyecto, debe ser rentable. Vayamos por partes.

El libro es un objeto significante y logra serlo por medio de su materialidad medida y precisa. Es un objeto cuyas partes fundamentales, las páginas, despliegan su instrumento más preciado: la tipografía. La invención del tipo móvil y con él de las artes todas de la imprenta permitió crear una ventana a la comunidad. La tipografía nos lleva a los otros, pues los otros son el lenguaje fijado en la página. Inventó también al individuo como lo entendemos ahora. Permitió conectarse con otros por medio de esa ventana que es la mancha tipográfica. Bien lo decía Beatrice Ward, la buena tipografía es transparente, como una copa de cristal, como una ventana. Es un hecho fundamental. La tipografía significó el significado, permitió acceder al pensamiento y el sentimiento de los otros de una manera sistemática y permanente. Y lograr esa ventana fue históricamente costoso. La forma de hacer accesible esa ventana fueron el aumento de tirajes y los préstamos gratuitos: las bibliotecas. La justificación de la rentabilidad de las empresas editoriales (que fueron primero imprentas, luego librerías, luego editoriales) radicaba en la estética tipográfica y la nervadura de la que hablábamos antes. 

Las discusiones sobre la tipografía digital se tornan, a veces, delirantes y otras tristes. La ventana no se logra ahora por medio de la estética de la página, se logra con cualquier texto codificado, etiquetado, en una pantalla. Tan no es fundamental ya la tipografía que servicios por Readit son agradecibles. Leer como me sea más fácil a mí, no como lo decida ni el editor, ni el diseñador, ni… Quienes se quejan de la falta de precisión en los libros electrónicos son los mismos que se quejan de que no hay filtros, pues editar era filtrar y parece que deja de serlo. Ahora todos editan, sí, pero faltan muchos por editar. Pregunta sencilla, si no hay contenidos digitales suficientes en español: ¿por qué no comienzan las bibliotecas a publicar en electrónico? ¿Las editoriales universitarias especializadas? ¿Los maestros para los alumnos de su clase? Pensemos en los muchos contenidos de dominio público, ¿qué lo impide? Nuestras cárceles mentales, nada más.

Lo mismo con la rentabilidad. Ya no es necesario gastar mucho para lograr esas ventanas de sentido. En la biblioteca, en el salón de clase, en grupos de estudios, en apuntes específicos, en la edición gozosa (Ganso y Pulpo, por ejemplo) no hace falta hablar de rentabilidad. Porque, además, la rentabilidad desde el inicio estuvo unida al tiraje, a la cantidad de libros. Ya no existe el problema. ¿Editar para nadie? Sí, es posible y no es un problema. Editar para muy pocos. Editar para un momento. 

Parece pues que la dignidad no está unidad al precio. Quizá por primera vez. Lo que nos lleva a un lugar nuevo: el libro electrónico, cuando tiene dignidad, la tiene en verdad. Claro, puede venderse, pero también puede regalarse o liberarse.

 Digámoslo de una manera mucho más sencilla: por primera vez es posible editar sin necesidad de vender lo editado. Publicar, hacer público, sin necesidad de pasar directamente por el comercio. El proyecto Gutenberg señaló un camino, Unglue.it señala otro. Debemos inventar muchos otros.

¿Por qué no hay ninguna biblioteca en lengua española que tenga proyecto editorial electrónico? Me es un misterio. Pensarán que debemos ir a la página a leer y no podemos llevarnos los libros y tenerlos. ¿Por qué? Porque no se han enterado de la dignidad del libro electrónico.

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