Exclamar, en tono de cáspita, ¡la vaca!, ¿es errata, falsa amiga o galicismo?
Mil gracias a Graciales por señalar el entuerto.
Por cierto, la errata más divertida y embarazosa ha sido cuando en los créditos de cierta edición decidí nombrar a la correctora como Laura León, alias La tesorito, cambiándole de apellido. Todo terminó en risa y en un nuevo sobrenombre que, cual blasón, puede presumir la correctora.
Graciales, en la editorial, ya termina por comprender que la única ventaja de ser editor es responsabilizar a los demás de los propios errores: tú trabajo es localizar mis errores, le digo, de ese modo todo es perfecto :)
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