Inexorable, parece, lo inexorable mismo, como si fatum gobernara en verdad lo que nos sucede, o la providencia, o el destino o las estrellas en sus caprichosas constelaciones. No hay cultura alguna sin ese sentido de lo inexorable, del futuro escrito de alguna manera en parte alguna y cuyos signos nos esforzamos por descifrar y entender. Lejos de liberarnos de esa idea arcana, hemos elegido un nuevo futuro escrito y hemos, como sociedad, dedicado grandes esfuerzos y recursos muchos a descifrar ese código que ahora nos cifra y descifra nuestro futuro: la genética. [Ver Asombros y paralajes]
Nueva colaboración en Libro de notas, y agradezco a Magda Díaz sus generosas palabras, y a Marcos Taracido sus muchas gentileza y sus consejos sobre cómo arreglar mis burradas.
1 comentario:
Escribir en Libro de notas es excelente, un espacio muy valioso, y las gracias son para ti porque no solamente escribes bien, sino porque escribirás sobre nuestro hermoso país.
Me alegra mucho.
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