Lo dicho, el comercio cambia. Compré ya una edición, bastante interesante, de la Chemical History.
Nunca la había buscado pues tenía copia de una buena versión. Lo interesante es, insisto, el proceso mismo. Se la compré a un lector, no a una librería ni a un profesional del libro. Pronto habrá editores y libreros por doquier. Ya los hay en el mundo anglosajón, ya hay indicios en el medio francés. En español estamos en pañales. Pronto la profesión de librero, la tradicional, ganará prestigio, pues se volverán expertos, los únicos expertos, en esa monstruosidad de catálogo global. Algunos, pocos, lo entienden y están dispuestos a cambiar. Los más, nunca se enterarán, como los ferrocarrileros, quienes pensaron que su negocio era tener los rieles, no transportar, y prácticamente desaparecieron...
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