miércoles, septiembre 27, 2006

Curarse del susto

A la manera más clásica, estuve instalado en el susto, pero la normalidad vuelve y se instala, sin importarle susto alguno. Por entregar un texto, y me mandan inquisición, y me asusto.

Converso con garróloga experta, y me regala algunas hipótesis harto interesantes.

El susto de álguienes cercanísimos quienes, para evitar asalto, se lanzaron en andas por andando del coche en movimiento y todo iba a pedir de boca, hasta tocar tierra con la cabeza y fue asunto de ambulancia (donde acompañé a la susodicha), hospital, convulsiones, tomografías perdidas, cambios de horario y cosas más.

Pero regreso a donde estaba o a quien era, y santas pascuas, nada mejor para el susto.

Excelente texto de Marcelo Uribe en Proceso, mesurado y argumentado, como es él, como debiéramos ser todos, como debiera discutirse todo el asunto. Tengo ninguna esperanza...

Entrevistas y reportaje sobre el caso de Fernando Valdés, pleno de obscuridades el caso, por fin libre...

Solicito a la SRE el expediente de Efrén Rebolledo, y me piden que demuestre, aunque sea en ochavo, genes compartidos... ¿No sabrán que fue embajador y, por ello, funcionario público? Parece que no...

¿Me ampararán ante el notoriamente improcedente que me recetó el IFAI?

Me encuentro un retrato de Saito Mokichi y me alegro...

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