La Comisión Federal de Competencia (CFC) reiteró la opinión enviada al Senado de la República el 6 de octubre de 2005, en la que manifiesta su oposición a un régimen de precio único para los libros, debido a que este esquema impide la libre competencia en ese mercado, en detrimento del consumidor.
La experiencia internacional demuestra que la imposición de un precio único obliga a los consumidores a pagar costos más elevados por libros, hasta 30 por ciento. Por ello, resulta contraproducente incluir esta medida en una ley orientada a fomentar la lectura.
La CFC tiene la obligación legal de proteger el proceso de competencia, para garantizar que los consumidores tengan acceso a los bienes y servicios que demandan en las mejores condiciones de precio, calidad y disponibilidad.
Por esta razón, la Comisión emite opiniones sobre iniciativas de ley que puedan afectar las condiciones de competencia en mercados.
Así lo hizo, por ejemplo, en el caso de las recientes reformas a la Ley Federal de Radio y Televisión, donde advirtió que éstas no impedirían la concentración excesiva en este mercado.
La decisión sobre el precio único del libro debe darse sobre la base de la evidencia empírica y con el objetivo de beneficiar a los consumidores, más allá de proteger el interés de cualquier industria.
Sólo con este enfoque se logrará el objetivo de fomentar la lectura en México.
El presidente de la CFC, Eduardo Pérez Motta, concluyó que “el esquema del precio único impediría a todos los participantes en el mercado de los libros ofrecer a los consumidores precios más bajos, aunque estuvieran en condiciones de hacerlo por operar de manera eficiente, debido a que esta práctica quedaría fuera de la ley”.
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