Sobre el arte de editar e incurrir dichoso en las erratas, entre otros menesteres de los libros, su gozo, su hechura y algunos ensayos sobre variopintos temas.
sábado, diciembre 29, 2007
jueves, diciembre 27, 2007
Proust y los pulpos
Definición de libro
Artículo 123.- El libro es toda publicación unitaria, no periódica, de carácter literario, artístico, científico, técnico, educativo, informativo o recreativo, impresa en cualquier soporte, cuya edición se haga en su totalidad de una sola vez en un volumen o a intervalos en varios volúmenes o fascículos.
Comprenderá también los materiales complementarios en cualquier tipo de soporte, incluido el electrónico, que conformen, conjuntamente con el libro, un todo unitario que no pueda comercializarse separadamente.
23 193 páginas consultadas
sábado, diciembre 15, 2007
¿En qué se parecen los perros y los conejos?
jueves, diciembre 13, 2007
La destrucción o el amor
Por medio de Master en edición llego a el futuro del libro y me digo: a disponer de ellos de otra manera. Claro, sigue la promoción para vender los más posibles a precios lo más atractivo. Los hemos ofrecido a libreros de primera de segunda mano, hemos hecho promociones, hemos hecho rebajas, hemos regalado algunos, preparamos algunos donaciones a bibliotecas, ofrecemos a otros medios, pero, desde luego, podremos terminar por donarlos de algunas maneras interesantes y que encuentren sus lectores. Terminaremos con ellos, desde luego, para iniciar con otros proyectos. Creo que la bodega ahora debe ser mínima y si se tenemos tantos es por haberlos hecho de más.
Eliminar la bodega no significa eliminar los libros. Algunos sí, seamos honestos.
Acúsome de ser débil.
sábado, diciembre 08, 2007
Las ventas sub specie aeternitatis
Todo, imagino, porque tenemos la curiosa costumbre de considerar a los libros sub specie aeternitatis, bajo la perspectiva de la eternidad. Hace poco charlaba con amiga editora, la cual se quejaba de que la impresión digital no duraría demasiado tiempo, 300 años, decía. No creo que ninguna edición actual dure 300 años, sólo por el papel, pues sigue siendo en su mayoría ácido y, cuando no lo es, sus partes no son muy eternas que digamos (su encuadernación y su impresión, con tintas más bien de dudosa calidad). La mayoría de los libros ha ido a dar a la basura. De la biblia de Gutember disponemos, ahora, de imágenes digitales, pero no llegan a 30 los ejemplares completos. De los 6000 títulos impresos en ese primer medio siglo de la invención de la imprenta, quedan poquísimos ejemplares, incunables por definición. Por ello son valiosos. Los libros, entonces, por más cuidados que tengan, tienden a la catástrofe, las bibliotecas se incendian o las queman o las bombardean o se inundan (para no ir más lejos, la inundación reciente de casi todo Tabasco debe haber dejado casi sin libros al estado, sin metáfora alguna. En la FIL se organizó una colecta de libros para enviarlos. La SEP repondrá los libros de texto, pero no ha dicho nada de los otros libros. Del SNTE, no espera nadie que diga nada). Las goteras los asesinan, los roedores los desaparecen, los insectos los perforan y se recilcan para papeles de usos varios. Yo mismo, sin pena ni culpa alguna, he dedicado algunos ocios a experimentar blanqueados, eliminados y reciclados en catecismos varios de varios siglos distintos del inmejorable Ripalda, que abundadn tanto que nadie extrañará esos ejemplares llevados a tortura para buena ventura de quien esto escribe.
En el 2002 se inundó Praga y muchos libros valiosísimos se mojaron. Los refrigeradores de Mochov entraron al rescate, pues lo mejor para salvar un libro mojado es congelarlo en lo que se le puede dar gentil tratamiento. Pero tardarán años en quedar bien. En 1966 fue Florencia quien sufrió inundación y, más de cuarenta años después, no acaban de restaurar todos los libros dañados. Todo para decir algo simple: los libros no duran tanto como pensamos. El papel, pese a tener unos buenos 2000 años, es bueno y duradero, pero no en extremo. De muchas obras tenemos copias de copias de copias. Del grande Heráclito el obscuro nos quedaron sólo las citas que otros autores hiceron de su obra, curioso destino.
Doy vueltas sobre lo mismo, el asunto es conservemos los libros de cuantas maneras podamos. Las copias, los ejemplares, no son tan importantes cuanto la manera de crearlos. La bodega, espero, ansío, debe ser una de las primeras víctimas de la revolución digital. La eternidad de los libros, por otra parte, es tan pequeña y frágil como siempre lo ha sido...
lunes, diciembre 03, 2007
Leer o no leer
viernes, noviembre 30, 2007
Subastarán cartas de amor de Octavio Paz a Elena Garro
De nuevo, los derechos de autor. Los benditos derechos de autor. Los miembros de la familia Garro tienen los derechos, en dado caso, de lo escrito por Elena Garro. La heredera universal de los derechos de Paz, Marie José Paz, tiene los derechos exclusivos sobre lo escrito por Paz. Así, entonces, las cartas de amor mencionadas deben tener, para su publicación comercial, contrato escrito, según las leyes mexicanas, tanto con los herederos de Elena Garro como con los herederos de Octavio Paz, o herederas, imagino. ¿Qué subastarán como derechos de autor? ¿La autorización para publicar un libro sobre dichas misivas? O es una tontería, pues no se precisa derecho alguno para publicar sobre esas cartas, o una engañifa, pues sólo pueden autorizar la publicación de lo escrito por Garro. Benditos derechos de autor.
sábado, noviembre 24, 2007
Los placeres exponenciales
miércoles, noviembre 21, 2007
Oscar Wilde
Oscar Wilde
jueves, noviembre 08, 2007
Gestión colectiva y muy abstracta
lunes, noviembre 05, 2007
Monopolio y derechos de autor
jueves, noviembre 01, 2007
De como la inexistencia de los vampiros es necesaria para la humana existencia
Vampires
Anyone who has seen John Carpenter’s Vampires, Dracula, Blade, or any other vampire film is already quite familiar with the vampire legend. The vampire needs to feed on human blood. After one has stuck his fangs into your neck and sucked you dry, you turn into a vampire yourself and carry on the blood-sucking legacy. The fact of the matter is, if vampires truly feed with even a tiny fraction of the frequency that they are depicted as doing in the movies and folklore, then humanity would have been wiped out quite quickly after the first vampire appeared.
Let us assume that a vampire need feed only once a month. This is certainly a highly conservative assumption, given any Hollywood vampire film. Now, two things happen when a vampire feeds. The human population decreases by one and the vampire population increases by one. Let us suppose that the first vampire appeared in 1600 c.e. It doesn’t really matter what date we choose for the first vampire to appear; it has little bearing on our argument. We list a government Web site in the references (U.S. Census) that provides an estimate of the world population for any given date. For January 1, 1600, we will accept that the global population was 536,870,911.2 In our argument, we had at the same time one vampire.
We will ignore the human mortality and birth rate for the time being and only concentrate on the effects of vampire feeding. On February 1, 1600, one human will have died and a new vampire will have been born. This gives two vampires and 536,870,911–1 humans. The next month, there are two vampires feeding, thus two humans die and two new vampires are born. This gives four vampires and 536,870,911–3 humans. Now on April 1, 1600, there are four vampires feeding and thus we have four human deaths and four new vampires being born. This gives us eight vampires and 536,870,911–7 humans.
By now, the reader has probably caught on to the progression. Each month, the number of vampires doubles, so that, after n months have passed, there are
2323 . . . 32=2n
{
n times
vampires. This sort of progression is known in mathematics as a geometric progression—more specifically, it is a geometric progression with ratio two, since we multiply by two at each step. A geometric progression increases at a tremendous rate, a fact that will become clear shortly. Now, all but one of these vampires were once human, so that the human population is its original population minus the number of vampires excluding the original one. So after n months have passed, there are
536,870,911–2n+1
humans. The vampire population increases geometrically and the human population decreases geometrically.
Table 1 lists the vampire and human population at the beginning of each month over a twenty-nine-month period. Note that by the thirtieth month the table lists a human population of zero. We conclude that if the first vampire appeared on January 1, 1600, humanity would have been wiped out by June of 1602, two and a half years later.
All this may seem artificial, since we ignored other effects on the human population. Mortality due to factors other then vampires would only make the decline in humans more rapid and therefore strengthen our conclusion. The only thing that can weaken our conclusion is the human birthrate. Note that our vampires have gone from one to 536,870,912 in two and a half years. To keep up, the human population would have had to increase by the same amount. The Web site (U.S. Census) mentioned earlier also provides estimated birth rates for any given time. If you go to it, you will notice that the human birthrate never approaches anything near such a tremendous value. In fact, in the long run, for humans to survive in the given scenario, our population would have to at least double each month! This is clearly far beyond the human capacity for reproduction. If we factor in the human birthrate into our discussion, we find that, after a few months, the human birthrate is very small compared to the number of deaths due to vampires. This means that ignoring this factor has a negligibly small impact on our conclusion. In our example, the death of humanity would be prolonged by only one month.
We conclude that vampires cannot exist, since their existence would contradict the existence of human beings. Incidently, the logical proof that we just presented is of a type known as reductio ad absurdum, that is, “reduction to the absurd.” Another philosophical principle related to our argument is the truism given the elaborate title, the anthropic principle. This states that if something is necessary for human existence then it must be true since we do exist. In the present case, the nonexistence of vampires is necessary for human existence. Apparently, whoever devised the vampire legend had failed his college algebra and philosophy courses.
También bordan sobre el curioso fenómeno, observado por casi todos nosotros, de que los fantasmas pueden caminar sin problemas, e incluso subir escaleras, pero traspasan muros y personas.
miércoles, octubre 31, 2007
El malestar de la digitalización
Future Reading
Digitization and its discontents.
by Anthony Grafton
November 5, 2007
In 1938, Alfred Kazin began work on his first book, “On Native Grounds.” The child of poor Jewish immigrants in Brooklyn, he had studied at City College. Somehow, with little money or backing, he managed to write an extraordinary book, setting the great American intellectual and literary movements from the late nineteenth century to his own time in a richly evoked historical context. One institution made his work possible: the New York Public Library on Fifth Avenue and Forty-second Street. Kazin later recalled, “Anything I had heard of and wanted to see, the blessed place owned: first editions of American novels out of those germinal decades after the Civil War that led to my theme of the ‘modern’; old catalogues from long-departed Chicago publishers who had been young men in the eighteen-nineties trying to support a little realism.” Without leaving Manhattan, Kazin read his way into “lonely small towns, prairie villages, isolated colleges, dusty law offices, national magazines, and provincial ‘academies’ where no one suspected that the obedient-looking young reporters, law clerks, librarians, teachers would turn out to be Willa Cather, Robert Frost, Sinclair Lewis, Wallace Stevens, Marianne Moore.” [completo]
sábado, octubre 27, 2007
Remedios insumisos
viernes, octubre 26, 2007
3) ¿Por qué creemos que es inteligente aquel que piensa como nosotros?
Curioso, ¿no?, ahora tenemos cada día más posibilidad de leer lo que nos plazca, de escuchar lo que nos plazca, de ver lo que nos plazca, pero seguimos legislando. Infantilismo puro, el deseo es el deseo del otro. Quizás sea la respuesta...
Oliver Sacks y la musicofilia
jueves, octubre 25, 2007
Yo digitalizo, tú digitalizas, él digitaliza...
Todo una maravilla. El activo mayor es nuestro catálogo (¡Santas sorpresas!) y ese catálogo, pese a no tener la editorial mayoría legal (18 años, pues), ha pasado por el cambio tecnológico en el más extremo sentido. Nunca hicimos libro alguno en linotipo, pero sí en fotocomposición y en las primeras impresoras láseres (bonito plural, ¿no?). Un amigo me regalaba la tipografía, hecha con el venerando programa TEX, antes de que existiera nada más en México. Después compré mi primera computadora y mi primera impresora. El problema, en este momento, es reunir las versiones distintas de esos libros. Algunos están en programas que ya no existen (¿alguien recuerda Ventura?), otros se hicieron en versiones realmente viejas, ahora, de PageMaker, digamos 4 y 5, que los nuevos programas como InDesign no pueden convertir. Y otros más están chapeteados en versiones nuevas y perfectas. Pero debemos hacer arqueología, en apenas 18 años de existencia, con libros producidos con tecnología digital. ¡No imagino qué sucederá dentro de 100 años! Casi todas las computadoras que ha tenido la empresa siguen funcionando, aun cuando no se usan por ser obsoletas en verdad, no pueden hacer ahora casi nada, pues no tienen la capacidad para hacerlo. Ayudan, claro, en estos momentos para ir recuperando archivos de versiones anteriores a versiones legibles por los nuevos programas, pero algunos libros no podemos ya recuperarlos y debemos decidir, entonces, si digitalizamos o volvemos a producir.
Y salta el problema de la disponibilidad del contenido. ¿Quién es el dueño del contenido de los libros de una biblioteca? En el caso de las editoriales, es muy sencillo, lo son las editoriales mientras tengan contrato de cesión de derechos vigente y, por 50 años, de las características editoriales de su publicación, según reza la ley mexicana. Luego entonces, ¿de esa mayoría absoluta que está en la tierra de nadie de los derechos de autor? Es decir, que no son de dominio público pero nadie tiene la más pálida idea de quién detenta los derechos.
Porque si queremos que cualquiera pueda leer cualquier libro desde cualquier máquina, los libros deben estar codificados digitalmente, sea como imagen o como texto. Y hay un problema de derechos de autor, dolor de cabeza de casi todo dios en este olimpo digital. Porque, el contenido en sí de un libro, digamos las obras completas de Quevedo, es dominio público, patrimonio de todos y entonces de nadie, cualquiera puede leerlo, desde luego, pero también cualquiera puede obtener un lucro sin pagarle nada a nadie. Así de sencillo. El problema es cuando pasamos, por ejemplo, a una edición digital a base de imágenes de la primera edición. Alguien digitalizó y, por ello, tiene derechos sobre esas imágenes y puede restringir su uso, comercial o no. ¿Quién tiene ese derecho? ¿La biblioteca? ¿Google, si lo hizo? ¿Una persona, si lo hizo?
Digamos, una primera edición en español de un libro de Lord Byron, del cual soy el feliz poseedor, no tiene restricción alguna de derechos. Claro, supongamos, por mor de la argumentación, que es el único en el mundo que existe y las páginas las digitaliza cual imágenes y produzco una edición facsimilar, cualquiera puede publicar el contenido del libro, es decir, el texto, sin pago alguno de regalías. Pero nadie puede publicar otro facsimilar sin pagarme, pues, supusimos que era el único ejemplar existente. Como la Mona Lisa y el Louvre. La Mona Lisa es dominio público, pero como el cuadro es propiedad del Louvre y no es visible desde lugar público, entonces es imposible tener una imagen de la Mona Lisa sin pagarle derechos al Louvre. Ese camino, me parece, quiere seguir Google. Impedir esa senda, pretende Open Content. Ganará, como casi siempre, el dinero.
miércoles, octubre 24, 2007
Se va, se va
¿Quién preguntó?
Contenidos
sábado, octubre 13, 2007
Natura mirante
Mi hipótesis básica sigue siendo la misma, la hipótesis Enszenberger. Resumo, seguramente mal. La industria editorial, para sobrevivir, debe semejarse cada día más a la culinaria. Así como la uniformidad de las grandes cadenas no ha matado a los pequeños restaurantes, así tampoco morirán las pequeñas editoriales. Claro, deben aprender de los restaurantes que, digamos, financian parte del negocio con su carta de vinos y, sobre todo, aprender a valorar sus viandas. No puede costar lo mismo una hamburguesa que un filete. Hasta aquí, con mi memoria, Enszenberger. Luego, debemos buscar financiamiento diverso (separadores, libretas, etc) y elevar los precios de acuerdo al libro. No volverlo prohibitivo, sólo rentable.
Llegarán las conclusiones, no me cabe duda.
viernes, octubre 05, 2007
Lo perdimos, señores, lo perdimos...
...los libros sólo eran un tipo de receptáculo donde almacenábamos una serie de cosas que temíamos olvidar. No hay nada mágico en ellos. La magia sólo está en lo que dicen los libros, en cómo unían los diversos aspectos del universo hasta formar un conjunto para nosotros... ¿sabe por qué los libros... son tan importantes? Porque tienen calidad... Calidad, textura de información. La segunda [condición], ocio para asimilarla. Y la tercera, el derecho a emprender acciones basadas en lo que aprendemos por la interacción o por la acción conjunta de las otras dos.
jueves, octubre 04, 2007
¿Cuál libro?
Pero La isla del tesoro (La isla del pirata, fue, si no su primer título en español, por cierto, uno de los primeros) en tanto libro, es ese texto. Y llegamos a las ediciones. Y llegamos, entonces, al momento preciso en el que estamos. Antes esa sarta se trasvasaba, digamos, a cajas henchidas de tipos móviles. Luego, se trasvasaba en plomo fundido. Después fue fotográfico el asunto, ahora tiene más que ver con las curvas de Bézier, pero se trasvasa, no hay vuelta de hoja. ¿De qué hablamos entonces cuando hablamos del libro La isla del tesoro? Hay como un tufillo a unicidad y continuidad y permanencia.
Claro, trato de encontrar sentido a la destrucción de los ejemplares. No destruyo, al destruir un ejemplar de La isla del tesoro, a La isla del tesoro, destruyo uno de sus ¿epifenómenos? (Salve Lezama, se nos fue la vida hipostasiando), de sus ¿costumbres?, de sus ¿modos? de sus espinozianas ¿afecciones? Destruyo papel manchado tan ordenadamente que es legible, pero es papel. Claro, claro, claro, confieso, que no es el único, como en la edad media, cuando de ciertos libros existía en el mundo todo un ejemplar único. Agradezcamos las faltas de goteras en esos monasterios (salve David Markson), pues a su muy azarosa ausencia debemos la existencia actual de El satiricón. Pero no es el caso. Vivimos en la época posterior a la reproducción mecánica, donde la mismidad se daba, campechanamente, en máquinas y trazas (salve Cervantes), y ahora se da casi gödelianamente.
Que salir de la reproducción mecánica y llegar a la reproducción digital, hemos de dar una paso.
Y entonces, editar un libro, se vuelve tarea extraña, cada día más extraña.
Sigo en el azoro.
miércoles, octubre 03, 2007
La editoriales del futuro y la tristeza
Y entonces, llevado por la fantasía de Roger, llegamos a una suerte de paraíso. Puedo, entonces, no sólo tener acceso a tal o cual título, las cartas de marras, sino puede tener acceso a clones, por utilizar el lenguaje de moda, de las ediciones originales. ¿Alquier quiere la primera edición del Quijote en clon modesto? No está nada lejos. Octavo lleva haciendo ediciones fotográficas, por llamarlas así, de los clásicos mas caro a la tradición anglosajona. Nunca había visto la vida mía obra de Blake tan clara, y festino. Gaudete, grito.
El problema, como casi todo problema interesante, no es tecnológico, es humano. ¿Cómo lograr una red rentable por medio de pequeños? No tengo idea. Pero llegamos entonces al gozo extremo. Quien hace ediciones digitales, mínimas, pues, se converite en red y entonces puede llegar a ser rentable imprimir el libro en cualquiera de los lugares donde tenga negocio. Los costos de transportación desaparecen.
Pero para lograrlo debemos olvidarnos del sustento material, el papel. Tener libro almacenados impide avanzar, es volver fin lo que es medio. (Debiera ser el segundo mandamiento, no confundas los medios con los fines. El primero, cumple con las leyes de la termodinámica, pero es otro asunto). Y llego a la tristeza, o desazón, de Marcos Taracido de Libro de notas. No se destruyen los libros, de ninguna manera, se destruye o recicla, si se prefiere, ese papel. El libro sigue existiendo. Por razones tecnológicas los ejemplares eran la única posibilidad de existencia del libro, desde los a mano escritos, hasta la era del barbón Gutemberg. De las tantas copias, esas tantas, que iban desapareciendo, eran la única existencia del libro. Hay algunos de los cuales no quedó nada, desde los códices mayas o nahuas, destruidos casi todos, hasta obras de la antigüedad clásica. De Heráclito nos quedaron las citas que de su obra otros hicieron, nada más. Ahora el libro no está sólo en el papel, de hecho tiene muchas más posibilidades de sobrevivencia por medios digitales, por esas sartas de ceros y unos en la que vivimos, y ocupa muy poco espacio. Es una gran ventaja, sin duda alguna. Y nos permite una exactitud inimaginable y el paraíso del lector, del editor y del librero. En un mundo ideal, en las librerías sólo estaría los libros que se venderán ese día, el editor sólo imprimirá los libros que venderá ese día y todo para que todos los lectores encuentren todo lo que busquen ese día. Tecnológicamente es posible, así de sencillo. El tiempo de planeación se acorta drámaticamente, el tiempo de dispersión, también. El tiempo de entrega, mucho más. Precisamos, tan sólo, cambiar nuestro modo de pensar. O engañarnos a nosotros mismos, lo que resulte más fácil. Al destruir los libros editados con la tecnología anterior no los elimino, los resucito, por llamarlo así. Les permito entrar en igualdad de condiciones otra vez con los demás libros y encontrar, centro absoluto de todos nuestros afanes, los lectores que se merece, no los que pueda alcanzar, sino lo que merezca tener. Sean tres, sean miles.
Sigo pensando, desde luego.
Y preparo ediciones, lo mejor...
sábado, septiembre 29, 2007
Los libros interiores, revisitados
Pero a nadie le preocupa cómo se escuchará esa música. Si alguien la quiere en CD, pues alla él. Si alguien la quiere en ipod, allá él. Si alguien la quiere en su computadora y nada más, allá él. Los modos de reproducir y escuchar esa música se han vuelto asunto de gusto, no parte sustantiva, como antes, de su comercialización.
En el caso de los libros todos somos fetichistas extremos. Amamos insanamente el papel, acariciamos lascivamente sus pastas, (confieso que hay cierto libro encuadernado en piel de vaca nonata que me hirsuta, pese a adjetivo, pero otro día hablaré de mis perversiones), olisqueamos con carnal deleite sus tintas, gozamos las redondeces de sus letras, llegamos al dente ante sus cajas proporcionadas, pero todas esas perversiones mayores y menores, que también somos acumuladores obsesos, no son, ya lo habíamos descubierto como humanidad, sustantivas al contenido. Los libros manuscritos eran incluso más aquestos, digamos, pero tampoco sustantivos.
Lo importante, entonces, es el contenido. Y ese contenido es el que ofrece, ya sea quien lo produce (díganlo las bitácoras, blogs, paseadas por el mundo) o quien se especializa en seleccionarlo, los editores, en el caso de los libros y revistas. Roger menciona el New Yorker y tiene razón toda. Lo leo con placer en internet, aunque sería feliz de comprar alguna impresión decorosa. Pero también compré todo el New Yorker en DVD, hemeroteca total, y ha sido una felicidad extrema navegar (otros menos paganos decimos hojear) por su historia.
Y entramos a la diversidad. Precisamente porque seguimos presos del papel diseñamos todavía de modos extravagantes. No ha nacido el gran tipógrafo del siglo xxi. No ha nacido, tampoco, el gran diseñador. Pensamos, todos, bidimensionalmente y encerrados en la nada apetecible planaridad. Podría llegar el momento donde elijamos el tamaño, el tipo, los materiales, o simplemente compremos el modelo normal, común.
Lo interesante, desde luego, es poder ofrecer gran cantidad de libros distintos. Y de revistas, también. Sigamos con los 300 ejemplares, digamos, pero volvámoslos rentables. Cada día es más barato editar en papel. En internet cuesta el esfuerzo sólo de quien lo hace. Creo, Roger, que lo interesante no es, no me lo parece, que una revista de poesía hecha en Argentina tenga 300 lectores en Argentina y alcance 5000 en el mundo. Lo interesante, creo, es que alcance 300 en el mundo y pueda hacerse.
El comercio se fundaba en la escasez. Intercambiamos lo que nos hace falta. Pero ahora el comercio se funda en el exceso. Hay demasiado de todo. Claro, como siempre, el comercio es sólo para quienes tienen dinero, y por ello hay enormes partes desmonetarizadas en el mundo donde se vive en modos anteriores al xix. Migran para monetarizarse, para integrase al comercio, para entrar al mundo. Repito lo que otros muchos dicen. Nada me ha dejado más claro el asunto que la filatelia. Ahora es casi imposible no encontrar un timbre, lo que convierte a la filatelia en una entretención extrtaña. Debe plantear nuevo acertijos. Digamos, una colección de todos los timbres con errores conceptuales (la partitura no es del autor que homenajea, la máquina de impresión no es la primera del país, etc.), fetichismos, manos, pies, cabezas, digamos, o todos los mozarts del mundo. Pero es fácil conseguir casi cualquier timbre, por lo cual el modo y manera en que se comerciaba con los timbres dejó de ser rentable, por ello tantas filatélicas quebraron, pues no supieron enfrentar el cambio.
Lo mismo sucede con los libros. Las librerías funcionaban bajo la lógica de tengo lo que nadie más, pero ahora es imposible. De entrada, por la concentración distribuidora y productora. ¿Qué hacer? Apostar por la diversidad. ¿Para qué editar lo mismo que los demás editan? Basta repasar los catálogos de casi cualquier país para darse cuenta que los poetas publican en casi todas las editoriales que publican poesía. Digamos, que las editoriales independientes, culturales, diversas, pequeñas o distraídas publican a los mismos poetas. Casi nadie se arriesga. Y entonces tenemos la paradoja infame de que varias de esas editoriales tienen libros, a veces los mismos libros, publicados de, digamos, Mandelstam, pero ninguna Jlebnikov. Cuando el último es, quizás, el mayor del siglo recién muerto.
La diversidad debe utilizarse para crear espacios, pero no tiene sentido que todos los independientes, o etc., publiquemos el mismo universo de libros. No tiene ningún sentido. Pensemos en José Watanabe, grande poeta, muerto hace poco. De las oscuras ediciones peruanas de sus obras, de pronto Renacimiento lo edita y luego PreTextos. ¿Cambió en algo? No. Ninguno de sus libros se consigue en México, pues a las distribuidoras no les interesa ni las oscuras ediciones peruanas ni las nuevas de las editoriales españolas. No seguimos igual, en realidad estamos peor, porque de ese modo matan a la diversidad.
¿Quién edita ahora a Pablo Palacio?, digamos. Lo editan, desde luego, en Ecuador, pero igual de inconseguible el libro, es labor titánica.
Luego, es el primer paso. Lograr que se puedan imprimir pocos ejemplares de muchos varios. Los modelos son claros: Google y ebay. Lo preocupante es que, ambas, son muy jóvenes empresas (en cualquier chico rato quiebran) y son empresas, su interés es comercial, nada más. Pero nos ayudan a entender el modo y manera en que pueden suceder las cosas. Comercio entre pequeños por medio de grandes empresas. Distribución de contenido por medio de grandes empresas. Google no me plantea objeción para tener mis libros en su gran catálogo. Ebay no me plantea objeciones para vender lo que yo desee por su medio. Es una apuesta, habrá otras, desde luego. Pero como dato curioso, las librerías en México me plantean problemas para dar de alta mi catálogo, se llegan a tardar, algunas, tres meses en dar de alta en su base un libro, lo que es irracional y suicida, para ellas, no para mí, pues como editor hace mucho que no dependo de esas librerías para vender.
Mencionaba a Reyes por esa razón en la entrada anterior. Sólo aparece en Amazon.
En fin, sigamos en la reflexión y, mientras, les mando parabienes.
PD. Marcos, un saludo agradecido...
¿Quién hizo qué tan mal en los últimos 10 años?
¿Quién digitalizó las obras de Alfonso Reyes?: Google.
¿De los anaqueles de cuál institución o empresa?: la universidad de California.
¿Cuál librería las tiene en su base de datos?: Amazon.
¿Cuándo las digitalizó?: julio de 2006.
¿Cuántas bibliotecas en México tienen un ejemplar, según WorldCat?: Cuatro.
¿Cuántas en EUA?: 13
¿En GB?: 2
¿En Canada?: 2
¿Cuántas bibliotecas en México las tienen digitalizadas?: ninguna.
¿La editorial las ofrece en línea?: no.
¿La Biblioteca Nacional?: no.
¿La Biblioteca Vasconcelos?: no.
¿Quién hizo qué tan mal en los últimos 10 años?
viernes, septiembre 28, 2007
La rapidez editorial y los libros interiores
Según los clásicos, desde Unwin hasta Enaudi, la fortaleza vivía en el catálogo, y bajo esa especie funcionamos desde nuestro inicios. Cuida el catálogo y agrándalo,aconsejaban, pero llegamos al límite. El catálogo nos hace ahora quebrar, desaparecer.
No se precisa la genialidad, pues, para darse cuenta de lo obvio. Cuidar el catálogo no significa, ahora, cuidar la bodega y cuidar el programa de reimpresiones. Cuidar el catálogo significa ampliarlo con tirajes mucho menores y tener disponible todo lo que se haya editado en cualquier momento en ediciones al gusto del lector. Porque, en estos momentos exponenciales, la demanda nunca tiende a cero, tiende a uno, y la oferta debe tener a crecer indefinidamente. No hay título, pues, que no venda al menos un ejemplar al año y, cuántos más títulos en catálogo, más venderás.
Las librerías, ¿en su estertor final?, apuestan por las novedades, pese a que las hunden cada día más.
Los grandes, los enormes, funcionan por mor de la exhibición, entonces ya son como revistas, editan el doble para que la mitad sirva como promoción para vender la otra mitad y destruirla, como se destruyen las revistas. No hay, en esos libros con fecha mortuoria, nada digno de elogio. Papeles malos, ediciones regulares, tipografía con índices rentables, no legibles, y portadas llamativas, pero no artísticas, necesariamente. Llegamos, entonces, como en tantas otras cosas, a la división estricta y clara entre cultura y entretenimiento. El libro fue cultura, ahora es, en cuanto venta, entretenimiento. Los libros interiores, por llamarlos así, los libros cuya importancia no es económica, no tienen mayor camino en el entretenimiento. Pero internet promete mucho, si aprendemos a utilizarlo.
Palinuro de México o Terra Nostra o Adán Buenosayres o La guaracha del macho camacho o Tres tistres tigres o... es punto menos que imposible cosneguirlos en las librerías del mundo. Cuestión de tiempo que dejé de suceder.
Nos volvemos etéreos, dejaremos de tener bodega y comenzaremos a imprimir sólo lo necesario. Curioso, en verdad curioso... ediciones inmateriales
domingo, septiembre 23, 2007
Google, ¿una errata?
Editores de quienes deben alejarse como de la peste
2. Los que piden dinero para publicar la obra.
3. Los que piden dinero para la promoción.
4. Los que piden dinero para la distribución.
5. Los que piden dinero...
Cinco consejos para no ser publicado.
2. Pídele un adelanto para mandarle la obra a dictamen.
3. Pídele a una tía del editor, a su mejor amiga o a ..., que te concerte una cita. Entre más cerano, más seguro que cumplido el compromiso con la otra persona no vuelve a pensar en tu obra (en ti, nunca llegará a pensar).
4. Retira la obra de la editorial diciendo que te la pidieron para dictamen en Anagrama, pero que si no les interesa se la devuelves...
5. Indígnate hasta la ignominia antes las sugerencias de cambios...
Decálogo de las conversaciones editoriales, para uso de autores.
1. Empieza por el final.
2. El editor no es tu padre ni tu terapeuta.
3. El editor no te debe dinero por no publicar tu obra.
4. Si debes de explicar la obra, no está bien escrita.
5. Recuerda que le pides al editor que invierta dinero en tu obra. Dinero.
6. Por regla general, el editor conoce a más autores, a más editores y ha leído más libros que tú. Porque, si no es así, ¿para qué conversar con él?
7. No estás ofreciendo amistad, estás ofreciendo una obra.
8. La erudición está muerta, estamos ya varios años d.g. (después de google).
9. 100 a 1 a que no le interesa tu vida, debe ser como el 99% de las vidas, no de los autores, de todas las personas.
10. El único que tiene prisa eres tú. Nunca lo olvides.
Respuestas a Red de blogs y libros
http://errataseminentes.blogspot.com/
- ¿Quién está detrás del mismo? (Voluntario) ¿La CIA?, porque el CISEN...
Alfredo Herrera Patiño
Editor, encuadernador diletante, escritor en ciernes, traductor ocioso, otrora impresor, diseñador lírico, distribuidor distraído, tránsfuga de la filosofía, gordo confeso y atropellado constante (llevo cuatro, dos de la especie salí volando y dos de me embarraron en el piso; sin consecuencias éticas para los perpetradores ni estéticas para quien esto escribe ni metafísicas para la marcha del mundo). Soy un enfermo muy sano, ya uso lentes multifocales y mi barba tiende a la blancura.
Añado, además de la nota anterior que aparece en el blog:
Director y cofundador de la editorial mexicana Verdehalago.
Colaboré por muchos años en el Fondo de Cultura Económica, donde traduje mucha filosofía y publiqué algunos textos en La Gaceta. Terminé una licenciatura en filosofía. Escribí para Posdata y para la revista Cambio. Colaboro (poco y mal) en Libro de notas. He publicado en Verdehalago cerca de 400 títulos, ninguno mío, al editor gracias. El más reciente Forma, tamaño y lugar de El infierno de Dante, de Galileo Galileo. Está en prensa Lo infraordinario de G. Perec.
- Por qué, cuándo y cómo surgió
Después de escribir hace algún tiempo un artículo titulado Erratas eminentes para Posdata, donde repasaba las erratas más gozosas, incurridas o topadas, de pronto me nació la idea de irlas reuniendo junto con reflexiones sobre el proceso de hechura, venta y desaparición del libro.
- La vida que ha tenido
Casi dos años. Cada día hay más quienes me comentan leer algo en el blog. Otro lo niegan. A todos les insisto que lo escribe un otro distinto con seudónimo igual.
- Qué creéis que aporta
Humor y reflexiones al vuelo de temas del libro y, a veces, del acceso a la información. No creo, como muchos, que ser editor nos vuelva especiales en ningún sentido importante. Nuestro catálogo no es como una novela que vayamos escribiendo, es un lista de precios para vender, nada más. Me encanta que la mayoría de los nuevos editores rechazan mi ayuda de manera sistemática, por la cual ya no la ofrezco. Por razones neuronales me es difícil planear con grado alto de certeza todo, y llegó a dejar sin cumplir o a cancelar sin mucha antelación más citas de las debidas, y muchos lo consideran una ofensa, pese a que me niego a concertar citas y lo hago sólo por la insistencia. Por razones que desconozco, muy poca gente del medio editorial confía en la letra impresa, en los mensajes telefónicos y en la letra digital. Siempre quieren ver físicamente a la gente y tienen cosas por decir imposibles de decir por teléfono o emilio.
He comparado el oficio del editor al de los meseros y las putas. A nadie le intereso el símil gastronómico (¿qué sería de la dicha de comer sin los meseros?), pero quizá el post, como dicen ahora los puristas, más citado y repuesto sea el de los editores y las putas. Ambos damos placer y ambos cobramos por darlo. ¿No es obvia la comparación? Entonces, me parece que llama la atención hacia lo cotidiano del oficio del editor, hacia su fragilidad y hacia su desaparición. Somos como aquellos copias cuando apareció Gutemberg, representamos una época, una manera, obsoleta y en desaparición. Los copistas podrían haber ayudad mucho al perfeccionamiento rápido de las artes de imprenta, pero la soberbia se los impidió. Pasa ahora un poco lo mismo. Pocos somos los editores realmente preocupados y ocupados en las nuevas tecnologías, de maneras creativas y novedosas. Al tiempo...
Sólo añado, bien decía un amigo psicoanalista retirado, pese a dedicarse 35 años a tratar con la parte más oscura del alma, no se dio cuenta de algo simple: hay mucha gente mezquina. La edición me lo ha enseñado, y con creces. Hay muchos autores, muchos editores y muchos libreros mezquinos y, hasta donde veo, en índice un poco mayor que en los demás mortales, donde los hay muchos.
- De qué escribes o escribís habitualmente
Me encanta incurrir y encontrar erratas. Son una máquina poética delirante (los cerditos hipotecarios, el tigre de agua, las erratas inminentes, el delito de la poesía...). No hay libro sin erratas, pues los libros son humanos. También, ahora, me dejo llevar un poco por la filatelia, donde la errata vuelve valioso lo que quizás no lo era.
- Ventajas que le veis al blog
A mí me divierte, a los demás quién sabe. Hay quienes me creen inteligente, lo cual es mucho. Si escribes con cierto humor, todo cabe. Puedes decir toda la verdad que nadie te creerá nunca. Siempre comentan la broma de los cuatro atropellamientos, pero es verdad... A los demás quizás les permita parar mientes en ciertos temas de la edición. A otros quizá logre enojarlos para que paren esas mismas mientes. A la mayoría, les importa un reverendo cacahuate.
- Cualquier otro tema o comentario que consideréis de interés.
En el mundo se publican 3000 títulos nuevos cada día. A principios del siglo 20 la industria editorial era la cuarta más grande del mundo. Todo cambió, no hace falta recordarlo. El siglo 20 transformó de modo radical la relación entre el individuo y la colectividad, el siglo 21 promete hacerlo de nuevo. ¿Qué es lo importante del libro? ¿Qué debe sobrevivir de los libros? No tengo duda, preferiría mil veces que en México se dejara de gastar en libros a nivel de gobierno y compraran las 32 millones de computadores de 100 dólares necesarias para darle una a cada uno de nuestros escolapios. México cambiaría. 3200 millones de dólares. Poco, si lo comparamos con los beneficios. Poco si lo comparamos con el PIB. Destinar, ahora, 3200 millones de dólares a la compra de libros para esos escolapios no significaría nada para nadie, excepto para las editoriales (ya sabemos cuales) que los venderían, pero para nadie más. El efecto sería mínimo. Destinarlos a computadores baratas y a conectar a todos los niños del país por medio de internet con bibliotecas virtuales, con tutores y con millones de otros niños en el mundo, cambiaría a México y al mundo.
Erratas inminentes
Soy un hombre feliz en día domingo. Mañana será lunes, pero no se puede pedirle demasiado a la vida...
miércoles, septiembre 19, 2007
Una estrella de la fama con erratas
La culpa la tuvo un garrafal error de ortografía en el nombre que adornaba el centro de la estrella y que, en principio, pasó desapercibido para los cientos de fans que rodearon la ceremonia a los pies del Teatro Kodak y también para la buena de Michelle que, no sabemos si deliberadamente, ingnoró el fallo para no acabar con la magia del momento
Concretamente, el nombre que presidía la estrella número 2.395 del paseo de la fama de Hollywood, la que recibió la interprete estadounidense, era el de Michelle Pfieffer, una curiosa adaptación de su apellido real Pfeiffer, que alteró el orden de las vocales dejando así en evidencia a la organización de estos glamourosos fastos hollywoodienses.
Alguna vez en portada imprimí el nombre de José Kozer (ese don de la naturaleza hecho poema, como lo llamaba ese otro don de la naturaleza Joseph Ramón Bach) con S, y no de supermán. Como José es buena persona, ahíto mohíno, imagino, alma buena, me mandó una carta generosa, como todas las suyas. Son, creo, las peores erratas del mundo, las nominativas. De suyo, es la mía peor de todas.
Como tengo cara de Alfonso, me ha pasado en varias veces tornarme tal en portada y en interiores, en vez del germánico consejero de los duendes. Hace muchos marzos, no lo primero que publiqué en letra impresa, pues en secundaria, santa madre de las apariciones misteriosas, inicié mis afanes editores con una revista de tintes amarillistas, desde luego, donde casi todo estaba mal escrito, decía pues, no lo primero, pero sí lo primero bueno, digamos, en la Gaceta del FCE, benemérita como pocas, aparecí como Alfonso. Luego, como hacen todos los editores erráticos, me dieron una portada alfrédica. Victoria Camps y Juan Nuño, mis primeros entrevistados en el mundo (¡cuánto tamaño de escrúpulo el mío!) y Juan Nuño generosísimo (Esa es una pregunta muy inteligente, como todas las suyas), maestrísimo. Hace unos días, por cierto, regresé a sus Mitos filosóficos, libro motivo por el cual ensayamos una conversación. Perdimos ambos, Victoria Camps y yo nuestra virginidad periodística, pues nunca la habían entrevistado y nunca había entrevistado yo a nadie. Debería regresar, que es harto agradecible.
En fin, que las erratas onomásticas me ponen nostálgico.
martes, septiembre 18, 2007
Red de blogs y libros
El año pasado coincidiendo con el Liber en Madrid se llevó adelante un primer encuentro de Blogs y Libros . En este tiempo la blogosfera lectora-libresco-tecnológica, con todos los matices que se quiera, o personas que habitualmente hablan con cierta frecuencia bien individualmente o como editores, bibliotecarios, lectores, curiosos, críticos, libreros y un largo etcétera del libro, la lectura, los contenidos, la tecnología y su incidencia sobre el sector, las bibliotecas, etc, etc. ha ido aumentando. Así que este año en una pequeña nueva locura se nos ha ocurrido elaborar un recopilatorio lo más amplio posible, sabiendo que ya hubo intentos en su momento de los posibles blogs que pululan alrededor de este micro mundo.
Las referencias que vayamos recibiendo las iremos colgando en el blog de Trama y Texturas y, paralelamente, iremos elaborando un documento que incluya todas las respuestas.
Por nuestra parte haremos de acicate con algunos amigos y blogs que seguimos, pero todos estáis invitados a tejer la pequeña red.
Os planteamos un posible guión que si estáis interesad@s nos gustaría que en no más de dos folios (3.600 caracteres aproximádamente, sin contar espacios) nos contestaseis o contaseis:
- URL
- ¿Quién está detrás del mismo? (Voluntario)
- Por qué, cuándo y cómo surgió
- La vida que ha tenido
- Qué creéis que aporta
- De qué escribes o escribís habitualmente
- Ventajas que le veis al blog
- Cualquier otro tema o comentario que consideréis de interés.
- Para ir haciendo red: Enviarnos tres urls de blogs que aborden el “tema” para intentar contactar con ellos.
Las respuestas a (jm.barandiaran@convalor.biz)
¡Les pagan por enviar libros!
domingo, septiembre 16, 2007
Atracción por las erratas
Claro, Alfonso Reyes
Disculparán lo monárquico, pero sus libros se me han ido pegando...
sábado, septiembre 15, 2007
Lo que el tiempo encoge
Primera hipótesis de la desaparición del contenido en aras del mercado. El tiempo se encoge, y al encogerse, nos deja menos espacio, valga, para elegir, luego entonces la normalización: mucho todo de lo mismo. Otros, menos paganos, lo llamarán el imperio de la moda. Como quien sufre por la ombliguda BS o la muerte de Diana. Es mejor dejar en los otros la responsabilidad de uno mismo. Luego entonces, es mejor ver Technorati para elegir los blogs por leer, a guisa de ejemplo, o quejarse porque es imposible leer todos los blogs, o afirmar que el 99% de internet no sirve para nada, pues en estos lares y avatares el contenido debe buscarse, y si alguien sólo encuentra 99% de cosas sin importancia, pues será resultado de sus búsquedas o de su incapacidad, de nuevo, para buscar y dejar que otros le digan qué encontrar. Así pasa, pues, con los libros. El tiempo se encoge y los libros duran semanas en librerías. Si nos quedamos en esa queja, santas pascuas. Pero al tener semanas en librerías, pueden tener años en internet. ¿Qué hemos hecho los editores? Casi nada. Bueno, lo de siempre, quejarnos, maldecir a los comerciantes (como si no lo fuéramos nosotros), a los malos lectores (por definición los que no compran nuestros libros) y pedir apoyos fiscales y ayudas en efectivo para seguir editando. Lo mismo, pues, pedirle a alguien que lleve nuestras culpas a cuestas y nos solucione mientras el expediente de ser quien somos.
Comercio librero
La diversidad debe provenir de lo artesanal, de los pequeño, de lo minúsculo. El comercio como fin precisa y busca la uniformidad y la repetición, la expresión lo distinto y lo único, por ello se contraponen, pero no se aniquilan.
Debemos encontrar modos otros de llevar los contenidos a quienes les interesen. ¿Cómo? Lo pienso y lo pienso, y me es todo confuso. Pero quizás logre aclararme.
viernes, septiembre 14, 2007
Celebración de Palinuro de México
Ignacio Trejo Fuentes festeja Palinuro de México en Milenio. Ahora que recibirá Fernando del Paso el premio otrora llamado Juan Rulfo, es bueno recordar una de las mejores novelas del siglo pasado, secreto bien guardado también.
Quien no la haya leído nunca podrá conocer la felicidad, quien no la haya releído nunca, nunca podrá dejar de estar nunca.
sábado, septiembre 01, 2007
La conspiración
Eva Brann
domingo, agosto 12, 2007
Perdónala
Donde dice: de inspiración arrebatada como a otros compositores románticos
Debe decir: arrebatada a otros compositores románticos
Donde dice su copiosa producción
Debe decir su copiada producción
¿Quién más que Les Luthiers?
sábado, agosto 11, 2007
Octavio Paz y los cerdos
Dos hermanas que pretendían ganar dinero fácil se robaron seis pequeños cerdos para posteriormente hacerlos chicharrón y venderlos. La dueña del criadero de los animales pudo identificarlas y denunciarlas ante las autoridades, que lograron detenerlas.
Se trata de las consanguíneas Magdalena y Esperanza, ambas de apellidos Morales Velásquez, de 26 y 32 años de edad, respectivamente, quienes robaron seis lechones para sacar dinero.
Las presuntas ladronas tienen su domicilio en la calle Postdata, número 514, de la colonia Octavio Paz, en donde tenían dos de los animales que no lograron vender por lo que la dueña solamente ésos pudo recuperar.
Según cuenta la afectada, la señora Alicia de León, quien tiene su criadero en la colonia Emiliano Zapata, ella se dio cuenta del hurto cuando su hija pequeña le avisó que los animales se encontraban gritando.
Al revisar el corral, alcanzó a ver a una de las hermanas que se llevaba el último de los animales por lo que acudió a interponer la denuncia correspondiente.
Los elementos de la Dirección Estatal de Investigación (DEI) realizaron la captura de las dos hermanas, a quienes se les comprobó el robo de los animales por lo que fueron puestas a disposición del Ministerio Público.
En su declaración, ambas confesaron el ilícito e informaron que dos de los animales los habían hecho chicharrón y se los comieron, en tanto que los otros dos los lograron vender a diferentes personas.
¿Errata metafísica, poética, posmoderna?
viernes, agosto 03, 2007
Sombreros y libros
lunes, julio 09, 2007
Libros a la guillotina
La última opción parece extrema, pero la biblioclastia sí existe en nuestra época. Aunque drástica, la destrucción de libros no es por razones represivas, simplemente, para algunas editoriales, es la mejor opción, por cuestiones financieras. [Seguir leyendo]
Claro, faltó aclarar que gran parte de lo publicado nace basura...
sábado, junio 30, 2007
Trosky, Paz, la duda razonable y la fuerte presunción
Opiniones, prejuicios y antojos. En realidad deben declarar sentencias cuasi judiciales, con la ley como única consideración. Interpretar la ley, pues. Cada día habrá más recursos, cada día más amparos...
jueves, junio 21, 2007
El Colego de México no tiene expediente de Octavio Paz
Saldos, adelantos y derechos de autor
[Cambio detalles, andaba cantinflesco, bueno, más de lo normal]