Sobre el arte de editar e incurrir dichoso en las erratas, entre otros menesteres de los libros, su gozo, su hechura y algunos ensayos sobre variopintos temas.
viernes, junio 30, 2006
Homero Simpson y Robert Fitzgerald
Opá, yo voy a editar
pa hasé unos cómics y pa hasé eurillos,
Opá, yo voy a editar,
pa hasé packagers y esos errorcillos
Opá, yo voy a editar,
pa hasé graprillas y pa hasé tomillos.
Opá, yo voy a editar,
pa hasé unos cómics ay sin correillos...
Yo te ayuo a vender los libros
yo te ayuo a buscar autores
te ayuo a poner las tapas
te ayudo a lo que haga farta
pero que sepas que Opá,
yo voy a editar,
pa hasé unos comics y pa hasé eurillos,
Opá, yo voy a editar,
con tu permiso hago un tebeillooooooooooooo
tengo los derechos,
y tengo los cartones
el primo wenceslao
me va hacer las traducciones
tengo la manera y tengo las intensiones Opaíto
pa'l salón empiezo¡¡a ver si tengo cojone Opá!!!
Opá, yo voy a editar,
pa hase unos tomos con articulillos
Opá, yo voy a editar,
pa hasé unos manga con sus otakillos
Opá, yo voy a editar,
pa sacar cosas y hasta clasiquillos
Opá, yo voy a editar,
con tu permiso hago un tebeillo
yo te ayudo a vender los cromos
te ayuo a aprender español
te ayuo a lo que haga farta
te ayudo te ayudo a tó
pero que sepas que Opá,
yo voy a editar,
pa ir a salones y ver los frikillos
Opá, yo voy a editar
pa hasé unos cómics y sacar eurillos
(pling, pling)
Opá, yo voy a editar,
con tu permiso yo hago un tebeillo
Opá, yo voy a editar,
en las afueras de Gibraltar el Chico
yo voy a editar
yo voy a editar
yo voy a editar
yo voy a editar,
voy a editar
yo voy a editar
yo voy a editar
yo voy a editaaaaaar
Opá Opá Opaíto
¡¡Yo voy a ediiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiitaar!!
La reproducción de los libros
Pero seamos honestos, los editores culpamos al mercado de nuestras bodegas, no a nuestra mala planeación.
jueves, junio 29, 2006
Tiraje, bodega y deseos
Pero platico hoy con otra editora y poeta, o poeta editora, y hablamos de los tirajes y las ventas y los tirajes cortos, digitales, sobre pedido o bajo demanda, que tienen todos esos nombre y más. Le comento mi gozo por Alicia García Bergua y su nuevo libro, Una manzana en medio de la tarde. Me asusta el tiraje: mil ejemplares de un libro de 80 páginas a 150 pesos. Luego, hablo con nuestro comandante en jefe, con nuestro evangelizador, con nuestro cruzado, con nuestro adelantado [coordinador de ventas, le mientan en otros lares] y me cuenta del tiraje de los Aforismos de Kafka: cinco mil ejemplares. ¿Cómo planean estos hombres y mujeres sus tirajes? Porque, digo, hay tan pocas librerías en este país que es fácil, en dos hojas sencillas, o en pizarrón pegado a la pared, y no muy grande, escribirla el nombre de todas y poner el número exacto de ejemplares de la primera dispersión, valga, cuántos pedirá cada librería. Hay errores, pero se pueden con facilidad llevar a su expresión mínima. 100 a 250 para librerías de la capital, 50 a 200 para el distribuidor de provincia, 0 [cero] a 100 ejemplares para el distribuidor en España, pues hay títulos que no le interesan o son riesgosos para él. El peor escenario 150 ejemplares de primera dispersión, con una reposición anual prevista del 30%. Tiraje de dos años: 195 ejemplares. Digamos, se pueden hacer 220 a 230 ejemplares y estar seguro de vender la mayoría en dos años. El mejor escenario: 550 para la primera dispersión, con un 50%: 775. Hagamos 800 ejemplares. Y si no tenemos la más remota idea, pensar en el peor escenario: las bodegas las rentan los optimistas, los pesimistas quiebran y los previsores se angustian, así se cifra el medio editorial. Excepto de Pessoa, de quien hemos llegado a imprimir 2000 ejemplares, y es Pessoa, de nadie más, si no queremos tener ejemplares por más de dos años, pues cada ejemplar cuesta 6 centavos al mes por vivir en la bodega. Por cada 100 ejemplares de puro optimismo, por el número de novedades al año, por el número de años que tiene la editorial [100 x 30 x 15 = 45 000] por los seis centavos al mes [2 700] por los doce meses [32 400] sólo de optimismo, más lo previsto, más las devoluciones. Y hay quien dice que la bodega no cuesta, en las épocas digitales que vivimos, ocupar un lugar en el espacio cada día es más caro, de ahí que los problemas sean de dónde poner a tanta gente, dónde tanta basura, dónde crear viviendas, porque espacio bien conectado a la telefonía, a las microondas, a los drenajes, a la electricidad, a la televisión y a los sinfines más de fibras ópticas y optometristas cuesta cada día más dinero y es menos y menos rentable. Las bodegas, en el futuro, estarán en estaciones espaciales o en otros planetas...
Entonces, ¿1000 ejemplares de un libro de poesía? Cuando más hubiera hecho 250. ¿5000 ejemplares de Kafka?, a lo más 900 ejemplares. Buscaré una comparación que hice hace tiempo entre la impresión fija de novedades, digamos 1000 o 2000 ejemplares, y la impresión calculada. En el primer caso, se tardaba 15 años en tener utilidades la editorial, en el segundo se tardaba dos años. Claro, el comparativo se hizo bajo un supuesto falso, pero no lejano a la realidad: demanda pequeña y fija. Podría hacerse por medio de una demanda pequeña y variable y cambiaría un poco el tiempo. Ahora, con los tirajes cortos baratos es posible reducir el tiempo de rentabilidad.
Número y letras, números y letras, número y letras...
miércoles, junio 28, 2006
Silogismo poético
Trabajar cansa [Cesare Pavese]
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Ahora vivir cansa [Bárbara Celarent]
martes, junio 27, 2006
Dormir con el diccionario
* * *
Lyn Hejinian, My Life; Laura Elrick, Fantasies in Permeable Structures; Joan Retallack, How to do Things with Words y Harryette Mullen, Sleeping with the Dictionary.
lunes, junio 26, 2006
El fin de la idea de autor
Escribe John Updike sobre el fin de la idea de autor, del autor mismo.
In my first 15 or 20 years of authorship, I was almost never asked to give a speech or an interview. The written work was supposed to speak for itself, and to sell itself, sometimes even without the author's photograph on the back flap. As the author is gradually retired from his old responsibilities of vicarious confrontation and provocation, he has grown in importance as a kind of walking, talking advertisement for the book — a much more pleasant and flattering duty, it may be, than composing the book in solitude. Authors, if I understand present trends, will soon be like surrogate birth mothers, rented wombs in which a seed implanted by high-powered consultants is allowed to ripen and, after nine months, be dropped squalling into the marketplace.
In imagining a huge, virtually infinite wordstream accessed by search engines and populated by teeming, promiscuous word snippets stripped of credited authorship, are we not depriving the written word of its old-fashioned function of, through such inventions as the written alphabet and the printing press, communication from one person to another — of, in short, accountability and intimacy? Yes, there is a ton of information on the Web, but much of it is egregiously inaccurate, unedited, unattributed and juvenile. The electronic marvels that abound around us serve, surprisingly, to inflame what is most informally and noncritically human about us — our computer screens stare back at us with a kind of giant, instant "Aw, shucks," disarming in its modesty, disquieting in its diffidence.
The printed, bound and paid-for book was — still is, for the moment — more exacting, more demanding, of its producer and consumer both. It is the site of an encounter, in silence, of two minds, one following in the other's steps but invited to imagine, to argue, to concur on a level of reflection beyond that of personal encounter, with all its merely social conventions, its merciful padding of blather and mutual forgiveness. Book readers and writers are approaching the condition of holdouts, surly hermits who refuse to come out and play in the electronic sunshine of the post-Gutenberg village. "When books are digitized," Kelly ominously promises, "reading becomes a community activity. . . . The universal library becomes one very, very, very large single text: the world's only book."
La iluminación anfibológica
Llega el joven Julio Castillo y le dice: Maestro, quisiera saber de la iluminación. Como Jodorowsky había hablado y hablado con Ejo Takata, el maestro zen venido de lejos a México y había llegada a un punto donde, por medios poéticos, disolvía, aunque no comprendía, los koanes maravillosos de la tradición zen, comenzó por darle a don Julio Castillo, entonces joven, una larga perorata sobre la ilusión del yo, el camino de la meditación y el arte de resolver los koanes. El muchacho Castillo le respondió: maestro, le agradezco mucho sus enseñanzas, pero no quiero que me salve el alma, quiero que me enseñe a iluminar un escenario...
Jodorowsky nunca olvidó esa enseñanza...
viernes, junio 23, 2006
El canon digital
No tiene pies ni cabeza legalmente. Me cobran un impuesto por la posibilidad de que realice copias. Fernández Unsain, el sempiterno presidente de la Sociedad General de Escritores de México, quien dejó el cargo sólo siendo cadáver, pues al morir, por desgracia, los estatutos le impedían seguir al frente estando muerto, manejaba un flamante y negro Mercedes Benz, por los muchos esfuerzos para gestionar los derechos de los autores. Ahora las cosas andan mejor, es cierto. Pero en la Sociedad de Autores y Compositores ya cobrar regalías de acuerdo a una clasificación hecha por el presidente y vicepresidente de éxitos de jade, platino y obsidiana, digamos, cuyos primeros diez lugares se repartieron, democráticamente, el presidente y el vicepresidente.
Aunque hay quien todavía lo duda, la defensa de los derechos de autor se ha convertido en la defensa de los productores y las sociedades de gestión. Digamos, preocupa más Mickey Mouse y la Socaco, si acaso así le dicen.
Falta, desde luego, un impuesto para aprender a leer, vieran cómo afecta a la propiedad intelectual.
Al rato vamos a tener un impueso por la cantidad de neuronas dedicadas a la copia privada...
jueves, junio 22, 2006
Ensayos autobiográficos de Donald Keene
Waley was a genius. The word "genius" is sometimes used in Japan for any foreigner who can read Japanese, but Waley knew not only Japanese and Chinese but Sanskrit, Mongolian and the principal European languages. Moreover, he knew these languages not as a linguist interested mainly in words and grammar but as a man with unbounded interest in the literature, history and religion of every part of the world. He loved poetry written in the languages he knew, and if he did not know a language that was reputed to have good poetry, he did not begrudge the time needed to learn it. Late in life he learned Portuguese in order to read the poetry of a young friend.
Para abrir el apetito...
miércoles, junio 21, 2006
Tigre escrito
Caligrafía zoomórfica, vía Bibliodyssey y Drawn! Ema Wolf en su Libro de los prodigios habla de los tigres escritos: Hay unos pocos tigres en el mundo que tienen la cabeza escrita. Cuento por demás disfrutable. Pero no creo conozca el trabajo de Hassan Musa y su tigre escrito, parte de un diccionario. Musa descree de las exposiciones, cree en el proceso creativo. Un poco como pasa cada día más en la literatura, donde se privilegia más la publicación que el proceso. Escribir, en cuanto creación, es un gozo mayor, no destinado sólo a los profesionales. Publicar es otro asunto, es intentar ubicar las palabras en otro plano. Lo mismo pasa con las bitácoras.
[A veces termino de escribir y me queda claro que no dije lo que deseaba desear pues entre el desear decir y el decir las palabras se interponen y toman sendas inesperadas. ]
martes, junio 20, 2006
¿Los demasiados poemas?
La sorprendente Emily Dickinson, la siempre sorprendente Emily Dickinson escribió, no sólo leyó, escribió un poema a la semana a lo largo de su vida adulta. Una gran obra poética. ¿Podemos leer un poema a la semana? ¿Leemos un poema a la semana? ¿Cuántos poemas hemos leído? ¿Leemos un poema al día? ¿Al mes? ¿Al año? ¿Leemos poemas?
¿Hemos llegado al final, a un principio? La poesía es la única prueba concreta de la existencia del hombre, Luis Cardoza y Aragon dixit. La poesía es la afirmación contra la negación, la redención del pesimismo, Susan Howe dixit, al final de su My Emily Dickinson.
Ser es ser percibido, desde luego, ser percibido por alguien más, valga, ser es aparecer, poder ser percibido. Ser es aparecer. Por ello todos queremos publicar, nadie, casi nadie, quiere leer. ¿Cuántos poemas leemos en una vida? ¿Cuántos poemas hemos leído? Los dos escritores más modernos fueron mujeres, Emily Dickinson y Gertrude Stein. ¿Alguien se atrevería a escribir un texto sobre Los novios de Gabriela Mistral? ¿Alguien nota la violencia simbólica?
Borges renunció activamente a las vanguardias y escribió pemas atendibles. ¿Cuántos poemas de Borges hemos leído en la última semana?
Nuevas certezas, la mayoría de lo escrito por la humanidad no sirve para nada, desde luego. La mayor parte de lo editado, no debía haber salido de la imprenta. Los únicos responsables de los malos libros éramos los editores. Ahora, somos todos, cada uno, ninguno. ¿Quién será ahora nuestro guía, nuestra guía?
¿Cuántos poemas podemos leer en una vida? ¿Cuántos?
Mejor, ¿es necesario leer algún poema? ¿Nos ha sido necesario?
¿Cuántos poemas no hemos leído en nuestra vida? ¿Cuántos?
Hipersensibilidad
- Lo curioso de ser hipersensible es que la mayor parte de la gente se define a sí misma como «sensible» o «sentida» cuando, si realmente lo fueran, no irían por ahí ofendiendo a los demás. El hipersensible tiene ante sí la doble tarea de poner a diario bálsamo en sus heridas y hacer entender a oídos sordos cuánto lo afecta un tono, un gesto, un ruido...
El remedio para el hipersensible —se ha dicho hasta la saciedad— es llevar por escrito un inventario de las agresiones cotidianas a nuestra finura. Al cabo de una semana, valorar la ratio tiempo invertido/alivio resultante.
Claro, también aclara Clara la:
- Meticulosidad
- Les ruego presten atención al siguiente diálogo, transcrito concienzudamente, para impregnarse de la auténtica naturaleza de esta cualidad:
—Buenas, quisiera un rotulador como éste, de color verde, del grosor 0.7.
Ceso en este punto de transcribir la conversación, dejando al interés de cada cuál intuir sus posibles derivaciones.
—¿Tiene que ser de la misma marca? ¿O puede ser Pilot, por ejemplo?
—No, puede ser de otra marca.
—Pero en verde no lo tengo... Tendría que ser rojo.
—¿Sabe qué pasa? Que estoy corrigiendo un libro con este rotulador. Se le acaba la tinta enseguida y me haría falta que fuera en el mismo color.
—Ten éste, y prueba tú misma. Porque si no, ¿podría ser un bolígrafo?
—No puede ser. ¿Ve el trazo que deja el rotulador?
—Sí, ya lo veo, tiene que ser más intenso.
—Bueno, ¿sabe qué? Me llevaré este de color rojo, porque tiene un botón tipo boli y así la tinta dura más, no se seca.
—¿Querías algo más?
—Sí, sobres DIN-A4 de color marrón.
—¿Tiene que ser marrón? ...
El remedio para la meticulosidad es no vivir sumido en el aburrimiento. Otro remedio, más catártico, es que tu acompañante en las compras —o en lo que se tercie— huya de ti, por razones obvias.
Visita el blog Erratas Eminentes para ampliar el punto 7.
* * *
Agradezco la mención y retorno ¿al aburrimiento?, ¿a la meticulosidad? Como dicen en las películas jolivudescas: es una tarea ingrata, pero alquien debe hacerla...
lunes, junio 19, 2006
Papeles y pieles de topo (o las moleskines)
Alguna vez llamé a don Kimberly Clark de México. Preguntaba sobre la variación de tonos en sus papeles para imprimir. Hacía yo un libro enorme, casi 1000 páginas, y quedaban los cantos disparejos por esos tonos variados. La respuesta me dejó helado: lo que nos comenta es imposible, nuestros papeles no tienen variación de tono. Hube de hablar con el vendedor para que me mandara resmas de la misma producción (pues señalan el día y la planta por medio de claves) para evitar lo imposible.
Compro dos Moleskines en el Fondo. Y no me sorprende tanto las Moleskines, pues no parecen de piel de animal vivo, sino de plástico muerto, aunque muy bien alimentado, cuanto el papel italiano de su interior. No conozco ecologista que desprecie el papel, claro, piden reciclar y planear, pero es una delicia cuando el papel es altamente vegetal. Piel de topo, significa Moleskine.
Un verdadero acierto mercadotécnico resucitar las Moleskines y juntar historias y referencias. Amelie, entre las muchas que las usan, aparece anotando en su Moleskine.
Pero hay que ser honestos, las actuales, bellas y deseables, son copias de las originales, puestas de nueva a la venta por Modo e Modo. Lo que es ser bueno para el comercio... (es elogio, quisiera ser un editor mejor para el comercio...)
domingo, junio 18, 2006
El mercado de la poesía
Hay quienes buscan desesperada y desesperanzadamente insertarse, como se dice en estos casos, en él. Quieren vender, pues. Se propone ahora, como novedad, la idea de que hay más productores que consumidores, como si nadie recordara al preciso Fernán González de Eslava, quien docto afirmó que en estos lares (aunque podría haber omitido la geográfica referencia) hay más poetas que estiércol. El asunto no es nuevo, y en el mercado no está la solución. Por necesidad la poesía está fuera del mercado, pues no puede consumirse. No tiene valor de cambio, pues. Y vivimos la peor pesadilla, equiparan los mismos poetas la fama con la calidad, las ventas con la importancia, los tirajes con la incidencia.
Borges y el Zen
[Texto citado en nota de Milenio. Aparece en El otro lado de Humberto Martínez, 1996, Editorial Verdehalago.]
sábado, junio 17, 2006
El FCE obtiene la distribución de las Moleskine
El FCE decide, entonces, volverse distribuidor de Moleskine para la ampliación de beneficios. Harto inteligente. Pero se comporta como editorial independiente y pequeña, no como editorial de estado.
Debemos tomar nota todos los editores, a la larga quienes tengan las propuestas más imaginativas de servicios adicionales serán quienes sobrevivan. Ay!, quisiera decir sobreviviremos, pero uno nunca sabe...
jueves, junio 15, 2006
La libertad de expresión bien vale correr el riesgo de dejar hablar a David Irving
In Britain and the United States we regard Free Speech as sacred. Americans venerate the First Amendment, while Britons cite Milton, who in Areopagitica said true Liberty only exists "when free born men / Having to advise the public may speak free". Holocaust denial is currently a crime in Austria, Belgium, Czech Republic, France, Germany, Israel, Lithuania, Poland, Romania, Slovakia and Switzerland.
No es la mejor estrategia. Vuelve víctimas a quienes desean que olvidemos a las víctimas reales.
miércoles, junio 14, 2006
El nieto incómodo
Para decirlo en términos simples, vivimos bajo el delirio legal de las grandes compañías de entretenimiento y comunicación. Que la tan mentada unificación pasa, sin duda alguna, por la extensión de los derechos de autor, pero no para los autores, no nos hagamos ilusiones, es un llano y simple efecto indeseado de lo importante: proteger a las producciones cinematográficas y musicales. La ley Mickey Mouse, pues. De no haber ampliado el término para pasar a dominio público, Mickey Mouse podría utilizarse libre de derechos. En el ínterin, Pessoa, Joyce, Chesterton, y muchos más, han pasado a formar, de nuevo, parte de las obras protegidas. ¿De qué las protegen? De la reproducción ilegal, vamos, de la reproducción gratuita.
Cuando alguien gana dinero por comerciar con la obra de otro, debe pagarse un porcentaje. Pero todo se ha vuelto delirante y demencial. Al caso de que, por ejemplo, Stephen James Joyce, heredero de 73 años, ha destruido cartas y documentos de su abuelo para preservar, aunque parezca extraño, su memoria.
Lo mismo sucede, por ejemplo, con Juan Rulfo. La familia controla toda la edición de la obra, incluso la fijación del texto, lo cual es ya un abuso. Varias antologías han debido eliminar cuentos de Rulfo por no ser del agrado de la familia. Quieren eliminar el nombre de Rulfo al premio, pues no están satisfechos de los últimos dos premiados. Como el heredero de Joyce, pronto prohibirán lecturas públicas de la obra si no están de acuerdo con quienes leen o quienes escuchan la obra.
Hace falta una reforma sustantiva a la idea misma de derechos de autor. Pero difícilmente se dará.
Los herederos, paradoja de paradojas, se han vuelto, en esos, y muchos otros casos, censores, todo lo contrario al deseo de cualquier creador.
La edición de poesía traducida se vuelve cada día más ardua, cara y difícil si el autor está vivo y tiene contrato con alguna editorial, grande o pequeña. Los pagos mínimos se vuelven demasiado altos para editoriales pequeñas y, en muchos casos, encarecen demasiado los libros. Hace poco un traductor me decía: de cobrar derechos, no hay edición posible.
¿No es una maravilla?
La cólera de Aquiles
Canta, diosa, la cólera de Aquiles...
Cuéntame, ándale, de cuando se encabronó Aquileo...
¿Editar la Iliada? A veces ni yo mismo creo mis despropósitos...
martes, junio 13, 2006
¿Y de los anacolutos, cómo andamos?
—Bien, de cierto. Y aquí mismo.
domingo, junio 11, 2006
Unigenitus Dei Filius
Cierta página hablada de un toro unigénito, en errante traducción de la bula (bull) unigenitus.
Ay! Voltaire. Adiós fundamentalismo. Viva la lidia metafísica.
sábado, junio 10, 2006
Las manos encuadernadoras
miércoles, junio 07, 2006
Gracias por no leerme
Su ensayo sobre las propuestas es ácido. Probó todo. Algunos ejemplos [traduzco del inglés, no me ha llegado la edición en español, mil perdones]:
Siglo diecinueve, Francia, mujer joven casada con doctor de provincia sueña con el amor. Desgarrada entre su marido tan aburrido y un amante, y luego otro, llena de deudas que crecen día con día, se suicida. El libro está dirigido al sector femenino en su conjunto.
Siglo diecinueve, Rusia, mujer casada de la clase alta se enamora y deja a su marido e hijo para vivir como paria social con su amante, y cuando la deja para ir a la guerra, se lanza bajo las ruedas de un tren en marcha. El libro está dirigido al sector femenino en su conjunto.
Responden los editores:
Magnífico. Cambia del siglo diecinueve al veinte, añade uno o dos amantes más. Dale calor al marido también, digamos, que sea gay. Y nada de suicidios al final, nadie lo creería.
Magnífico. Dos hermanas, una en la Unión Soviética casada con un oficial de la KGB, se enamora de un disidente. La otra emigra y se enamora de un doctor francés de provincia, aburrido. En 1990 las hermanas se encuentran. Flashbacks, dos vidas distintas dos destinos femeninos. Las ilusiones y desilusiones del Oriente y Occidente después de la caída del comunismo. Cambia el título. Ponle: Dos hermanas. ¿Cuándo la entregas?
Claro, mandó propuesta de Cien años de soledad.
Olvídate de la trama, nadie podría seguir una historia como ésa. Pero nada impide utilizar ese gran título...
De los agentes, ay, mal necesario, nos dice de alguno:
Confundía Feltrinelli con fettuccine, Gallimard con Gauloises, Einaudi con Audi.
Como para concluir, si te interesa escribir, no publiques...
martes, junio 06, 2006
El manifiesto de Euston
A. Preámbulo
Somos demócratas y progresistas, y proponemos un nuevo alineamiento político. Muchos pertenecemos a la izquierda, pero los principios que propugnamos no provienen exclusivamente de este ámbito. De hecho, abarcamos desde la izquierda socialista hasta los liberales igualitarios y otros comprometidos de manera clara con la democracia. En realidad, la reconfiguración del pensamiento progresista a la que aspiramos implica el trazado de una frontera entre las fuerzas de izquierdas que permanecen fieles a sus valores auténticos y otras corrientes que últimamente han manifestado una excesiva flexibilidad respecto de esos valores. Supone hacer frente común con los demócratas de verdad, sean o no socialistas.
Nuestra iniciativa hunde sus raíces en Internet, especialmente en la “blogosfera”, a través del cual ha hallado su base de simpatizantes. Somos conscientes, sin embargo, de que esta base política está infrarrepresentada en otros ámbitos, como los medios de comunicación y otros foros de la vida política contemporánea.
A continuación exponemos nuestra declaración de intenciones, resumida en principios básicos que suscribimos. Con ella inauguramos un nuevo sitio en la Web que brindará apoyo a la corriente de opinión que aspiramos a representar y que acogerá diversos blogs fundacionales y otros sitios en la Web que se asocian a este llamamiento por una nueva configuración progresista.
[más] [vía libro de notas]Las cosas y los cosos
¿Si hubiera cosas y cosos, hablaríamos de la naturaleza de los cosos, para hablar de las cosas?
Se cita mucho a Confucio sobre la reforma del lenguaje para modificar el reino. Pero siempre, o casi, de manera errónea. Lo que deseaba Confucio era modificar el lenguaje para que reflejara fielmente el respeto debido a las jerarquías existentes.
Los lenguajes cambian, y cambian las sociedades. Muchas y diversas palabras fueron prohibidas en aquellos lares dominados por los árabes, y decimos, ahora, peluquero. ¿Alguien recuerda cómo se les mentaba antes?
No olvidemos que las mujeres griegas no podían ir solas al mercado. No olvidemos que la esclavitud fue legal en México, por medio de un argumento práctico simple: al dudar de la existencia de alma entre los indios, mejor traer esclavos del África, de los cuales sabemos, de cierto...
Las palabras no son la realidad, pero cómo se confunden a veces con ella.
Producción metafísica
Cada día vemos lo mismo, aumenta el número de novedades, aumenta el tiraje y muchos libros se quedan en bodega. Blaga, grande poeta rumano, decía:
las palabras son las lágrimas de quienes desearon llorar
y no pudieron
cito no sólo de memoria, sino de una traducción al inglés...
Así los libros en bodega...
sábado, junio 03, 2006
El bolsillo manda
Crece cierto malestar por estos lares por la falta de reciprocidad en España hacia los editores latinoamericanos. Quieren comerse todo el mercado de lengua española, sin tener claro que no pueden hacerlo sin latinoamérica. Publican el 90% de las novedades y a cambio no comparten el 10% de su mercado interno. No compran nada para sus bibliotecas de libros latinoamericanos, no tienen proyectos de coinversión interesantes y son responsables, a ciencia cierta, del cierre de muchas de las librerías latinoamericanas. Es mucho más rentable vender libros españoles, desde luego, pero no sólo por la variedad, también por el alto precio. Sin darse cuenta, con el bolsillo, terminarán por eliminar su propio modo de comercializar.
Recuerdo pláticas con algunos vendedores de distribuidoras de libros españoles cuando, como ahora, se acerca el verano: híjole, decían, ya vienen los españoles y necesito tener mesas en las librerías. En parte también responsables del acomodo tan extraño de nuestras librerías, por editoriales. Hasta la nueva del FCE cayó en la tentación y, curioso, coedita con Turner, Siruela, Pre-Textos a quienes, desde luego, les da mesa.
Por fin en México se paran mientes en la importancia de la cadena del libro y el papel fundamental desempeñado por las librerías. Parece de ficción, pero los editores españoles debieran ser los más interesado en crear una red profesional y culta de librerías en toda latinoamérica, su futuro depende de ello.
De continuar la tendencia de presionar con los precios, se estarán compitiendo con ellos mismos. Es triste, en verdad triste, ver a la nueva librería del FCE con una pared completa, que bien serán sus treinta metros, dedicada a los libros de bolsillo. Como es triste ver mesas en librerías importante dedidacal al mismo tipo de libros. Y cada libro de bolsillo que venden significa que dejan de vender uno de sus libros tradicionales. Y, como vemos en la nota, los tirajes son ridículos, son los tirajes que debieran existir en sus ediciones noramles. Desde luego, al competir con los grandes, perderán estrepitosamente. Su apuesta debiera ser otra, pero al parecer poco les importa.
Cuando a Televisa le indicaron que debía vender sus inversiones en arte para cotizar en la bolsa de valores norteamericana con posibilidades de ganar, no dudó un instante en deshacerse del museo de arte contemporáneo. Si le pidieran a los grandes grupos mediáticos vender las pmuy poco resntables inversiones en medios impresos o en medios librescos, no lo dudarían un solo día y vendrían la catástrofe para muchos.
Platicaba con un amigo hace poco sobre la veneranda Gandhi. Su perfil de lector ha cambiado dramáticamente, drásticamente, pero no parecen haberse percatado, pues las ventas, nos imaginamos, siguen gordas y cachetonas. Pero, digamos, el público reflexivio, lectores de contenidos, dejó de comprar en Gandhi. Se pasó a Péndulo, por ejemplo, y se pasó a Amazon. ¿Qué sentido tiene esperar la traducción española de cierto libro si puedo comprarlo directo y mucho más barato en Amazon? ¿Qué sentido tiene esperar a que nadie traduzca ciertos libros si puedo comprar traducciones al inglés? Las novedades en Gandhi pueden tardar mes y medio en registrarse, pues las compras las han centralizado. Ojalá y el precio único les beneficie y todo marche bien con las franquicias.
Un ejemplo casi al azar. El libro de Virgilio Piñera Presiones y diamentes fue editado en México hace no demasiado por Lectorum. Casi imposible encontrarlo en librerías. De casualidad lo compré en Sanborns. Si todo sigue su marcha actual, encontraremos libros por casualidad, nada más. Quizás sólo: primeras ediciones de novelas románticas o de chick lit, obras de enredo para treintañeras profesionales.
Quizás.
jueves, junio 01, 2006
Presentaciones y bautizos
Las presentaciones no sirven para nada, el asunto es que editores y autores no quieren enfrentar los datos. Si México edita 10 000 novedades por año, y España unas 60 000, cito de memoria (invento, pues), estadísticamente es imposible, habría que presentar, al menos, 300 libros por día hábil. Lo mismo la prensa. Hace años hice el seguimiento de la relación, si alguna, entre notas de prensa y ventas o, siquiera, entre notas de prensa y exposición en librerías. No había ninguna en nuestro caso. El libro más reseñado en las historia de la editorial es uno de los peor exhibidos y de los peor vendidos. El de reseñas más elogiosas, poco vendido y, por el contrario, los más vendidos, en el espacio y en el tiempo, es decir, de golpe cuando salen y a través de los años, no reciben casi ningún comentario.
El primer gran libro de cierto autor pedía, según él, presentación. Le dije: organiza una fiesta y a la entrada vende los libros en parejas, es decir, dos por tantos pesos. Vendió casi 200 ejemplares, de 600 editados.
Las presentaciones, ay, inflan los egos de autores y editores, lo mismo que las notas de prensa. Todos nos quejamos de la crítica, excepto cuando nos elogian, Todos nos quejamos de las librerías, excepto cuando nos exhiben nuestros libros.
Perdí hace tiempo un libro de poesía realmente bueno, segundo enviado por su autora a la editorial, pues el primero no se lo publicamos y quería sacar la espina. Me entusiasmó. Convenimos en editarlo, pero lo retiró al enterarse de que no hacíamos presentaciones. Sentenció: un libro sin presentación es como si no se hubiese publicado.
¿Cuánto gastas en las presentaciones? Esa es la pregunta que un día me hice y la respondí con pesos y centavos, tanto en personal, como en invitaciones y mensajería, en vinos y mantelerías, en cortesías, y el costo rebasa con mucho los supuestos beneficios.
Las putas y los editores
Las cuarenta razones por las cuales las putas son mis heroínas [y los editores no tanto], por Annie Sprinkle [y su servidor].
1. Las putas tienes la destreza de compartir las partes de su cuerpo más privadas y sensibles con totales extraños.
Los editores son diestros en sacar a la luz los deseos, pensamientos, conocimientos y temores más profundos, más deseados y más temidos de todos nosotros.
2. Las putas pueden llegar a lugares donde otros no pueden.
Los editores buscan quien lea.
3. Las putas desafían los prejuicios sexuales.
Los editores desafían los prejuicios.
4. Las putas son juguetonas.
Los editores se arriesgan.
5. Las putas son resistentes.
Los editores resisten casi todo.
6. Las putas hacen su trabajo dando placer.
Los editores hacen su trabajo dando deseos, pensamientos, conocimientos y temores
7. Las putas son creativas.
Los editores son creativos.
8. Las putas son aventureras y les gusta vivir peligrosamente.
Los editores son aventureros, pero no les gusta mucho el peligro.
9. Las putas enseñan a ser mejor amante.
Los editores publican guías sobre lo que sea.
10. Las putas son multiculturales y multigénero.
Los editores son multiculturales, casi ninguno multigénero.
12. Las putas se divierten.
Los editores se divierten, algunos con sus autores, otros a costa de ellos.
13. Ls putas usan ropa cachonda.
Los editores se visten aburridamente.
14. Las putas tienen paciencia y tolerancia hacia personas que otros no pueden soportar.
Los editores tienen paciencia y tolerancia hacia personas que otros no pueden soportar: ________.
15. Las putas hacen menos solitarios a los solitarios.
Los editores acompañan a los solitarios.
16. Las putas son independientes.
Los editores son independientes.
17. Las putas enseñan a tener sexo seguro.
Los editores apoyan el sexo seguro.
18. Las putas son una tradición.
Los editores son una tradición, al menos desde hace cinco siglos.
19. Las putas son maravillosas.
Los editores maravillan.
20. Las putas tienen sentido del humor.
Los editores tienen sentido del humor, cuando les falta el sentido de la realidad.
21. Las putas liberan la tensión y el estrés de millones de personas.
Los editores adquieren esa tensión y estrés, pues alguien debe equilibrar al mundo.
22. Las putas curan.
Los editores curan y enferman al mismo tiempo.
23. Las putas sobreviven frente a los peores prejuicios.
Los editores sobreviven frente a todo, hasta los prejuicios.
24. Las putas ganan dinero.
Los editores no, o al menos eso dicen.
25. Las putas siempre tienen trabajo.
Los editores siempre tienen trabajo, aunque casi nunca lo hacen.
26. Las putas son sexis y eróticas.
Mejor no digo nada.
27. Las putas poseen talentos especiales que los demás no tienen. No todos tienen lo necesario para ser puta.
No todos tienen lo necesario para editar.
28. Las putas son interesantes, con muchas historias de vida intrigantes.
Los editores cuentan lo que sea con tal de publicar algún libro.
29. Las putas pasan mucho tiempo acostadas.
Los editores no de manera especial.
30. Las putas ayudan a explorar los propios deseos sexuales.
Los editores ayudan a explorar los propios deseos y los propios temores y lo ajenos...
31. Las putas exploran sus propios deseos sexuales.
Los editores no de manera necesaria.
32. Las putas no temen el sexo.
Los editores no siempre.
33. Las putas mandan.
Los editores son mandados por el gusto y el placer.
34. Las putas brillan.
Los editores refulgen.
35. Las putas son entretenidas.
Los editores entretienen.
36. Las putas tienen los huevos para usar pelucas enormes.
Los editores ni calvos usan pelucas grandes.
37. Las putas no sienten vergüenza por desnudarse.
Los editores quién sabe.
38. Las putas ayudan a los minusválidos.
Los editores no siempre.
39. Las putas tienen sus propios horarios.
Los editores a veces.
40. Las putas se revelan contra las leyes absurdas, patriarcales y antisexuales contra su profesión y pelean por le derecho legal a recibir un pago por su trabajo valioso.
Los editores lo hacían.
Claro, hablo de los editores de cepa, no los dominados por el mercado.
Porque bien visto, es más interesante ser como una puta que como un banquero, aunque ambos traten con el dinero.