martes, junio 06, 2006

Las cosas y los cosos

La norma es clara en cuanto a los colectivos mixtos y su designación por el género masculino. Todos los hombre son mortales no excluye, gramaticalmente, a mujer alguna. En la noche todos los gatos son pardos no excluye a gata alguna.

¿Si hubiera cosas y cosos, hablaríamos de la naturaleza de los cosos, para hablar de las cosas?

Se cita mucho a Confucio sobre la reforma del lenguaje para modificar el reino. Pero siempre, o casi, de manera errónea. Lo que deseaba Confucio era modificar el lenguaje para que reflejara fielmente el respeto debido a las jerarquías existentes.

Los lenguajes cambian, y cambian las sociedades. Muchas y diversas palabras fueron prohibidas en aquellos lares dominados por los árabes, y decimos, ahora, peluquero. ¿Alguien recuerda cómo se les mentaba antes?

No olvidemos que las mujeres griegas no podían ir solas al mercado. No olvidemos que la esclavitud fue legal en México, por medio de un argumento práctico simple: al dudar de la existencia de alma entre los indios, mejor traer esclavos del África, de los cuales sabemos, de cierto...

Las palabras no son la realidad, pero cómo se confunden a veces con ella.

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