jueves, septiembre 25, 2008

Se amparan contra la Ley del Libro

Aunque algunos libreros han interpuesto juicios de amparo contra el precio único que impone la Ley de Fomento para la Lectura y el Libro aprobada por el presidente Felipe Calderón el pasado 24 de julio, no todos son optimistas, saben que obtener un amparo provisional no significa ganar el litigio y mucho menos tener algunas ventajas.

El que menos confía en los resultados del recurso de amparo es Rolando Armesto, director de las librerías Dante de Yucatán, quien asegura que su optimismo es poco porque en México “las consideraciones políticas siempre influyen en las decisiones de los jueces”.

Armesto reconoce que la situación actual de México sin ley del libro es mala, pero con la ley que promulgó Calderón será peor.

La cadena de librerías que él dirige, al igual que la de El Sotano a cargo de Pedro López y las Porrúa Hermanos que dirige José Miguel Pérez Porrúa, interpusieron un juicio de amparo antes del 4 de septiembre —fecha en que venció el periodo de 30 días hábiles— para cuestionar la inconstitucionalidad del precio fijo [completo]


Esperaba amparo del Sótano, de alguna cadena de tierra adentro, como se dice ahora, y lo hizo Dante, pero me sorprendió mucho el amparo de Porrúa. quizá, pienso, porque ambos dos, Porrúa y Sótano, son los mayoristas de casi todas las demás librerías, pero no termino de estar cierto. Todo se vuelve, ahora, menester jurídico. Si conceden un amparo, adiós precio único, así de simple. La Comisión Federal de Competencia se opusó, y sigue haciéndolo, a la ley. Logró el veto de Fox, parece que ya no siguió con la línea jurídica. En puridad, la constitución prohíbe fijar precios. Claro, en puridad también prohíbe las pilas, pues sólo el estado puede generar, almacenar, etc., la energía eléctrica, y como faltan tantas deficiones sobre cuál energía y cuáles usos, pues en puridad es ilegal. Por otro lado, la ley entró en vigor y no importa la falta de reglamento, quien otorga descuentos y no cuenta con amparo incumple la ley. Claro, hace años los taxis en la Ciudad de México tienen obligación de entregar comprobante de pago. Hace años, también, nadie lo hace. Y hay sanciones y reglamento.


Ya veremos qué sucede con el precio único. El primer problema, el veto, se resolvió. Ahora tenemos el segundo, los amparos. Hemos aplicado la ley y, a cambio, algunos se han molestado por no darles descuento. Están más baratos en tal lugar, nos dicen. Sí, pero incumplen la ley. Nos miran con expresión de tamaños ingenuos... Al final, parece que la mayor resistencia civil en este país es que los ciudadanos cumplamos la ley. Curioso en verdad.


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