Vender por medio de internet no sólo es posible, cada día es más secillo. Pero el asunto es la credibilidad. Habitamos un mundo pleno de desconocidos. Por ello las certificaciones se tornan tarjetas de identidad y confianza. Imaginemos un médico que haya estudiado en la muy benemérita universidad de la cuenca del río de la piedad. Sospechamos, pero si tiene un certificado de la universidad de Harvard, por ejemplo, no desconfiamos tanto. Claro, si el tal certificado está impreso en papel, sabemos que, de cierto, en México es falso, hasta que no se demuestre lo contrario. Sin embargo, si el certificado puede corroborarse por medios electrónicos a través de algún sistema, aunque privado, neutro o sólo con interés financiero, es decir, de cobrar por un buen servicio, bien podemos confiar.
Lo mismo pasa en otros asuntos. Paypal se ha vuelto el intermediaro más útil para los pagos en internet, porque es neutro. Es decir, le interesa ganar dinero por medio de un servicio confiable y barato, más o menos. Confiamos en Paypal, aunque no confiemos en los desconocidos a quienes les compramos libros, timbres y todo lo demás (lencería, dvds, juguetes para adultos, refacciones para computadoras, maquinaria, etc.). Ahora Google ensaya su Checkout para competir, ya veremos lo que sucede. Lo mismo sucede con ebay. Ayuda tener un organismo neutro, es decir, con intereses muy bien establecidos, el cual incluye esa neutralidad. Es decir, ayuda a dirimir controversias. He vendido por internet, y señalo dos hechos por demás sintomáticos. El primero, la cultura de la compra impersonal. En el sitio mexicano de subastas, es difícil vender, porque pocos tienen interés en utilizar servicios como paypal y casi nadie quiere pagar el envío. (Entrégamelo abajo del reloj en el metro Pino Suárez...) Cierta vez tuve un diálogo extraño. El comprador parecía creer con sinceridad que si yo le llevaba personalmente el envío no existía costo alguno. Dirimir esas cuestiones es arduo. El tiempo de las personas cuesta, y los envíos cuestan. Existen, para bien de todos, instituciones y empresas que se dedican a repartir por nosotros y son harto exitosas, porque cobran. En México el correo es un problema mayor, pero puede dársele la vuelta. Para el exterior es confiable, para el interior también, pero muy tardado. Casi cual imagen especular, a quienes vendo fuera del país no comprenden cómo puede tardarse tanto el correo. De 4 a 6 semanas para Estados Unidos, de 6 a 8 semanas para Europa. Claro, a veces entregan en cinco días, nadie sabe si porque ese sobre ganó algún premio o porque se perdió de modo tan propicio que lo encontraron en el lugar a donde debía ir. Misterios del correo mexicano. [Entre corchetes, por esa tradición de irresponsabilidad, corrupción y negligencia, salpimentadas con ciertas estulticias, la filatelia mexicana es un edén, como diría el slogan. No hay casi dos timbres iguales, aunque debieran serlo. Los papeles siempre son distintos, en las mismas series, siempre olvidan imprimir algo, los tirajes son cuasi aleatorios, en el mismo años imprimen un millón doscientas mil planillas de un timble y cuatro mil planillas de otro de el emismo valor. En la revolución llegó al clímax, el director de correos era, también, el major comerciante filatélico y mandó producir muchas rarezas...] El asunto es sencillo, si garantizamos como editores que todos nuestros libros estarán disponibles siempre, lo cual es sencillo por medio de la impresión digital, entonces será verdad que en todo momento cualquiera puede encontrar cualqueir libro por medio de internet. Pero debemos comenzar por tener en internet disponibles lo libros que vayamos publicando y logar que haya métodos sencillos para enviarlos. El correo tiene una importancia cada día mayor, pero nos pasa de largo. En Estados Unidos acaban de aumentar sus tarifas postales, sobre todo, curioso, para impresos. El imapcto a nivel cultural no podemos evaluarlo, pero tendrá su costo. Antes podía comprar libros con un costo de 12 dólares de envío, ahora el envío ma´s barato es de 18. Compraré menos, lo que no es tan grave, para mí, como que leeré menos.
Soy usuario de Paypal desde hace algunos años, pues por su medio pagaba, hace algunos años, la música que bajaba de emusic, una maravilla entonces y ahora. Me fue sencillo recibir luego pagos por su medio. Ahora, en cosa de 3 minutos, logré tener listo todo para vender mis libros por su medio. En ebay me pasó lo mismo en cuanto a los timbres.
Claro, es un asunto mínimo, pero me queda claro su importancia, mediadores neutrales que permiten hacer y dirimir controversias. No es nada sencillo lograrlo. Nacerán nuevos modo, desde luego. Mientras, aprovechemos los que existen, sin falsedades. No ofrezco mis libros a millones de personas en el mundo, nada más lejos de la relidad. Ofrezco mis libros a unos cuantos que anda por ahí, y esos, tan pocos, es más fácil venderles por este medio, porque recordemos, una editorial vende. Repito lo dicho hace tiempo, los editores somos como putas, dmos placer a cambio de dinero, no hay que olvidalo...
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