El mismo que las grandes, si nos atenemos a la regla general, de darle el 10% del precio de venta al público por ejemplar vendido. Claro, las editoriales grandes manejan adelantos, anticipos, sobre los ejemplares de la primera edición. Digamos, si se van a imprimir 100 000 ejemplares de algún libro, que se venderá a 100 pesos, de la primera edición deberá dársele al autor, vendidos los ejemplares, un millón de pesos, en cuyo caso un adelanto normal sería de 500 000 pesos. Pero todo es teoría. La mayor parte de las editoriales pequeñas le dan el 10% de los ejemplares al autor y santas pascuas. Es decir, la teoría dice que un adelanto debe calcularse sobre la totalidad de las regalías por generarse a partir de la venta de la totalidad de la primera edición. Pagar al autor a la firma del contrato la mitad de esa cantidad es la regla general. Pero, digamos, si la primera edición es de 300 ejemplares de un libro que valdrá 120 pesos, entonces el total de las regalías ascendería a 3600 pesos, lo normal, 1800 de adelanto. Razón por la cual insisto tanto en el asunto del tiraje. Pareciera tener sentido, por ejemplo, la venta de las obras de Rulfo en millón y medio de dólares de adelanto a Debate, la editorial española. Aunque no me queda nada claro si hicieron buen negocio, por no renovaron el contrato, pues pedían otro adelanto grande. El resultado es que se multiplican las ediciones de Rulfo sin tener claro cuál es correcta, pues de revisarlas inmediatamente saltan a la vista grandes diferencias. Impera, pues, el dinero. En el caso de las pequeñas, el dinero no es el centro alrededor del cual gravitan, antes bien, buscan cierto tipo de textos. El acuerdo mejor, en ese caso, es, a mi parecer, dar un adelanto simbólico, en el caso del ejemplo, 360 pesos, como muestra de interés y buena disposición por parte del editor, y esperar la venta. Cada seis meses, así lo señala la ley, hay que liquidar regalías. Es menester tener en cuenta los ejemplares de cortesía para el autor (de 5 a 10 por millar, en general), los ejemplares de cortesía para prensa y amigos del autor (en mi caso, no regalo a prensa y no otorgo más ejemplares al autor que los considerados en el contrato, claro, el autor, también por contrato, tiene el 50% de descuento sobre todo el material editado por nosotros) y las resposiciones, ejemplares todos que no deben considerarse en el pago de regalías (40 por millar, en algunos casos, 3 por millar en otros, depende de las estrategias de cada cual).
Asoma de nuevo la cabeza el tema de la administración. Para poder dar un informe de venta de ejemplares (al principio parece harto sencillo, pero al paso de los meses y de los años se complica, y mucho) hay que disponer de algún método para contar esas ventas, y para controlar las cortesías, y para controlar el almacén, y muchos etcéteras. Y por razones de pura economía, es mucho más barato vender que no vender libros, así de sencillo.
Además, desde luego, el problema de la retribución. Escribí hace tiempo algo sobre el asunto: ¿Cuánto vale un poema?
Preparo la siguiente...
3 comentarios:
Gracias de nuevo. Supongo que el próximo domingo vendrá la siguiente respuesta.
Por mi parte, he solicitado al Ifai cierta información que luego le compartiré.
Saludos!
Hola, mi nombre es claudia, estoy trabajando en mi tesis de grado en lo que son editoriales independientes, pero igual necesito informacion de las mas grandes y otras cosas. ¿Me puedes ayudar?
Desde ya gracias
Sí, mándame un correo a:
alfredo [arroba] bibliodiversidad.org
Saludos
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