En 1928 Ezra Pound ofreció a Liveright, editor de la Modern Library, How to Read, precursor de ABC of Reading. Liveright le respondió sin hipocresía alguna:
No creo que podamos vender ni siquiera 300 ejemplares del libro. ¿Para qué hacernos tontos? Podría escribirle una carta larga explicándole las razones por las cuales no publicaremos su obra, pero leería bien entre líneas y sin más vería que todas mis frases gentiles no significarían nada y que intentaba darle a entender lo que le dije al principio, el libro no se venderá.
En 1939 Liveright vendió 79 ejemplares de Personae.
Farrar y Rinehart, en el segundo semestre de ese mismo año, vendieron 11 ejemplares de A Draft for XXX Cantos, 6 ejemplares de The Fifth Decad of Cantos y ninguno de Eleven New Cantos XXXI-XLI.
Pound, en realidad, más que molestarse por la falta de ventas por parte de Farrar, se molestó por su negativa a publicar seis ensayos económicos y políticos por lo cual recibió, como muchos otros por parte de Pound, una retahíla de insultos. Farrar, en respuesta, señaló su falta total de sentido común. Le dijo:
Cuando por fin ha encontrado editores que admiran su obra... me parece una lástima que prescinda de su amistad.
Leo con interés y provecho: James Laughlin, New DIrections and the Remaking of Ezra Pound de Gregory Barnhisel. Excelente obra sobre la estrategia comercial de Laughlin de presentar a Ezra Pound sólo por medio de su valor estético. Harto interesante que esa autonomía estética de la obra fuera, en realidad, una estrategia comercial para lograr su lectura.
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