viernes, junio 21, 2013

Reglas para el uso de los libros de Manuel Martín, traducidas del latín por Atenógenes Santamaría y traídas al hogaño por José Luis Martínez

I. No lo tengas por esclavo, pues es libre. Por tanto, no lo señales con ninguna marca.

II. No lo hieras ni de corte ni de punta. No es un enemigo.

III. Abstente de trazar rayas en cualquier dirección. Ni por dentro ni por fuera.

IV. No plegues ni dobles las hojas. Ni dejes que se arruguen.

V. Guárdate de garabatear en las márgenes.

VI. Retira la tinta a más de una milla. Prefiere morir a mancharse.

VII. No intercales sino hojas de limpio papiro.

VIII. No se lo pestres a otros ni oculta ni manifiestamente.

IX. Aleja de él los ratones, la polilla, las moscas y los ladronzuelos.

X. Apártalo del agua, del aceite, del fuego, del moho y de toda suiciedad.

XI. Usa, no abuses de él.

XII. Te es lícito leerlo y hacer los extractos que quieras.

XIII Una vez leído no lo retengas indefinidamente.

XIV. Devuélvelo como lo recibiste, sin maltratarlo ni menoscabo alguno.


XV. Quien obrare así, aunque sea desconocido, estará en el álbum de los amigos. Quien obrare de otra manera, será borrado. 

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