Salta y me asalta la duda clara: ¿por qué es tan difícil comprar algunos libros si se clama que hay demasiados? Digo, si me llegan noticias de algún austral libro poco puedo hacer para conseguirlo, y no por ser boreal. Las razones, por lógica, pueden ser las siguientes:
1. La editorial no tiene distribuidor en el pueblito donde mora el alma lectora. (Ciudad de México, en mi caso).
2. La editorial tiene prohibido distribuir en el pueblito mencionado. (Prohibido por contrato firmado con autor o editor original por medio de agente).
3. El pueblito mencionado tiene prohibido que las editoriales de cualquier otro pueblito vendan sus libros en el pueblito primero. (Por cuestiones de salud física o metafísica, por razones impositivas, por razones ideológicas, por razones de control de divisas, por razones jurídicas y, algunas veces, sin razón alguna).
4. La editorial o su distribuidora no consideran rentable el pueblito mencionado, prefieren venderle saldos. (Vayan a la feria de saldos del Auditorio Nacional en esta semana no tan santa editorialmente y verán de lo que hablo).
5. El pueblito mencionado no tiene ninguna alma lectora, es decir, está deshabitado. (Dije lógica, el pueblito es un conjunto vacío, luego entonces…).
6. La editorial o el pueblito de la editorial o el libro deseado no existen (nos engaña un genio maligno o fue una farsa o es un conjunto vacío: está agotado el libro).
No digo sólo pueden ser las anteriores porque me metería en problemas. Claro, supongo que el libro es un libro físico, de esos que se imprimen en papel y se encuadernan y cuyas primeras ediciones, después de muchos años, valen mucho, en pocos caso, porque en otros son basura llana y simple.
Podemos resumir y decir, suponiendo que el libro y los pueblitos existan y no estén vacíos de almas lectoras y editoras:
Por decisión de la editorial (no tiene distribuidor, no es rentable, lo tiene prohibido).
Por decisión del autor (o su representante que no da derechos para hacerlo).
Por decisión del pueblito.
¿En el caso digital?
Por el pueblito podría suceder, pero es harto difícil.
Luego entonces los responsables de que esta alma lectora no pueda comprar los libros digitales que quiere se debe única y exclusivamente a la editorial o al autor o a ambos. No culpen a nadie más, no exculpen tampoco a nadie.
Y lo mismo pasa cuando esta alma editora quiere editar, no puede hacerlo si el alma editora del otro pueblito no quiere o no puede. Lo mismo si el autor no quiere o no puede.
¿Por qué es tan difícil comprar algunos libros si se clama que hay demasiados? Porque es falso que haya demasiados libros. Hay demasiados para una librería de un pueblito. Nada más y nada menos. Hasta que alguien de otro pueblito pensó que esos demasiados eran pocos. Las consecuencias están a la vista.Y tiene nombre. Empieza con A y acaba con mazon. (Digo, queda mejor que nuestros amigos de Seattle...)
Hay cadenas de libros físicos que borran de su base de datos los libros que no venden bien según sus criterios. Son decisiones, son formas de interpretar la mercadotecnia. Son su forma de decir: no queremos que compren ese libro en nuestra cadena.
¿Por qué es tan difícil comprar algunos libros si se clama que hay demasiados? Porque alguien no quiere que lo compres, así de sencillo.
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