sábado, diciembre 05, 2009

Razones varias para no contar las páginas

Ensayé alguna vez contar las páginas de los libros, es decir, utilizar las páginas como medida de análisis para la producción y venta de los libros. No logré nada por la sencilla razón de que no vendemos páginas, vendemos libros. De cierto, la producción de los libros sí puedo analizarla por página, pero en el momento que encuaderno se da el paso fundamental, la metamorfosis. Un hato de hojas no es un libro, es un hato de hojas, es decir, un montón de páginas producidas, sí, pero no hechas libros. Al transformarlas las convierto en algo más, un conjunto de páginas que se tornan unidad: un libro. Desde 2006 pueden verse nuestros libros en Google Books, no todos, pero sí varios. A la fecha han sido vistas 186.955 páginas, de un total de 26.712 vistas. Lo que financieramente ha significado una ganancias de 6.99 dólares por ingresos publicitarios, que es mi saldo a favor en Google. Y un promedio del cero punto nueve por ciento de compras. Es decir, en 46 meses se han enlazado para comprar (sin que necesariamente lo hayan hecho) apenas 232 veces. Nadie ha leído un libro completo en pantalla, aunque lo pueden hacer.

La imagen que tengo es la siguiente: dejo un altero de mis libros en el suelo junto a cualquiera de los anaqueles de la sección de literatura de alguna biblioteca. Alguien, ocioso, va contando las veces que la gente, al pasar, patea los libros míos y me manda el informe detallado. Con un dejo de ironía, señala, también puntual, las veces que al patearlos tira alguno o algunos, y señala el título y, de ser el caso, si la persona lo levantó hacendosa, lo deslizó con el pie, para que no estorbara o le dejo su impronta, al pasar por su encima.

Porque leerlo, lo que se dice leerlo, nadie, pero algo hay que medir, si no el aburrimiento sería ecuménico.

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