Sobre el arte de editar e incurrir dichoso en las erratas, entre otros menesteres de los libros, su gozo, su hechura y algunos ensayos sobre variopintos temas.
viernes, diciembre 04, 2009
¡Acceso libre ahora!
Sabemos de donde proviene la tensión. Por una parte, la difusión del conocimiento por medio del acceso libre y, por la otra, el reconocimiento, es decir, los puntos académicos. Mientras la edición electrónica no sea reconocida como edición seria, digamos, y tenga las mismas recompensas curriculares, poco se avanzará. La misión de las universidades es crear y difundir el conocimiento, hacer sus libros de acceso restringido (a veces pareciera que guardan sus libros en bóvedas para que nadie, en verdad nadie, pueda leerlos) no es la mejor opción. Hacer libros cuesta dinero, da igual si se imprimen o no en papel. Y se pueden hacer excelentes libros que nunca se impriman en papel, que tengan el muy humilde oficio de ser leído. El artículo sobre dar acceso libre a los libros de texto universitarios (¿no es la mejor forma de hacer gratuita la educación?) me lleva al libro de Gary Hall. Todos ganamos, porque entre más estudiantes entran en las universidades, menos ejemplares de los libros de texto hay en las bilbiotecas. El propio libro de Hall es buen ejemplo, 60 dólares la edición en pasta dura para bibliotecas...
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario