Leo a Beatrice Ward, quien defiende la transparencia de la tipografía. Extraordinaria en su trabajo tipográfico, compara la página con la copa del vino: entre menos notoria, mejor. ¿La tipografía es un arte? Desde luego, nos dice, en el mismo y exacto sentido en que la arquitectura lo es. ¿Han tenido esa sensación de orfandad ontológica, digamos, cuando al entrar en un edificio no se tiene la más pálida idea, después de voltear a diestra y a siniestra, dónde santos dispuso la escalera el cíclope arquitecto? O cuando después de andar por un edificio se detiene a quien pasa para preguntarle ¿cómo salgo de aquí? Páginas, algunas, con esa sensación. ¿Cómo leo esto?
Recibo libro para distribuir y finjo escandalizarme. No sólo carece de código de barras. El libro incluye un documental en DVD, pero ¡no lo dice en ningún lugar del libro!
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