sábado, julio 29, 2006

Bitácoras y dinero

Muchos inventos son inesperados. Algunos, si nos ponemos puristas. Pero casi todos sus efectos son inconcebibles, valga, nadie los tiene claro por anticipado. También muchos sucesos. Las guerras o las muertes. La segunda guerra mundial parece la causa más próxima, catalizador o detonador, como se quiera, del movimiento de la liberación de la mujer, como se le llamaba hace algunas décadas, pues al mandar a las mujeres a la fábricas en plena guerra les dio oportunidades nunca antes señadas de organizar y producir fuera del ámbito masculino. Después de la guerra, las quisieron mandar a casa y no pudieron, desde luego. Con las cruzadas pasó algo parecido, desde luego, pero decidieron exterminar, bajo cargos de brujería, a quienes no quisieron, strictu sensu, estarse en casa. La universidad como ascenso social y el 68. Siempre logro un mohín de enojo, o de plano el insulto, pese a fraterno, no menos airado, cuando a mis amigos españoles les digo: para México, nada mejor que el ascenso de Franco, pues nos mandó a gran parte de la inteligencia española, y nada pero que su muerte, pues nos mató nuestra industria editorial.

Internet es muchas cosas menos de las soñadas, pero muchas más de las deseadas. Entre ellas las bitácoras [¿Qué es una bitácora?. Un blog, zopenco] y su profusión, efusión y confusión. Las vanguardias y la publicidad nacieron juntas y permitieron que algunos vivieran por primera vez de la palabra. [Pregunta al margen: ¿qué dio nacimiento a los agentes literarios?] La radio, de pronto, tuvo un éxito enorme e inesperado, dio inicio a la publicidad de manera masiva y por demás rentable.

Marta Peirano nos dijo hace poco: Responsabilidad es calidad: todo es contenido. [...] Toda publicación con ambiciones profesionales debería mantener un control total sobre todas y cada una de sus páginas. Todo con respecto a los anuncios, el Ad sense de Google y la venta de libros por medio de recomendación a través de Amazon. Con valor también hace una pregunta interesante: ¿por qué los libros no llevan habitualmente publicidad?

Apunto el origen del asombro, es un tema para reflexionar largo y tendido. ¿Qué relación hay o debe o pudiera o debiera haber entre las bitácoras y el dinero?

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