“...al igual que las alondras caen en una trampa, muchos lectores necios se pararán y se quedarán mirando como transeúntes tontos a un cuadro extravagante en una tienda de pinturas, pero no mirarán una buena obra. Y realmente, como observa Escalígero, ‘nada invita más a un lector que un argumento mal buscado o descuidado, y nada se vende mejor que un panfleto grosero’, ‘sobre todo cuando tiene el sabor de la novedad’.”
Robert Burton, Anatomía de la melancolía, 1621.