Sobre el arte de editar e incurrir dichoso en las erratas, entre otros menesteres de los libros, su gozo, su hechura y algunos ensayos sobre variopintos temas.
jueves, febrero 25, 2010
Caga es palabra inconveniente, como lo son Caka y Baca
Nunca había parado mientes en la censura, digamos, conveniente: si, según los algoritmos para obtener las letras iniciales de la CURP (Clave única del registro de población) o del RFC (Registro federal de contribuyentes), se obtiene una palabra altisonante, las guías para asignar los tales registros señalan cambiarlas.
Lo curioso, y ridículo, es que no las cambian de la misma manera. Según el Instructivo para la asignación de la Clave Única de Registro de Población, documento público, (anexo 2), la lista de inconvenientes incluye:
Baca, Buey, Caka, Cola, Feto, Geta, Lilo, Loco, Mamo, Miar, Moco, Naca, Peda, Pipi, Puto, Ruin y Wuey.
Para el RFC sucede lo mismo, no permiten palabras inconvenientes o altisonantes. Casi todas las burocracias creen ser el centro del universo, luego entonces, censuran de distinta manera. Para la CURP, la solución es poner X en vez de la primera vocal:
Baca queda Bxca, Caka, Cxka, etc.
Para el RFC, cambian la última letra por X.
Baca queda Bacx, Caka, Cakx, etc.
Y entonces, la CURP inica distinto del RFC y las confusiones se desatan.
Si van a censurar, ¿no podrían al menos hacerlo igual?
Lo importante, ¿es necesario censurar las tales palabras?
Recuerdo los viejos criterios de cuidado editorial, que tanto material le dieron al Mester de maxmordonía. Si al cortar palabra alguna se crea otra altisonante, cambiar el corte de sílaba o, de ser imposible, cambiar de orden de la frase u oración donde aparece la tal palabra para evitar el corte.
Así, los convenientes correctores antiguos, eliminaron de nuestros castos ojos muchas cacas, putos, culos, pitos y palabras otras cuyo sonido, hórrido, podrían excitar nuestras bajas pasiones y lo más negro y vil de nuestra naturaleza.
Las sencillas letras de las calves de algunas personas deben censurarse, ¿para qué?, quizá para no habitar uno de los círculos del infierno...
El colmo, el verdadero colmo, es que la guía para asignar el RFC, donde aparece la tal lista de palabras altisonantes o inconvenientes y el modo de evitarlas, no es un documento público.
Lo curioso, y ridículo, es que no las cambian de la misma manera. Según el Instructivo para la asignación de la Clave Única de Registro de Población, documento público, (anexo 2), la lista de inconvenientes incluye:
Baca, Buey, Caka, Cola, Feto, Geta, Lilo, Loco, Mamo, Miar, Moco, Naca, Peda, Pipi, Puto, Ruin y Wuey.
Para el RFC sucede lo mismo, no permiten palabras inconvenientes o altisonantes. Casi todas las burocracias creen ser el centro del universo, luego entonces, censuran de distinta manera. Para la CURP, la solución es poner X en vez de la primera vocal:
Baca queda Bxca, Caka, Cxka, etc.
Para el RFC, cambian la última letra por X.
Baca queda Bacx, Caka, Cakx, etc.
Y entonces, la CURP inica distinto del RFC y las confusiones se desatan.
Si van a censurar, ¿no podrían al menos hacerlo igual?
Lo importante, ¿es necesario censurar las tales palabras?
Recuerdo los viejos criterios de cuidado editorial, que tanto material le dieron al Mester de maxmordonía. Si al cortar palabra alguna se crea otra altisonante, cambiar el corte de sílaba o, de ser imposible, cambiar de orden de la frase u oración donde aparece la tal palabra para evitar el corte.
Así, los convenientes correctores antiguos, eliminaron de nuestros castos ojos muchas cacas, putos, culos, pitos y palabras otras cuyo sonido, hórrido, podrían excitar nuestras bajas pasiones y lo más negro y vil de nuestra naturaleza.
Las sencillas letras de las calves de algunas personas deben censurarse, ¿para qué?, quizá para no habitar uno de los círculos del infierno...
El colmo, el verdadero colmo, es que la guía para asignar el RFC, donde aparece la tal lista de palabras altisonantes o inconvenientes y el modo de evitarlas, no es un documento público.
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