La última opción parece extrema, pero la biblioclastia sí existe en nuestra época. Aunque drástica, la destrucción de libros no es por razones represivas, simplemente, para algunas editoriales, es la mejor opción, por cuestiones financieras. [Seguir leyendo]
Claro, faltó aclarar que gran parte de lo publicado nace basura...