viernes, septiembre 23, 2011

Editor mexica

Cierto agente literario tiende a la impaciencia, por decir lo menos, con quien escribe estas líneas. Primero por mi reclamo, por demás airado, del envío de un correo mandado a él por un editor sobre un libro en los que teníamos ambos queveres.  En el tal correo decía, refiriéndose a mi persona, editor mexica. Como hacen los agentes literarios, algunos o muchos, digamos, ante el reclamo, se lavó las manos. Él no dijo mexica. Mi reclamo era sencillo: no le pareció grave que el otro editor me llamara mexica.

Nunca me creyó que un contrato murió ahogado. Hace poco encontré pruebas.  Cada varios años las aguas suben demasiado, sin metáfora alguna. Y los papeles muchos de nuestro decurso se mojan. Libros, hemos aprendido, casi ninguno con las útlimas aguas. Pero poner a secar es harto laborioso.  La foto que pongo abajo es, literalmente, la terapia de luz de algunos papeles. Muchos murieron, los recordamos con cariño.

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