lunes, junio 29, 2009

Lisboa




Alguien, imagino, habrá intentado calcular con matemática inexactitud la cantidad precisa de ejemplares comprados a raíz de una reseña o nota. En la mayoría de los casos, debe tender desde su inicio a muy cero. En el nuestro (nuestro = Verdehalago) hubo tiempo en que parecía inversamente proporcional...

Tardan tanto en entrar ahora los libros en las librerías y duran tan poco en su mesas y estantes que si alguien intenta comprar alguno por alguna nota, o no ha llegado o ya se fue. Por cuánto más azaroso y difícil, pues, el azar feliz, más feliz cada vez, para el feliz y menos para los demás...

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