Furia kodamiana llama Bernès a la insistencia de María Kodama en ser ella, y solo ella, quien decida todo los asuntos sobre la obra de Borges. Que reciba todo el dinero que produzca la explotación comercial de la obra, todo, sin un céntimo para nadie más, es voluntad de Borges. No lo es, por ejemplo, eliminar la dedicatoria en
El poema de los dones o el poema
Al olvidar un sueño. De cierto en 70 años nadie recordará a María Kodama...
podrías transcribir las dedicatorias de las que hablas? muchas gracias
ResponderBorrarangel
...apoyo la petición...
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